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Pequeño numero de participantes en manifestaciones llevadas por Podemos en España

Durante dos fines de semana consecutivos, las manifestaciones convocadas por el pseudo-izquierdista Podemos, la Izquierda Unida dirigida por los stalinistas (IU) y los dos principales sindicatos españoles, CCOO y UGT, no han logrado atraer apoyo.

Las manifestaciones fueron señaladas como un punto culminante de la campaña “de vuelta a las calles” iniciada tras la instalación de un gobierno minoritario del Partido Popular (PP) hace seis meses. Su fracaso indica una profunda desilusión por parte de los trabajadores y los jóvenes en estas organizaciones de vacilación hacia la derecha.

El 25 de Marzo, las manifestaciones convocadas por Podemos en más de 40 ciudades y pueblos contra la pobreza y el gobierno del PP fueron un fiasco. Sólo unos cientos de simpatizantes, según informes de la prensa, resultaron comparados con los 300.000 que se movilizaron para su Marcha por el Cambio en Enero de 2015.

Una semana después, el 1 de Abril, unas 70 organizaciones, entre las que se encontraban los sindicatos, IU, los anticapitalistas pablistas y algunas secciones de Podemos, se unieron a la convocatoria del Coordinador 25-S, surgida en 2012 del movimiento indignados, para protesta el debate presupuestario de la semana pasada en el Congreso.

El resultado fue igualmente desastroso, con sólo unos pocos cientos de personas acudiendo a Madrid. En comparación, la misma coalición fue capaz de movilizar en 2012 decenas de miles contra las medidas de austeridad del gobierno PP.

La campaña “de vuelta a las calles” consiste en protestas e intervenciones escenificadas en las luchas obreras en un intento de presentar falsamente a Podemos y los sindicatos como fuerzas de oposición, cuando han desmovilizado la oposición a años de medidas de austeridad. La campaña está tratando de desviar la creciente ira social detrás de una perspectiva nacionalista quebrada y que busca revertir el declive del apoyo electoral a Unidos Podemos -la alianza de Podemos y la IU- mientras cubre los sindicatos desacreditados. Sobre todo, pretende bloquear la aparición de un movimiento políticamente independiente en la clase obrera para el socialismo.

Al mismo tiempo que los sindicatos están apoyando e incluso llamando a protestas simbólicas, están negociando nuevos ataques contra la clase obrera. En Diciembre, CCOO y UGT marcharon junto a IU y Podemos en Madrid, anunciando el inicio de una campaña para atrasar los recortes. A fines del mes pasado, los dirigentes sindicales proclamaron a los medios de comunicación un acuerdo con el gobierno para un incremento del 1 por ciento en los salarios del sector público y la transformación de 300.000 empleos temporales del sector público en contratos permanentes. Se están llevando a cabo negociaciones similares en el sector privado.

Esto ocurre cuando la inflación alcanzó un máximo de 4 años superior en Febrero, con medio millón de empleos del sector público destruidos desde que comenzó la crisis económica de 2008.

Al mismo tiempo que los sindicatos estaban anunciando su acuerdo con el gobierno, el sindicato CETM llevó a cabo una traición masiva a la lucha militante de los trabajadores portuarios -concepto de recortes salariales (los últimos informes sugieren un 10 por ciento) y grandes pérdidas de empleo en forma de un proyecto de Jubilación.

Podemos e IU han entrado en un conflicto cada vez más abierto con la clase obrera y la juventud, a pesar de que constantemente adquieren posiciones lucrativas en el estado capitalista.

Podemos e IU, junto al Partido Socialista (PSOE), jugaron un papel crucial en la traición de los trabajadores portuarios. Su derogación de la legislación original del PP para reducir los salarios y los empleos mediante la abolición del régimen de mano de obra portuaria fue una maniobra para evitar una importante huelga portuaria. El World Socialist Web Site explicó que esto amenazaba a “desencadenar luchas mucho más amplias en la clase obrera -poniendo fin a la ‘paz social’ supervisada por los sindicatos, potencialmente derrocando al gobierno del PP y causando daños irreparables a sus intereses económicos y políticos”.

El presupuesto de 2017 es también responsabilidad política de Unidos Podemos. La capacidad del PP para conseguir que sus medidas de austeridad sean aprobadas y para cumplir con los límites presupuestarios de la Unión Europea se debe a los recortes de 7 mil millones de euros en ciudades y pueblos españoles, de los cuales 2.300 millones fueron impuestos por Podemos.

Estos incluyen los principales núcleos de población urbana de Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza, Cádiz y Santiago de Compostela.

Estas acciones son sólo los últimos ejemplos del historial de Podemos. El año pasado, su búsqueda de un “Gobierno de Cambio”, una coalición propuesta con el desacreditado PSOE, resultó en una pérdida de casi un millón de votos en comparación con las elecciones de 2015. Los trabajadores y los jóvenes se negaron a votar por un partido que no tenía diferencias reales con las políticas de austeridad de la UE y la socialdemocracia europea.

Después de que las elecciones produjeron un parlamento colgado, secciones de la clase dominante orquestaron un golpe de Estado dentro del PSOE, expulsando a su líder electo Pedro Sánchez, con el fin de permitir la instalación de un gobierno del PP. En el proceso, el aliado de Podemos ha demostrado ser lo que siempre ha sido, un partido de la aristocracia financiera.

Una crisis tras otra ha surgido dentro de Podemos. El año pasado surgieron tensiones entre el ala Errejonista liderado por el ex número dos Iñigo Errejon y el ala Pablista liderado por el líder del partido Pablo Iglesias. Errejon es para moverse abiertamente y rápidamente a la derecha y teme que la campaña de Pablista “de vuelta a las calles” podría desencadenar accidentalmente protestas que podrían extender fuera de control. Sin embargo, nada principal separa los Pablistas y Errejonistas. Sus desacuerdos se refieren a la mejor manera de suprimir la oposición en la clase obrera, ya sea a través de protestas simbólicas en alianza con los sindicatos o evitando todas y cada una de las movilizaciones sociales a favor de una acción puramente electoral y parlamentaria.

Tan pronto como se acordó una tregua temporal en el Congreso de Podemos de Vistalegre II en Febrero, surgieron nuevas tensiones en Andalucía, donde la líder pablista del partido, Teresa Rodríguez, está exigiendo que su afiliada regional esté desvinculada del control de Madrid. En Cataluña, la sección de Podemos -en contraposición a los deseos de Iglesias- se ha negado a unirse a la nueva pseudo-coalición de izquierda Comunes dirigida por la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. En Valencia, el líder regional de Podemos anunció que no se presentaría a la reelección, atacando a la dirigencia madrileña “por ambiciones improductivas”.

La falta de apoyo a las protestas simbólicas de Podemos también ha puesto al descubierto a todas las fuerzas pseudo-izquierdas, que intervinieron agresivamente para impulsar la reelección de Iglesias en el congreso Vistalegre II, alegando que era una expresión del “giro a la izquierda” del partido.

Izquierda Revolucionaria IR, la sección española del Comité para una Internacional de los Trabajadores, está integrada a IU y Podemos. Declaró, “Pablo Iglesias hace una victoria decisiva en Vistalegre II. ¡Es hora de volver a la movilización en las calles!”

IR describió con orgullo cómo intervinieron para apoyar a Iglesias en el congreso, “entregando más de 6.000 folletos”, “vendiendo cientos de ejemplares de su periódico El Militante ” y recibiendo el “apoyo y las felicitaciones de muchos compañeros en Podemos”. Iglesias y sus colaboradores para “exigir una movilización inmediata, preparar una huelga general”.

Apenas unas semanas después, en su editorial de Abril, IR expresó su preocupación por cómo Podemos no logró obtener apoyo para sus manifestaciones del 25 de Marzo, declarando que eran “un ejemplo de lo que no debían hacer”. Aconsejaban a lideres de Podemos: “Una llamáda que sólo se conoce en las redes sociales (Facebook y Twitter), y carece del impulso militante desde los lugares de trabajo, universidades, barrios, también está condenado [al fracaso]. Podemos tiene que tomar nota: no podemos hacer estas cosas así”.

Estas fuerzas están ahora planeando “Manifestaciónes de Dignidad”, otra protesta de engaño para el 27 de Mayo contra el PP y organizada por Podemos y las burocracias sindicales.

Las demostraciones “Vuelta a las Calles” son en realidad una prueba más de que Podemos no ofrece una alternativa progresiva al colapso del sistema bipartidista en España. Es un partido burgués, contra el cual se requiere una lucha política despiadada.

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