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El ex líder del Partido Conservador británico Howard amenaza guerra con España sobre Gibraltar

Dos altos políticos británicos han amenazado con que la gobernadora conservadora Theresa May esté preparada para ir a la guerra con España sobre el territorio británico de Gibraltar en la Península Ibérica.

Lord Michael Howard, un ex líder del Partido Conservador, hizo su extraordinaria declaración en una entrevista en la BBC, Andrew Marr Show ayer. Habló sólo cuatro días después de que May desencadenó el artículo 50, que oficialmente comienza la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea (UE), que debe estar terminada para el 29 de Marzo de 2019.

En respuesta a las exigencias de May en cuanto a los términos de este divorcio, la UE publicó su proyecto de posición de negociación, parte de la cual estipula que cualquier acuerdo alcanzado con el Reino Unido no se aplicará a Gibraltar, Territorio Británico de Ultramar sin el acuerdo de España.

Denunciando esto como un “agarre de tierra” de la UE en nombre de España, Howard amenazó: “Hace treinta y cinco años esta semana otra mujer Primer Ministra envió un grupo de trabajo a medio camino por todo el mundo para defender la libertad de otro pequeño grupo de británicos contra otro país de habla hispana, y estoy absolutamente seguro de que nuestro actual Primer Ministra mostrará la misma determinación de estar al lado del pueblo de Gibraltar”.

Howard evocó provocativamente a Margaret Thatcher, que fue a la guerra con las islas Malvinas en Abril de 1982. Incautada en Argentina en 1883, la guerra de 74 días sobre la remota isla del Atlántico Sur dejó 900 muertos, de los cuales 649 eran argentinos, principalmente jóvenes reclutas.

Anteriormente en el mismo programa, el secretario de Defensa Michael Fallon dijo que el Reino Unido iría “todo el camino” para proteger a Gibraltar.

Ni un solo ministro conservador reprimió a Howard o se desvinculó de sus comentarios. Más bien, el ministro de Exteriores Boris Johnson insistió en que el apoyo del Reino Unido a Gibraltar seguirá siendo “implacable y rockera”.

Un portavoz de May dijo sólo que el primer ministro está “absolutamente dedicado a trabajar con Gibraltar para el mejor resultado posible en Brexit” y reiteró, “nuestra posición de larga data es que el Reino Unido sigue firmemente comprometido con nuestro apoyo a Gibraltar, su gente y su economía”.

Johnson se había reunido con Fabián Picardo, el principal ministro de Gibraltar, el Viernes tras la publicación del borrador de la UE para reiterar el respaldo del gobierno. Picardo dijo que el territorio, que rechazó la soberanía española en un referéndum de 2002, fue señalado por discriminación “innecesaria, injustificada e inaceptable” por parte de España.

Sin embargo, la dependencia en el extranjero, hogar de sólo 30.000 personas, votó un 96 por ciento para permanecer en la UE en el referéndum del Junio pasado. La salida británica de la UE reabre las cuestiones de los controles fronterizos entre España y Gibraltar, un territorio de 6.7 kilómetros cuadrados en el extremo sur de España, así como los derechos de aterrizaje de los aeropuertos.

La “roca”, como se llama, fue cedida a Gran Bretaña “a perpetuidad” bajo el Tratado de 1713 de Utrecht. Además de funcionar como una base militar importante para las fuerzas británicas, a 12 millas de la costa norte de África, es un paraíso fiscal importante para la élite gobernante internacional y británica.

Los papeles de Panamá -11,5 millones de documentos filtrados en 2015 por el bufete de abogados Mossack Fonseca- revelaron el papel de Gibraltar en una red de entidades extraterritoriales utilizadas por políticos y super ricos para evitar el pago de impuestos.

El oligarca billonario Rupert Murdoch, el Domingo en el periódico dominicano, fue vociferante al defender el control británico de Gibraltar y escribió: “Gibraltar es británico y permanecerá británico durante las conversaciones de la UE”.

Al igual que Murdoch, Howard es un representante de la derecha “thatcherista” de Hard Brexit que considera la salida de Gran Bretaña de la UE como una oportunidad para completar la contra-revolución social de Thatcher contra la clase obrera.

En este sentido, especialmente, hay paralelos directos entre las declaraciones belicosas de Howard sobre Gibraltar y la guerra de Malvinas. Thatcher explotó la decisión de la junta argentina para invadir la isla y lanzar una campaña jingoista, destinada a apuntalar a su gobierno en un momento en que estaba involucrado en grandes enfrentamientos industriales con la clase trabajadora.

Del mismo modo, el gobierno conservador de May está haciendo cumplir la austeridad bajo condiciones de profunda polarización social y una mayor crisis política y constitucional creada por Brexit. El ataque de Howard a “otro país de habla hispana” indica que la élite gobernante está preparada para lanzar otra aventura militar sangrienta como el medio para este fin.

Las implicaciónes de estos desarrollos va mucho más allá de la guerra unilateral de Thatcher en el Atlántico Sur. Gran Bretaña y España son miembros de la OTAN. La perspectiva de una confrontación entre los dos implicaría no sólo una Unión Europea dividida y rebeldé, sino también los Estados Unidos.

Es una medida del dramático deterioro de las relaciones entre las potencias imperialistas que parece que sectores de la burguesía británica están calculando abiertamente la posibilidad de un apoyo estadounidense para una acción militar contra España.

La tarde del Domingo, el ex comandante, Contraalmirante Chris Parry, dijo al Telegraph: “Podríamos paralizar a España en el mediano plazo y creo que los estadounidenses probablemente nos apoyen también”.

“En términos de capacidad militar, los superaremos muchísimo y nuestra capacidad de hacerles daño es mucho mayor”.

La declaración de Parry -y la postura belicosa de Howard- fluyen de su estimación hacía las declaraciones abiertas del presidente Donald Trump en su apoyo a Brexit y de la desintegración de la UE, que él ha descrito como un competidor económico dominado por los alemanes para los Estados Unidos. Trump en el pasado también lanzó un signo de interrogación sobre el compromiso de EE.UU. con la OTAN y la posición de su gobierno sigue siendo que las potencias europeas deben aumentar drásticamente el gasto militar a fin de garantizar que EE.UU. siga honrando el artículo 5 de la OTAN- comprometiendo a los estados miembros a una acción defensiva mutua.

La imprudencia no se limita a la élite gobernante británica. El Partido Popular de España encabeza un gobierno minoritario, formado tras meses de estancamiento electoral que está imponiendo una austeridad aún más profunda. Su decisión de impulsar la cuestión de la soberanía de Gibraltar ahora viene junto con las declaraciones del ministro español de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, de que no bloqueará la pertenencia de Escocia a la UE, en caso de que un segundo referéndum sobre la independencia escocesa del Reino Unido tenga éxito.

Mas bien, la decisión de la UE de incluir a Gibraltar en su posición negociadora con el Reino Unido es una advertencia aguda de las fuerzas centrífugas nacionales que desgarran la economía europea y global.

La canciller alemana, Angela Merkel, descartó las exigencias de May en que las conversaciones sobre los términos de Brexit se celebren en paralelo con las negociaciones sobre sus futuras relaciones comerciales con el bloque, mientras que los líderes de la UE insisten en que el Reino Unido debe pagar hasta 60.000 millones de libras en el “acuerdo de divorcio” final. Un alto funcionario de la UE dijo al Guardian que la UE estaba defendiendo los intereses de sus miembros y “Eso significa España ahora”.

En el Reino Unido, el líder liberal demócrata Tim Fallon acusó a Howard de “sacudir el sable", mientras Emily Thornberry del Partido Laborista criticaba sus comentarios “inflamatorios”. Pero no se puede confiar en ningún sector de la burguesía para la oposición a la reacción nacionalista y la guerra.

Llamando a May para que dibuje un plan para protejer a los ciudadanos britanicos, el portavoz de Liberales Demócratas y Asuntos Exteriores, Tom Brake dijo, que “es nuestra obligación apoyar a nuestros territorios de ultramar, y cualquier intento de eliminar la importancia de Gibraltar sería un abandono del deber que dejaría a Margaret Thatcher girando en su tumba”.

Esto aplica especialmente al Partido Laborista. Así como en 1983, cuando su respaldo a la guerra de Malvinas permitió a Thatcher ganar un segundo mandato, el Partido Laborista se enlista detrás de la campaña nacionalista sobre Gibraltar.

Mientras el líder laborista Jeremy Corbyn permanecía en silencio, el secretario del partido, Keir Starmer, “enfatizó que es vital que la soberanía de Gibraltar esté protegida y que los intereses de los ciudadanos británicos en Gibraltar sean salvaguardados”.

El Partido de la Igualdad Socialista explicó que para combatir el descenso al nacionalismo, el militarismo y la guerra, el único camino a seguir para los trabajadores en Gran Bretaña y en todo el continente es la lucha por los Estados Socialistas de Europa, como parte de una ofensiva revolucionaria de la clase obrera. Los comentarios de Howard, y la respuesta a ellos, subrayan la urgencia de tal lucha.

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