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La ex jefa del DNC Donna Brazile destapa nuevos interrogantes respecto al asesinato de Seth Rich y dice que teme por su vida

Una serie de declaraciones por parte de Donna Brazile, la antigua jefa interina del Comité Nacional Demócrata, una vez más plantea preguntas sobre la muerte del empleado del Partido Demócrata Seth Rich el 10 de julio de 2016.

Rich, quien por entonces tenía 27 años, llevaba trabajando como Director de Datos de Expansión Votante para el Comité Nacional Demócrata (DNC) desde 2014. Le dispararon a una manzana de su apartamento en el barrio Bloomingdale de Washington DC.

Rich murió por dos heridas de bala en la espalda, en lo que es un crimen todavía no resuelto. La policía se dio prisa en declarar el homicidio un robo chapucero, a pesar del hecho de que ninguna de sus posesiones había sido sustraída. Lo mataron dos semanas antes de que WikiLeaks empezara a publicar correos electrónicos filtrados del DNC.

En su nuevo libro, Hackeos: La historia desde dentro de los pirateos y los ataques de nervios que pusieron a Donald Trump en la Casa Blanca, y en entrevistas durante los días pasados, Brazile ha dicho que temió por su vida tras el asesinato de Rich.

Brazile apareció el domingo en “This Week” de la ABC para discutir su libro, en el que alega que la campaña de Clinton ejerció una autoridad inapropiada sobre el Comité Nacional Demócrata antes de la selección de Clinton como la nominada.

Al preguntarle el moderador George Stephanopoulos sobre quienes la critican en el seno del Partido Demócrata, Brazile les dijo que “se fueran al infierno”. Y prosiguió, “Y les digo que se vayan al infierno porque, ¿por qué tengo que ser la única persona a quien no se deja contar su versión?”.

“He oído a mucha gente decirme varias cosas también. Pero he aquí lo que ellos no saben... Ellos no saben lo que es enterrar a un muchacho. Yo lo hice, a Seth Rich”.

Cuando Stephanopoulos le preguntó, “Usted mencionó a Seth Rich quien, por supuesto, fue asesinado durante la campaña. ¿Se sintió usted amenazada?”, Brazile respondió, “Todos los días”, y añadió, “Mi casa ahora mismo está —tengo todo tipo de dispositivo de seguridad. Tuve que hacer inspeccionar mi casa. Tuve que hacer inspeccionar el DNC dos veces. Fue horrible”.

Gran parte del libro de Brazile está dedicada a criticar la aproximación “dirigida por los datos” de la campaña de Clinton, que priorizó la publicidad enfocada sobre la campaña tradicional sobre el terreno y esfuerzos de expansión de votantes. Su foco en este tema habría hecho su relación con Rich, el empleado a cargo de los datos de expansión de votantes, más estrecha.

La relación estrecha de Brazile con Rich deja claro que él no era un empleado de “bajo nivel”, como se lo ha descrito ampliamente. Claramente, él era una figura significativa en el DNC. Brazil incluye a Rich entre aquellos a quienes dedica su libro, llamándolo “mi compañero de trabajo en el DNC y patriota, Seth Rich”. Ella informa de que la muerte de Rich “hizo [que personas de la sede del DNC] se sintieran inseguras”.

En su libro, Brazile da a entender poderosamente que el FBI llevó a cabo una investigación sobre el asesinato de Rich, que la agencia niega hasta el día de hoy. “El FBI dijo que no veía huellas rusas allí”, escribe Brazile, “pero prometieron investigar el caso”.

Brazile plantea varios posibles móviles del crimen. Especula que Rich podría haber sido matado por los “rusos”, escribiendo, “Con todo lo que sé ahora sobre el hackeo ruso, no podría evitar preguntarme si jugaron algún papel en este asesinato no resuelto”.

En otro sitio, especula que puede que un oponente del Partido Demócrata haya matado a Rich. “Lo único en lo que podía pensar era Seth Rich. ¿Lo había matado alguien que zanjó el asunto por los demócratas? Probablemente no, pero aun así no lo sabíamos”, escribe.

Brazile se refiere solo brevemente a declaraciones del fundador de WikiLeaks Julian Assange, quien indicó que Rich podía haber sido la fuente de los correos electrónicos filtrados del DNC, planteando la posibilidad de que haya sido asesinado como consecuencia de ello. Brazile observa que “un periodista de la televisión holandesa le preguntó a Julian Assange por la muerte de Seth. En el vídeo que vi de la entrevista, Assange dio crédito a una teoría de la conspiración. Dejó de lado su sonrisa de suficiencia y dijo, ‘Nuestras fuentes asumen riesgos’. ¡Assange quería decir que Seth era una fuente de WikiLeaks!”.

WikiLeaks a continuación ofreció una recompensa por información que llevara a la condena de los asesinos de Rich.

A lo largo del año pasado, el New York Times, el Wall Street Journal, y el Washington Post repetidamente denunciaron cualquier desvío de la narrativa oficial de que el asesinato de Rich fue un “robo fallido” como “noticia falsa” y una “teoría de la conspiración”.

Indiferentemente de quién especula Brazile que puede haber estado detrás del homicidio, uno de los operativos de más alto nivel del Partido Demócrata cree que puede haber habido un móvil político en la muerte de Rich. ¿Por qué los principales diarios han denunciado a todo aquel que procurara una explicación política de su muerte?

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