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El hackeo de HBO y la campaña sobre la “intromisión rusa”

La reciente filtración de archivos confidenciales de HBO por parte de hackers que se hacen llamar “Sr. Smith” ha puesto de relieve el carácter planeado e infundado de la narrativa oficial del presunto hackeo de las elecciones estadounidenses por parte de Rusia.

La publicación en internet de tesoros de material de la HBO por parte de hackers que demandaban un rescate multimillonario en dólares socava las afirmaciones de las agencias de inteligencia estadounidenses, transmitidas sin sentido crítico por los medios, según las que fue el gobierno ruso, bajo la dirección personal del presidente Vladimir Putin, quien hackeó los ordenadores del Comité Nacional Demócrata (DNC) y del jefe de campaña de Hillary Clinton, John Podesta, canalizando información políticamente perjudicial hacia WikiLeaks para su publicación el verano pasado.

Tanto el gobierno ruso como WikiLeaks han negado reiteradamente que Rusia haya tenido cualquier implicación con la filtración de correos electrónicos demócratas, y ni el gobierno estadounidense ni los medios han suministrado, a lo largo de más de un año de agitación anti-rusa, ninguna prueba fáctica seria para respaldar sus afirmaciones.

Pero informes interminables por parte de periódicos como el New York Times y el Washington Post, citando fuentes de la inteligencia y del gobierno sin nombrar las y “expertos” en robos informáticos vinculados con la CIA, el FBI y otras agencias estatales, han afirmado que el hackeo de l os demócratas tenía que ser obra de las agencias de inteligencias rusas, en parte porque solo los rusos son lo suficientemente sofisticados y diabólicos para llevar a cabo tal operación.

El hackeo masivo de la HBO, sin embargo, es solo el caso más reciente que demuestra la proliferación de grupos de hackers en todo el mundo que emplean tecnología y metodología avanzada para atacar con éxito a gigantescas corporaciones, que utilizan las técnicas más caras y sofisticadas para proteger sus datos —mucho más exhaustivas que los métodos primitivos utilizados por el Partido Demócrata y la campaña de Clinton.

HBO hizo público el hackeo el 31 de julio, después de una descarga de datos que incluían varios próximos episodios de las seriales de televisión “Ballers”, “Insecure” y “Room 104”, así como un guion para uno de los próximos episodios de “Game of Thrones”. Los hackers hicieron públicos más archivos de la HBO el lunes y exigieron un rescate por valor de cerca de 6 millones de dólares con la amenaza de publicar todavía más material.

La segunda tanda de datos publicados incluía otros cinco guiones de “Game of Thrones”, incluyendo el de uno de los próximos episodios, y todos los correos electrónicos de un mes entero del vicepresidente de la cadena para la programación de películas. Incluía también hojas de balance financiero, un informe de reclamaciones legales contra la cadena televisiva y cartas de ofertas de trabajo para varios ejecutivos de alto nivel.

Los hackers le enviaron al alto ejecutivo de HBO Richard Plepler una carta en vídeo que decía “Hemos accedido con éxito a vuestra enorme red ... HBO era uno de los objetivos difíciles con los que tratábamos pero hemos tenido éxito (nos tomó unos seis meses)”.

Comentando acerca de la extensión de los hackers altamente sofisticados, Jim McGreggor, el analista principal de Tirias Research, declaró a TechNewsWorld, “Ninguna compañía está a salvo hoy. Pero cuanto más grande y prominente eres, tanto más eres el blanco de una amplia gama de hackers”.

El hackeo de HBO es el segundo ataque informático con éxito a un medio principal en los últimos ocho meses. En diciembre pasado, un grupo conocido como el Dark Overlord [el oscuro jefe supremo] robó varios archivos a Larson Studios, incluyendo toda la quinta temporada de “Orange is the New Black” de Netflix. Los hackers publicaron los episodios robados en abril, cantes del inicio previsto de la temporada el 9 de junio.

En octubre de 2014, hackers que se hacían llamar Guardians of Peace robaron más de 100 terabytes de documentos confidenciales a Sony Pictures, incluyendo correos electrónicos embarazosos entre altos ejecutivos. Publicaron muchos de los documentos en internet, desencadenando un enorme escándalo en la compañía.

Sin aportar pruebas, el FBI y la administración de Obama afirmaron que los hackers estaban vinculados al gobierno norcoreano, que presuntamente estaba tomando represalias por una película respaldada por la Sony y que iba a aparecer en breve, The Interview, una “comedia” pueril y reaccionaria sobre un complot de la CIA para asesinar al lider norcoreano Kim Jong-un.

El gobierno estadounidense utilizó el hackeo a la Sony, que había producido en 2012 la película a favor de la CIA y de la tortura sobre el asesinato de Osama bin Laden, Zero Dark Thirty, para montar una provocación contra Corea del Norte. El World Socialist Web Site en su momento documentó la colaboración del Departamento de Estado y personas vinculadas a la CIA con los productores de The Interview.

El montaje de 2014 de Corea del Norte demostró ser un ensayo general para la campaña intensa y que se continúa en la actualidad contra Rusia, que ha sido encabezada por el Partido Demócrata en alianza con la CIA, y se constituyó en el foco de la oposición de los demócratas a la administración de Trump, que denunciaban por ser “blanda” hacia Moscú y Berlín.

El informe de inteligencia publicado en enero por el FBI, la CIA y la NSA y que concluía que Putin supervisó directamente el hackeo de los demócratas para inclinar las elecciones a favor de su candidato escogido, Donald Trump, no contenía pruebas fácticas, solo conclusiones infundadas. Y en consonancia con toda la campaña contra el “hackeo” ruso, callaba acerca del contenido real de lo que fue filtrado por los que accedieron hackeando a los correos electrónicos del DNC y de Podesta: verdadera información sobre los esfuerzos del DNC para sabotear la campaña presidencial del senador Bernie Sanders y las transcripciones de los discursos adulatorios de Clinton hacia los banqueros de Wall Street, incluyendo a Goldman Sachs.

En cuanto al argumento según el cual solo una agencia estatal altamente sofisticada podría haber irrumpido con éxito en los ordenadores del Partido Demócrata, esto queda desmentido por el hecho reconocido de que los correos electrónicos de Podesta fueron birlados mediante un timo de fraude electrónico, uno de los métodos más primitivos para hackear ordenadores, usado ampliamente por hackers aficionados, no por agencias de inteligencia extranjeras.

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