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Senador líder demócrata busca proteger al fiscal especial Mueller, no a los inmigrantes de DACA

El líder de la minoría demócrata en el Senado, Charles Schumer, declaró el domingo que los demócratas pretendían introducir una disposición para proteger al fiscal especial a cargo de la investigación sobre Rusia del Departamento de Justicia, Robert Mueller, en su resolución presupuestaria actualmente bajo consideración en el Congreso.

“Lo más importante que puede hacer el Congreso en este momento es asegurarse de que la investigación del fiscal especial Mueller continúe sin contratiempos ni impedimentos”, señaló en una declaración emitida por su oficina legislativa. “Nadie—ni los oficiales de la Administración, ni los republicanos, ni el presidente—debería ponerse en el camino y menoscabar la investigación y, por esto, los demócratas buscarán añadir protecciones para Mueller en las negociaciones en marcha sobre el presupuesto”.

Schumer estaba respondiendo a varios reportes de la prensa que afirman que el presidente Donald Trump había decidido despedir a Mueller en junio del año pasado, pero fue disuadido solo cuando su asesor en la Casa Blanca, Don McGahn, amenazó que prefería renunciar a transmitir esta orden de despido al Departamento de Justicia.

Siendo el congresista demócrata más poderoso, Schumer hizo su declaración tan solo seis días después de que acordó borrar cualquier mención de proteger a los jóvenes inmigrantes de la resolución presupuestaria. Esto significó su capitulación a la Casa Blanca y a los congresistas republicanos, como parte de un enfrentamiento que produjo un cierre parcial del Gobierno federal por dos días.

Bajo los términos del acuerdo entre Schumer y el líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell, los demócratas aceptaron abandonar sus maniobras obstruccionistas para permitir la promulgación de una resolución al presupuesto de corto plazo, lo que puso fin al cierre del Gobierno y reautorizó el gasto federal hasta el 8 de febrero.

Esta decisión se tomó en respuesta a la promesa de McConnell de permitir la votación de un proyecto de ley migratorio individual que incluyera el futuro de los 800.000 jóvenes indocumentados que llegaron al país como niños y se pudieron amparar de ser deportados por medio del programa Acción Diferida para Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés) decretado por el Gobierno de Obama. Trump anuló la orden ejecutiva que creó DACA, dándole al Congreso hasta el 5 de marzo para hacer algo al respecto.

La promesa de McConnell no garantiza de ninguna manera que se tomarán acciones para legalizar a los beneficiarios de DACA, incluso si el Senado aprobara tal proyecto de ley. La Cámara de Representantes ni siquiera tocará un proyecto de ley sobre DACA sin el apoyo de la Casa Blanca, como manifestó el líder dicha cámara, Paul Ryan. Por su parte, Trump ha insistido en que cualquier legislación sobre DACA tiene que incluir un puñado de medidas represivas y antiinmigrantes, incluyendo el infamo muro a lo largo de la frontera entre México y EUA.

Los demócratas están bien al tanto de que la única manera de obtener un plazo de gracia para DACA es adjuntándolo a la resolución del presupuesto, que la Cámara de Representantes tiene que aprobar y Trump firmar para poder financiar al Gobierno federal por lo que resta del año fiscal. La declaración de Schumer de que la protección de Mueller tiene que ser insertada en la resolución presupuestaria, después de aceptar que la protección de DACA se eliminara, es una clara indicación de las verdaderas prioridades del Partido Demócrata.

Los demócratas han enfocado toda su energía en la campaña antirrusa, en parte como presión para que la Administración Trump adopte la política de mano dura hacia Moscú iniciada durante el segundo término de Obama y en parte como método para desviar la oposición de masas a la Administración Trump en una dirección derechista, nacionalista y militarista.

A raíz de la medida de los demócratas, Trump delineó una nueva oferta sobre migración un tanto modificada el miércoles y jueves a través de una serie de tuits y una rueda de prensa en la Casa Blanca. Mientras que oreció un “camino a la ciudadanía” para los inmigrantes indocumentados traídos al país como infantes, un camino que podría tardar hasta 12 años, su plan también les prohíbe a estos inmigrantes obtener la legalización de sus propios padres o hermanos mayores que no formen parte de DACA y quienes podrían ser deportados.

El plan de la Casa Blanca incluirá $25.000 millones para la construcción del muro y otras medidas de seguridad fronteriza, incluyendo vigilancia electrónica, drones y un ejército de nuevos agentes migratorios. También pondría fin a la “lotería de diversidad”, la cual les otorga algunas visas a inmigrantes de países en África y Asia que el mandatario demoniza. Además, impondrá otras restricciones a la inmigración legal. Un grupo migratorio estima que el plan recortaría la inmigración legal en casi 300.000 personas al año.

La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, siglas en inglés) calificó el plan como una “propuesta xenofóbica y cargada de odio que recortaría la inmigración legal a niveles no vistos desde las cuotas raciales en la década de 1920”. Una vocera de United We Dream, una de las organizaciones de los beneficiarios de DACA, la describió como “una nota supremacista blanca de extorsión”.

Sin embargo, los dos principales órganos de la opinión pública “liberal”, el New York Times y el Washington Post, publicaron editoriales urgiendo a los demócratas a aceptar la oferta de Trump. “[D]e vez en cuando, el presidente Trump emite una idea sensata”, escribió el Times, añadiendo que, “una solución tiene que constituir un equilibrio entre ofrecerle a muchos de los inmigrantes indocumentados y sus familias—y a los Dreamers [beneficiarios de DACA]—una manera de legalizar su presencia y aumentar la seguridad fronteriza”.

Por su parte, el editorial del Post declaró que el plan de Trump “contiene los elementos de un acuerdo imaginable”. Continúa: “Los legisladores quieren llegar a un sí tienen que aprovechar estos elementos y comenzar a trabajar”. El artículo urge al Congreso a “darle la bienvenida a la propuesta del Sr. Trump de un camino de 10 a 12 años hacia la ciudadanía para el estimado de 1,8 millones de inmigrantes jóvenes indocumentados suscritos o potencialmente elegibles para la Acción Diferida para Llegados en la Infancia”. Su conclusión indiscreta es que si se puede llegar a un trato de “Dreamers por el muro”.

Los legisladores demócratas fueron más precavidos que los editores del diario en sus declaraciones iniciales, pero ha quedado claro que están moviéndose en esa dirección y que el acuerdo de “el muro por DACA” ganará ímpetu después de que la propuesta migratoria del Gobierno se anuncie formalmente, algo programado preliminarmente para el lunes, en vísperas del discurso del Estado de la Nación de Trump.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 29 de enero de 2018)

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