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Maestros de West Virginia hacen huelga a nivel estatal

En la primera huelga de maestros en West Virginia en casi tres décadas, 15.000 maestros, conductores de autobuses escolares y otros empleados escolares salieron de las aulas el jueves para dar inicio a un paro de dos días en todo el estado. Los maestros, que se encuentran entre los peor pagados de la nación, están exigiendo mejores salarios y un fin al aumento en los costos médicos impuesto por la Agencia Estatal de Seguros para Empleados Públicos (PEIA, por sus siglas en inglés).

Los maestros y otros empleados escolares están desafiando la prohibición antidemocrática de huelgas de empleados públicos a nivel estatal, que conlleva la posibilidad de multas, despidos masivos e incluso encarcelamientos. En vísperas de la huelga, el fiscal general, Patrick Morrisey, declaró que “un paro laboral de cualquier longitud en cualquier terreno es ilegal”. Morrisey dijo que respaldaría a los consejos escolares del condado y los superintendentes escolares que soliciten órdenes de reincorporación al trabajo.

El magisterio en West Virginia está legalmente prohibido de entablar cualquier negociación colectiva de salarios y beneficios, los cuales son dejados al capricho de un Gobierno estatal conocido por estar en el bolsillo de las compañías de carbón y energía.

Maestros y otros empleados públios

El miércoles, el gobernador republicano, Jim Justice, un multimillonario magnate del carbón, firmó un proyecto de ley que otorga a los maestros un insultante aumento del dos por ciento en julio, seguido de un aumento anual del uno por ciento en los próximos dos años. El proyecto de ley fue respaldado por los republicanos y una parte significativa de los demócratas, que se han postulado cínicamente como partidarios de los maestros.

Si bien los legisladores estatales hipócritamente denunciaron a los maestros en huelga por lastimar a sus estudiantes, la huelga cuenta con el apoyo de padres y estudiantes de clase trabajadora, quienes se unieron a los maestros en piquetes en los 55 condados estatales. Grandes contingentes de trabajadores y jóvenes participaron junto a miles de maestros en protestas masivas en la capital estatal de Charleston.

Un estimado de 5.000 trabajadores y jóvenes descendieron al edificio del capitolio, gritando “Ya es suficiente” y “Hartos, enardecidos”. Los legisladores, que se han opuesto firmemente a las demandas salariales y de atención médica de los maestros, han cancelado el debate sobre PEIA y educación pública.

Kay Shirey, consejera vocacional de la escuela intermedia Eastern Greenbrier, le comentó al World Socialist Web Site, “Estuvimos aquí hace 30 años librando las mismas batallas. Nos decían, 'Esperen, arreglaremos esto.' Estamos cansados de esperar”. (Ver: “West Virginia teachers demand quality pay, health care”)

La huelga ha dejado al descubierto el abismo entre las bases de los docentes y los dos sindicatos, la Asociación de Educación de West Virginia (WVEA, siglas en inglés) y la Federación Estadounidense de Maestros de West Virginia (AFT-WV, siglas en inglés), que han colaborado durante mucho tiempo con los mismos políticos demócratas y republicanos que han privado de fondos a las escuelas públicas. Ambos sindicatos respaldaron a Justice, que se presentó como demócrata antes de cambiar de partido. También respaldaron a su predecesor y actual senador demócrata, Joe Manchin, quien también prometió y no les entregó nada a los maestros.

Al no poder apaciguar la ira de los maestros con las huelgas de un día en un número limitado de condados a principios de este mes, los sindicatos convocaron a la acción estatal para el jueves y el viernes.

Mientras que los sindicatos han planteado la idea de reanudar las “huelgas rotatorias”, yendo condado por condado, la presidenta de la AFT-WV, Christine Campbell, señaló el viernes que los sindicatos podrían bloquear nuevas acciones de protesta o simplemente esperar hasta que la legislatura salga a vacaciones el 10 de marzo. “Estamos evaluando la situación”, dijo Campbell, según un informe del Washington Post. “Vamos a hacer una determinación en algún momento [el viernes] sobre si es necesario o no tomar medidas adicionales y cuál podría ser esa acción”.

Los sindicatos están tratando de sofocar la huelga lo más pronto posible. Esto quedó claro por la presencia en West Virginia del presidente nacional de la AFT, Randi Weingarten. Siendo una pieza fiel a la élite del Partido Demócrata, Weingarten pasó los ocho años de la Administración de Obama suprimiendo la oposición de los docentes a la agenda del presidente de promulgar una “reforma escolar” para promover las escuelas concertadas y los planes educativos con fines de lucro, mientras que la AFT recibió dinero de Bill Gates y otros enemigos de la educación pública.

El jueves, Weingarten dijo que el primer paso para terminar la huelga para el 10 de marzo sería “no hacer lo que hizo el Senado, que en realidad fue rebajar la propuesta de la Cámara”. En otras palabras, el burócrata de la AFT (cuyo ingreso personal es de $500.000 al año) está en conversaciones con demócratas del estado sobre un plan para restaurar la propuesta igualmente insultante de la cámara baja del estado de un aumento salarial de cinco por ciento en cuatro años. Los sindicatos señalarían esto como “un progreso” y acabarían la lucha.

Estudiantes protestando en West Virginia

Los maestros de base solicitan una huelga estatal indefinida para conquistar sus demandas. “Quiero que nos quedemos en huelga”, le dijo al WSWS un maestro de la escuela primaria Glen Forkque que protestaba en el capitolio estatal. “La última vez que salimos por un día, y ellos no hicieron nada. Ahora dos días. ¿Qué van a hacer a continuación, tres días? Deberíamos permanecer fuera hasta que se solucione nuestra atención médica”.

Para no salir derrotados, los maestros tienen que quitarle el timón de la lucha y huelgas de las manos de los sindicatos, eligiendo comités de base para coordinar la huelga en cada escuela y comunidad. Se deben convocar reuniones masivas para ampliar el apoyo a la lucha y movilizar a los sectores más amplios de la clase trabajadora, incluidos todos los empleados públicos, mineros del carbón, trabajadores de fábricas y estudiantes universitarios y secundarios.

Los trabajadores deben rechazar la mentira, difundida por los sindicatos, de que sus demandas pueden ganarse apelando a los políticos demócratas y republicanos que tienen un interés personal en defender la riqueza y el poder de la élite corporativa y financiera.

La huelga en West Virginia es parte de un resurgimiento de la lucha de clases a nivel internacional. Después de más de una década de salarios estancados y en descenso, mayores costos de atención médica y un aumento en la desigualdad, Estados Unidos está en vísperas de una explosión social. Los educadores están particularmente decididos a recuperar los salarios perdidos y defender la educación pública contra nuevos ataques que están siendo preparados por la Administración de Trump y la secretaria de Educación, Betsy DeVos. Los maestros en Pittsburgh, Arizona, Nueva Jersey, Florida, Oklahoma y otras áreas están presionando a favor de unirse a la huelga.

Las amenazas de que tomaran represalias, multas y despidos, y la oposición a las demandas de los docentes por parte de los demócratas y republicanos exponen el hecho de que los maestros están involucrados en una lucha política. Todo el aparato estatal es un instrumento de la élite corporativa y financiera, que está determinado a hacer que el magisterio y toda la clase trabajadora paguen para canalizar dinero hacia Wall Street y el ejército.

El resurgimiento de la lucha de la clase obrera debe estar vinculado a la construcción de un movimiento político de masas de la clase trabajadora, independiente de los dos grandes partidos empresariales, luchando por un programa socialista para satisfacer las necesidades humanas, no las ganancias corporativas.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 23 de febrero de 2018)

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