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Perspectiva

Facebook anuncia un importante plan para censurar las noticias

El CEO de Facebook Mark Zuckerberg anunció el viernes que la mayor red social del mundo estará iniciando cambios importantes para relegar los contenidos políticos y de noticias en el muro de publicaciones y, en su lugar, priorizar los “momentos personales”. Este cambio constituye el paso más grande tomado hasta la fecha para censurar la información en línea.

Facebook es actualmente la principal fuente de noticias de cientos de millones de personas alrededor del mundo. El número de usuarios aumentó de 100 millones a 2.000 millones desde el 2008. Según una encuesta de Pew Research en noviembre, el 45 por ciento de los estadounidenses utiliza Facebook para leer noticias, más que cualquier otra plataforma social. Ha sido utilizado como un mecanismo importante para organizar protestas y divulgar información que usualmente no cubren los conglomerados mediáticos. Es precisamente esto con lo que Facebook, colaborando estrechamente con los Estados de las principales potencias capitalistas, quiere acabar.

En su anuncio de la decisión, Zuckerberg dijo que la compañía estará “realizando un cambio importante en cómo construimos Facebook… de enfocarnos en ayudarte a encontrar contenidos relevantes a ayudarte a tener interacciones sociales más significativas”.

El manifiesto está lleno de un lenguaje orwelliano propio de un régimen autoritario. Los cambios fueron motivados, según explica Zuckerberg, por un sentido “de responsabilidad para asegurarnos de que nuestros servicios no sean solo para diversión, sino que también sean positivos para el bienestar de las personas”. Al enterrar las noticias y, en cambio, enfatizar las publicaciones de amigos y familia, Facebook se asegurará de que los usuarios “se sientan más conectados y menos solos”, siendo su efecto subyacente “positivo para nuestro bienestar”.

En otras palabras, Facebook sabe qué es lo mejor para cada persona, y no son ni las noticias ni la información sobre la situación global. Tal “contenido público” dejará de aparecer gradualmente, mientras que las nuevas publicaciones “serán evaluadas bajo el mismo rubro —deberán promover interacciones significativas entre las personas—”.

En la dictadura prevista por Orwell en su libro 1984, el Gran Hermano y sus apologistas en la prensa utilizan la neolengua para encubrir el estado perpetuo de guerra y la dictadura refiriéndose a las cosas por su contrario: la guerra es paz. En la “lengua divertida” de Zuckerberg, la supresión de la habilidad de las personas a transmitir información es descrita como un esfuerzo para “acercar a las personas que nos importan más”. La censura en la forma de una tarjeta de felicitaciones de Hallmark.

Más allá, Zuckerberg indica que Facebook “comenzó los cambios en esta dirección el año pasado”, lo que es decir que la censura ya ha comenzado. El World Socialist Web Site ha observado durante los últimos seis meses que el contenido en Facebook, particularmente los videos, tienen un alcance mucho menor que anteriormente, mientras que los lectores han reportado que sus publicaciones con artículos del WSWS han sido marcadas como “no deseadas”.

El motivo político detrás de tal decisión —un giro de 180 grados en la estrategia de presentación de contenido de la empresa— es evidenciado por el hecho de que probablemente vaya a perjudicar sus ingresos. Zuckerberg reconoció que “el tiempo que las personas pasan en Facebook y otras formas de interacción caerán”. Esto, en combinación con una caída en los ingresos publicitarios, redujo el precio de las acciones de Facebook un 9 por ciento el viernes.

Sin embargo, hay cuestiones más importantes. Esta acción ejemplifica la estrecha relación entre las principales compañías tecnológicas y la censura corporativa-estatal. Han pasado de ser empresas cuyo principal servicio era propagar, compartir y diseminar información a ser instrumentos de supresión y control.

Hace un año, Zuckerberg habría tomado orgullo de que “los videos y otros contenidos públicos han estallado en Facebook durante el último par de años”. Ahora, como lo hace su comunicado, lo trata como algo peligroso.

Este giro es el resultado de la campaña encabezada por el Partido Demócrata y las agencias de inteligencia de EUA. En coordinación con los principales medios de comunicación como el New York Times y el Washington Post, han avanzado el argumento neomccarthista de que la influencia rusa en la política estadounidense, principalmente por medio de las redes sociales, ha corrompido la “democracia estadounidense” y “sembrado discordia” en el país, un argumento que Alemania, Francia y otros Gobiernos han reproducido.

En una serie de audiencias a fines del año pasado, los legisladores estadounidenses precisaron que esperan que Facebook, Twitter y Google implementen medidas amplias para atacar el discurso político en línea. La semana pasada, los demócratas en el Senado estadounidense publicaron un importante informe sobre la presunta intervención rusa en la política estadounidense y europea que concluye que “las plataformas de redes sociales son un medio clave para las campañas de desinformación que socavan las democracias”.

La verdadera inquietud de la burguesía no es la “injerencia” rusa, sino el crecimiento de la oposición social y política, tanto en Estados Unidos como internacionalmente. A medida que el Gobierno de Trump persigue su agenda reaccionaria, militarista y antidemocrática —que ha incluido la abolición de la neutralidad de la red— a los demócratas les aterra que las guerras interminables y los niveles insostenibles de desigualdad social produzcan una explosión social.

Hace cinco meses, el World Socialist Web Site advirtió que Google procuraba censurar los sitios web izquierdistas, progresistas y contra la guerra, como parte de un giro más amplio de las principales empresas tecnológicas hacia la censura. La ofensiva contra los derechos democráticos y la libertad de expresión han avanzado rápidamente en este último año. La velocidad de estas acciones de la clase gobernante corresponde a la anticipación de una gran guerra y la erupción del malestar social este año.

Ante este contexto, el seminario en línea “Organizando una resistencia a la censura del Internet”, con el presidente del WSWS y el periodista Chris Hedges, es sumamente oportuno. La transmisión en línea tendrá lugar el martes, 16 de enero, de las 7:00 a las 8:30 pm (horario del este de Norteamérica; EDT). Llamamos a nuestros lectores a registrarse hoy a través de endcensorship.org y a hacer planes para participar en este crítico evento internacional.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 13 de enero de 2018)

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