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La gentrificación alimenta la crisis de desahucios en la ciudad de Nueva York

La continuación de un gran número de casos de desahucio en la ciudad de Nueva York es una expresión de la creciente desigualdad social en la sede de Wall Street. Existe una fuerte correlación entre el número de desahucios y las áreas geográficas con altas tasas de pobreza, según un informe de la Sociedad de Servicios Comunitarios de Nueva York.

La inflación de los alquileres que ha tenido lugar principalmente en Manhattan obligó a las personas a irse a los barrios periféricos de la ciudad, que a su vez están enfrentando el aumento de los alquileres debido a la gentrificación (proceso de renovación de un espacio para aumentar los alquileres). Casi la mitad de los apartamentos de alquiler en la ciudad de Nueva York tienen alquileres estabilizados, lo cual permite que los alquileres aumenten en una tasa más baja que las del mercado actual. Hay alrededor de 990.000 unidades con alquileres regulados y 2,6 millones de personas viviendo en ellas. Sin embargo, desde el 2007, se han desregulado al menos 172.000 apartamentos.

Aunque la tasa de desahucios en la ciudad de Nueva York había aumentado cada año entre el 2005 y el 2015, hubo una disminución del 18 por ciento en el número de casos que resultaron en desahucio inmediato: de 26.857 en el 2014 a 21.988 en el 2016, según Housing Court Answers , una organización sin fines de lucro que brinda ayuda a inquilinos en la corte de vivienda. Esta caída se debió principalmente a un programa en el cual los defensores lucharon durante años para proporcionarles abogados a los inquilinos de bajos ingresos que enfrentan casos de desahucio. Mientras que el noventa por ciento de los propietarios tenían abogados en el tribunal de vivienda, solo el diez por ciento de los inquilinos los tuvieron.

Sin embargo, a pesar de la caída, en los barrios más empobrecidos y que han estado en proceso de gentrificación, hay un número creciente de desahucios. Las disposiciones a favor de los propietarios en la Ley de Estabilización de Alquileres —como el bono del veinte por ciento que un propietario puede agregar al alquiler en caso que el inmueble quede vacante— contribuyen al acoso de los inquilinos en vecindarios con alquileres en aumento. El análisis de la Oficina Independiente de Presupuesto de la ciudad de Nueva York en el 2017 muestra que el 43 por ciento de las entradas para albergues familiares provenían de apartamentos con alquileres regulados.

Un indicador de las dificultades que enfrentan los inquilinos ha sido el aumento del número de abogados y otros que se especializan en ayudar a los propietarios a desalojar a los inquilinos. Tal servicio en la comunidad Bedford-Stuyvesant de Brooklyn es Quick Evic, destacado en el AM New York. Aumentó sus ingresos de $20.000 en el 2015 a más de $200.000 en el 2017. El propietario de Quick Evic, Richard Cabello, estima que uno de cada diez hogares en Bed-Stuy está luchando en un tribunal de vivienda para conservar sus hogares. En un caso, Quick Evic ayudó a un propietario a desalojar a tres familias que habían estado pagando a tiempo sus alquileres de entre $1,600 y $1,800 al mes en una casa de tres unidades sin un contrato de arrendamiento formal. Esto le permitió al propietario aumentar el alquiler en $1,000 por mes por cada apartamento, según AM New York.

En otro caso escandaloso, Justa López, quien tiene 100 años de edad, se enfrentó a un intento de Paley Management Corp. de desalojarla de su apartamento en el Upper East Side de Manhattan que ha ocupado durante 50 años sin faltar el pago de la renta. El propietario dice que ella no vive allí. Se rompió la cadera hace un año y después de la terapia en un asilo de ancianos, pasó su convalecencia en la casa de su hija—una situación de tratamiento médico que según su abogado no cuenta legalmente como estar lejos del apartamento. La verdadera razón del desahucio es que, bajo la regulación de control de renta de Nueva York, López está pagando $150 por mes por un apartamento de dos habitaciones que el propietario alquilaría en el mercado por $2,700, según el New York Post.

Los trabajadores que ganan el salario mínimo federal de $7.25 por hora no pueden encontrar un lugar asequible para vivir en ningún lugar del país, según un informe del 2016 de la Coalición Nacional de Vivienda de Bajos Ingresos. La base de datos inmobiliarios de Zillow señala que alrededor del cuarenta por ciento de los inquilinos adultos, solteros o sin pareja en edad laboral en la ciudad de Nueva York están en hogares “duplicados” con compañeros de cuarto o familiares, una cifra que ha aumentado cada año desde el 2005, la mayoría entre 23 y 29 años de edad. El aumento ha sido similar entre los desempleados y los adultos empleados, lo que indica que muchas personas en sus veinte trabajan en empleos de salario relativamente bajos.

La falta de vivienda en Estados Unidos afectaba a 550.000 en el 2017, mientras que en Nueva York el número de personas sin hogar y en las calles aumentó un cuatro por ciento llegando a 60.000. El diez por ciento de los estudiantes de las escuelas públicas de la ciudad de Nueva York, lo que equivale a más de 100.000 de ellos, carecen de una vivienda. Los desahucios provocan que los niños de las familias desplazadas sean desalojados de sus escuelas, y que haya una mayor tasa de suicidios. Además, un registro de desahucio hace que sea más difícil alquilar en el futuro.

La Encuesta de Financiamiento de Viviendas para Alquiler del 2015 realizada por la Oficina del Censo de Estados Unidos muestra que los grandes inversores corporativos y de capital privado han aumentado sus acciones en las viviendas de alquiler. Es más probable que desalojen a los inquilinos que a los pequeños propietarios. Sin embargo, mientras que el hogar típico que alquila tenía un ingreso anual de solo $37.900 en el 2015, el número de unidades que se alquilan por $2,000 por mes o más aumentó un 97 por ciento, requiriendo casi dos tercios del ingreso mensual de trabajadores con baja remuneración, según el Centro Conjunto de Estudios de la Vivienda de Harvard en el 2017.

El alcalde demócrata de Nueva York, Bill de Blasio, ha afirmado que su programa para financiar la construcción o la preservación de 200.000 viviendas asequibles para el 2024 alcanzará su objetivo antes de lo previsto y para su segundo mandato ha aumentado la meta a 300.000. Sus metas son lamentablemente inadecuadas a la luz de un déficit de más de 700.000 unidades de vivienda para neoyorquinos de bajos ingresos, como se señala en un estudio del 2015 del grupo de apoyo “Asequibilidad real para todos”.

Fila en la corte de vivienda de Brooklyn

Reporteros del World Socialist Web Site hablaron con inquilinos en la corte de vivienda de Brooklyn para obtener un retrato de sus problemas.

Deborah Williams, una asistente médica de cuidado en el hogar, estaba acompañando a su clienta, Janice Mikell del área de Coney Island en Brooklyn. “Estuve aquí ayer para mi misma y ahora la estoy asistiendo a ella. Vivo en un apartamento en un ático. Cada año el propietario sube el alquiler. Era $1200 al mes cuando me mudé en el 2016. Lo tenía a $1450 hace un año y ahora está pidiendo $1550 para el 2018. Lo sube cuando quiere. Después de que le dije que no podía costear tan alta renta, de repente quiere el apartamento de vuelta por razones personales. Conozco a muchas personas con el mismo problema. En Bed-Stuy, donde vivía, quieren precios exorbitantes. Mucha gente dice que es que las personas blancas están volviendo a Brooklyn. La cuestión es: ¿van a haber viviendas para personas con todo nivel salarial?”.

Sharon, quien vive en el este de Nueva York declaró: “Mi vecindario está cambiando. Era principalmente una comunidad negra. Hay diferentes sectores de la población mudándose. Están comprando las casas y subiendo los precios. Un hombre negro en la cuadra era propietario de un pequeño apartamento con dos habitaciones en las que solo podía caber un camarote, y lo rentaba a $1800. Fue influenciado por los cambios. Están haciendo cosas despiadadas para sacar a la gente. Pueden conseguir millones por una casa vieja y dilapidada”.

Maritza Henríquez, quien le ayuda a las personas que entran en la corte de vivienda a través de una organización sin fines de lucro, Housing Court Answers. “en la que participan personas que quieren ayudar a los muchos de nosotros que residimos en la ciudad de Nueva York y sufrimos bajo la gentrificación. Muchas personas están aquí por no pagar sus alquileres y por eso tienen que enfrentarse a un desahucio”, explicó.

“He trabajado en esto por dos años y medio. Las evicciones en Brooklyn llegaron a su punto más desquiciado hace algunos años, pero el problema se ha vuelto a intensificar en algunas comunidades. He escuchado de personas que reciben bonificaciones de los propietarios para que les ayuden a sacar a las personas, a veces destruyendo cosas en los apartamentos. Es especialmente difícil para los adultos mayores y los discapacitados.

“Creo que muchos políticos y líderes están tratando de encauzar todos los problemas asociados detrás de una sola respuesta, como proveer abogados para las cortes de vivienda. Teóricamente, el propósito para el cual la corte de vivienda de Nueva York fue fundada en 1973, era ayudar a los arrendatarios. Pero es efectivamente una agencia de cobro para los propietarios”.

Cuando se le preguntó por la causa del problema, Maritza respondió: “El Gobierno está permitiendo que esto pase y el Gobierno tiene el interés de hacerlo. La gente que controla el Gobierno son las corporaciones. Hagan lo que hagan no resolverán el problema si no hacen lo que ayude a los pobres. Comparto muchos valores socialistas. Creo que el capitalismo es el problema. Este sistema es como una gran bestia que está haciendo daño a las personas”.

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