En su congreso del 18 y 19 de febrero 2017, la sección alemana del Comité Internacional de la Cuarta Internacional (CICI) decidió cambiar el nombre de su partido : Partei für Soziale Gleichheit (Partido de igualdad social) a Sozialistische Gleichheitspartei (Partido Socialista por la Igualdad). Desde ahora en adelante, será conocido como Sozialistische Gleichheitspartei (Partido Socialista por la Igualdad). La declaración que sigue, que el congreso adoptó por unanimidad analiza las razones de este cambio:
1. Este Congreso del PSG ha decido renombrarse. El Partei für Soziale Gleichheit (Partido por la igualdad social) se renombra Sozialistische Gleichheitspartei (Partido Socialista por la Igualdad, PSI), por dos razones. Primero, con esta acción, la sección alemana adopta el mismo nombre que tienen todas las otras secciones del Comité Internacional de la Cuarta Internacional (Socialist Equality Party, Parti de l’égalité socialiste), recalcando la unidad del CICI, Partido Mundial de la Revolución Socialista que lucha por la misma perspectiva internacional en todos los países. La palabra “socialista” en el nuevo nombre expresa el objetivo fundamental del PSI: demoler el capitalismo y construir una sociedad socialista.
2. Cien años después de la Revolución de Octubre, la humanidad nuevamente encara sólo dos alternativas: socialismo o barbarismo. La actual situación mundial se parece mucho a la que desembocó en la primera exitosa revolución socialista en la historia, de 1917. La subida de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, elimina todas las dudas de que la crisis del capitalismo nuevamente llevará a la guerra y a feroces luchas de clases. El gobierno de Trump, compuesto por megamillonarios, militares de alto rango e ideólogos de derecha, es el más reaccionario en la historia de Estados Unidos. Le ha declarado la guerra a la clase obrera americana y a los rivales económicos de Estados Unidos. Su política “Primero Estados Unidos” ahora barre con todas las instituciones políticas de la época de la posguerra que prevenían conflictos militares entre las potencias imperialistas y ayudaban a suprimir las luchas de clases.
La perspectiva de Trump, de restaurar la grandeza estadounidense con medidas de nacionalismo económico y belicismo trae a la mente la política de los nazis en los años treinta, que llevó al mundo a la guerra mundial.
3. Ninguna de las instituciones y partidos burgueses genuinamente rechaza este curso catastrófico. En Estados Unidos Barack Obama y el Partido Demócrata hicieron todo lo posible para hacer más fácil el ascenso de Trump; la única diferencia real entre ellos es sobre si atacar primero a Rusia o a China con toda la bárbara maquina militar estadounidense. En Alemania y Europa, la clase de poder responde a las medidas agresivas de Trump con amenazas paralelas y más armas. Sigmar Gabriel (socialdemócrata), nuevo ministro alemán de relaciones exteriores, declara que hay que oponer a la línea ultranacionalista de Trump una cortante definición y defensa de los intereses germanos.
4. Veinticinco años después de la liquidación de Unión Soviética por parte de la burocracia estalinista y de cuando los testaferros del capitalismo celebraban “el fracaso del socialismo”, es más claro que nunca que es imprescindible derribar el capitalismo y establecer el socialismo para evitar el retorno de guerras y dictaduras. Crece el número y los grupos de obreros y jóvenes piensan así. Buscan la salida socialista a ese ciego callejón social. Así lo evidenció tanto la gran respuesta popular a la candidatura de Bernie Sanders, por quien votaron trece millones en los balotajes internos del Partido Demócrata estadounidense, como el apoyo que consiguieron en Europa organizaciones de la seudoizquierda, como Syriza y Podemos. Ese apoyo se debió a que se declararon socialistas y enemigos del capitalismo; aunque en realidad sólo se trata de políticos burgueses que defienden el capitalismo con todo lo que pueden.
5. Hoy en día en el mundo, el Comité Internacional de la Cuarta Internacional es la única corriente que lucha a favor de la movilización de la clase obrera para acabar con el capitalismo. Esa campaña se fundamenta en un programa socialista internacional. El CICI defiende una perspectiva, elaborada durante décadas, antirreformista, antioportunista y contra la seudoizquierda. El World Socialist Website es reconocido por todo el mundo como la auténtica voz del socialismo. Todos los días le provee a la clase obrera un análisis marxista y una orientación socialista. Sería un grave error dejar que los estafadores seudoizquierdistas se aprovechen del estandarte del socialismo. El nombre del partido debe claramente describir su objetivo socialista y recalcar la unidad del Comité Internacional.
6. Hace veinte años, el 30 de marzo 1997, el Bund Sozialistischer Arbeiter (Liga Socialista Obrera, BSA) establece el Partei für Soziale Gleichheit. En esos tiempos el Comité Internacional llegaba a la conclusión de que la disolución de la Unión Soviética y, ligado a esta liquidación, el giro a la derecha de todos los partidos socialdemócratas y estalinistas, y los sindicatos, hacían necesario transformar sus secciones en partidos. En momentos en que organizaciones seudotrotskistas y pequeño burguesas respondían a ese giro reaccionario de las estructuras burocráticas, postrándose y pidiéndoles posada, el Comité Internacional tomaba un camino contrario. Se orientaba a la clase trabajadora y se preparaba a dirigir futuras luchas revolucionarias.
7. La formación de “ligas” remonta a un periodo en que los partidos reformistas y los sindicatos todavía contaban con el apoyo activo de la militancia obrera. En esos tiempos, se trataba de que las secciones del Comité Internacional jugaran un papel catalítico, con su oposición intransigente a la socialdemocracia y al estalinismo, en la radicalización del los que tenían mayor conciencia de clase y de los más activos dentro de esas organizaciones, de donde nacería la posibilidad de crear un partido revolucionario popular. Eso ya no era posible. “No podemos resolver la crisis de dirección revolucionaria obrera ‘exigiendo’ que otros tomen las riendas. Si es que ha de existir un nuevo partido, lo tendremos que construir nosotros mismos”, declaraba David North en esa época. (haga clic en: The Historical Foundations of the Partei für Soziale Gleichheit)
8. La BSA escoge en ese entonces el nombre Partei für Soziale Gleichheit (Partido por la igualdad social) por razones que señala el documento al que nos referimos más arriba: “La ‘igualdad social’ bien representa el objetivo esencial de este nuevo partido: nuestro repudio intransigente a la existente tendencia social, cuya característica principal es el empobrecimiento de grandes sectores sociales y el enriquecimiento desenfrenado de una pequeña minoría. Nuestro partido está a favor de la meta fundamental del socialismo: una sociedad sin diferencias de clases y basada en la verdadera igualdad de todos los seres humanos. Repudia los crímenes políticos, de las burocracias estalinistas y socialdemócratas, dizque en nombre de un socialismo que ellas mismas falsificaron”.
9. Con furia, las corrientes seudoizquierdistas atacaron que nosotros osáramos poner un signo de igual entre el socialismo y la igualdad social. El WRP de Sheila Torrance, declaró que la igualdad era una exigencia oportunista y netamente burguesa, un intento de reconciliación de clases, que los marxistas siempre habían rechazado. Veinte años más tarde, bien se sabe la orientación social detrás de esa hostilidad al principio de la igualdad social. La desigualdad social que ahora existe en el mundo no tiene precedente. Aun cuando se multiplican los ingresos y riquezas de la aristocracia financiera y de la clase media alta, la clase obrera y las clases medias menos ricas se ven obligadas a barajar ingresos en declive, condiciones laborales precarias y la inseguridad social. Colectivamente los ocho más ricos del mundo son dueños de la misma cantidad de riqueza que la mitad más pobre de la humanidad. Durante todo este periodo, las secciones del Comité Internacional se han orientado a la clase obrera para luchar por la igualdad social. En cambio, las “izquierdas,” “izquierdas radicales”, “comunistas de refundación”, “anticapitalistas”, etcétera, todos, abrazan la política de identidades, de raza, sexo y demás, en defensa de los privilegios de la clase media alta.
10. Existe un espacio político, profundo e infranqueable, entre el Comité Internacional y las organizaciones seudoizquierdistas. Ha tenido un impacto sobre la conciencia de la clase obrera haber atravesado por el gobierno de Syriza en Grecia y el Partido de Izquierda en el senado de Berlín. A veinte años de la fundación del PSG, el Comité Internacional es el único partido político que responde al renacimiento del nacionalismo mediante la más estrecha colaboración de todas sus secciones y la lucha por el internacionalismo. Es el único partido que lucha para derrocar al capitalismo y construir una sociedad socialista. Esa realidad ahora brilla más en el nuevo nombre de nuestro partido.