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Perspectiva

!Ni Macron ni Le Pen! ¡Por un boicot activo a las elecciones presidenciales en Francia!

El Parti de l'égalité socialiste, la sección francesa del Comité Internacional de la Cuarta Internacional (CICI), llama a los trabajadores y la juventud a boicotear la segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas. El PES rechaza la aseveración que los trabajadores tienen que apoyar al exbanquero de Rothschild y exministro de Economía del Partido Socialista (PS), Emmanuel Macron, quien se estará enfrentando a la candidata neofascista, Marine Le Pen, el 7 de mayo.

Los chantajes para que el pueblo francés vote por Macron, el candidato preferido del capital financiero, son una combinación de sofismas y mentiras En primer lugar, se nos dice que un voto a favor de Macron es un voto a favor de la democracia ante la amenaza de la dictadura. Sin embargo, el estado de emergencia actual lo impuso el gobierno del PS, del cual formaba parte Macron. Suspendieron derechos democráticos, y tras bastidores, el presidente François Hollande dictaminó que reintroduciría una política de asesinatos extrajudiciales.

En segundo lugar, se nos dice que la oposición de Macron al nacionalismo de Le Pen es la única manera de unir a la Unión Europea (UE) y prevenir que Francia y Europa recaigan en el nacionalismo y la guerra. Pero es Macron, el partidario de la UE, quien propone reanudar el servicio militar obligatorio y quien apoya las campañas militares imperialistas encabezadas por Washington y Berlín contra Siria, Rusia y Corea del Norte.

Por último, se nos recuerda que los neofascistas son enemigos encarnizados de la clase obrera. Esto sí es cierto. Pero Macron fue parte del gobierno del PS que intentó imponer una enmienda constitucional para permitir la privación de la nacionalidad, la cual había constituido el marco jurídico para la deportación de judíos a los campos de exterminio durante la ocupación nazi. Además, se ha comprometido a recortar miles de millones de euros en programas sociales y utilizar la legislación laboral regresiva del PS para desmantelar los derechos sociales que han sido conquistados por los trabajadores tras generaciones de lucha en el siglo XX.

Marine Le Pen es una reaccionaria viciosa que apela a sentimientos antiinmigrantes y racistas. Su Frente Nacional (FN) tiene sus orígenes en el régimen que colaboró con los nazis y gobernó Francia durante la Segunda Guerra Mundial. No obstante, la cuestión fundamental es el desarrollo de una oposición de izquierda contra ambos candidatos en la clase obrera. De lo contrario, Le Pen podrá seguir utilizando su demagogia populista y proteccionista para presentarse como la Juana de Arco del proletariado francés.

El propósito de un boicot activo a las elecciones es preparar a la clase obrera para las luchas por venir, independientemente de cual candidato reaccionario gane la segunda ronda. El llamado a un boicot activo no se hace desde el punto de vista de cálculos parlamentarios sino de la dinámica de la lucha de clases.

La eliminación de los candidatos del Partido Socialista (PS) y Los Republicanos (LR) en la primera ronda marca el colapso histórico del bipartidismo que ha gobernado el país por cincuenta años. El hecho que sean Macron y Le Pen los candidatos de la segunda vuelta demuestra que está siendo preparado un enfrentamiento despiadado entre el próximo presidente y la clase obrera, en un momento de explosivo enojo social por el alto desempleo, la austeridad y el aumento de la desigualdad económica.

Este llamado del PES a un boicot activo no corresponde de ninguna manera a una política de pasividad o indiferencia. Más bien, implica una campaña de reuniones públicas en oposición a ambos candidatos reaccionarios, la convocación de demostraciones y la promoción de huelgas políticas y otras luchas por parte de los trabajadores. Representa un medio para que la clase obrera rompa la camisa de fuerza impuesta por las elecciones y reúna sus fuerzas para luchar decisivamente contra la clase capitalista, cuyo rumbo es el de la dictadura y la guerra tanto en Francia como internacionalmente.

La respuesta a esta crisis del movimiento Francia Insumisa dirigido por Jean-Luc Mélenchon (FI; antes el Frente de Izquierda) no ofrece ninguna alternativa hacia adelante. Mélenchon recibió casi el veinte por ciento de los votos en medio de una oleada de sentimientos antibélicos en la población después del bombardeo estadounidense contra siria del 7 de abril. De hecho, obtuvo victorias en Marsella, Toulouse, Lille y en los suburbios obreros de París. Ahora, el exministro del PS, Mélenchon, propone encuestar a los 440.000 miembros por internet del FI, ofreciéndoles las opciones de votar por Macron, votar en blanco o abstenerse.

Se trata de una evasión cobarde de su responsabilidad política, subordinando a los siete millones que votaron por él a la agenda del PS, instándolos a apoyar a Macron o hacer un gesto simbólico en solitario dentro de una cabina electoral.

El PES es consciente de que un gran número de trabajadores y jóvenes que votaron por Mélenchon odia todo lo que Le Pen representa, aborrece a Macron y percibe instintivamente que hay algo horrible y siniestro sobre la opción que se les está dando. Buscan un camino a seguir. Es esencial que, a diferencia del 2002 —la última vez que el FN avanzó a la segunda ronda frente al candidato conservador, Jacques Chirac— no sean encarrilados por el PS y sus aliados políticos al callejón sin salida de votar por el opositor burgués del FN.

La clase obrera está atravesando experiencias políticas de suma importancia en cuanto a los penosos costos del oportunismo y del rechazo a los principios revolucionarios. El PS y sus aliados demostraron que no son organizaciones socialistas, sino herramientas del capital financiero y enemigos de los trabajadores, a quienes han oprimido por décadas.

En el centenario de la Revolución de Octubre, el PES insiste que el único camino hacia adelante es que la clase obrera en Francia e internacionalmente restaure sus vínculos con las luchas del Partido Bolchevique y de la clase obrera rusa en 1917. Macron y Le Pen son sólo distintas formas de la misma enfermedad: el sistema capitalista que se está pudriendo de pie.

Un boicot activo a las elecciones sentará las bases para una ofensiva de la clase obrera contra la guerra, la austeridad y la dictadura, es decir, una lucha por liberarse de las garras de los capitalistas sobre la economía a través de la nacionalización de las corporaciones y los bancos bajo el control democrático de la clase obrera y la victoria del socialismo en Francia, en Europa y a nivel internacional.

El PES hace este llamado a los trabajadores y jóvenes para que se opongan implacablemente al callejón sin salida de las elecciones presidenciales francesas, que luchen por un boicot en la clase obrera, apoyen al PES, estudien su programa y se unan a la lucha por construir la vanguardia política de la clase obrera en Francia.

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