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¡Demanden una votación estatal antes de cualquier regreso al trabajo!

¡Rechacen la traición contra la huelga de los maestros en West Virginia!

El acuerdo llegado tras bastidores entre los sindicatos y el gobernador Jim Justice es una traición contra los maestros y trabajadores escolares. La decisión por la Asociación de Educación de West Virginia (WVEA, por sus siglas en inglés) y la Federación Estadounidense de Maestros-West Virginia (AFT-WV, por sus siglas en inglés) de acabar con la huelga —justamente en el momento en el que comenzaba a ganar apoyo de los trabajadores y jóvenes por todo el estado y el país— representa una puñalada por la espalda.

Los empleados escolares no se unieron en todos los 55 condados de West Virginia y emprendieron una lucha solo para doblegarse con base en promesas insignificantes del multimillonario gobernador. Incluso si la propuesta completamente inadecuada de un aumento del 5 por ciento fuese aprobada en la asamblea legislativa estatal —algo lejos de ser una certeza—, los maestros y trabajadores públicos todavía estarían condenados a un salario de pobreza, costos médicos aplastantes y a la continua deterioración de las condiciones para la instrucción.

El presidente de la WVEA, Dale Lee, la presidenta de la AFT-WV, Christine Campbell, dicen respetar la voluntad democrática de sus miembros. No obstante, han ordenado unilateralmente finalizar la huelga sin siquiera una apertura a lo que piensan los docentes y los otros trabajadores escolares a este acuerdo entreguista.

¡Esto no puede ser aceptado! Los educadores de cada condado tienen que exigir: Ningún regreso al trabajo hasta que haya una votación a nivel estatal de los trabajadores en huelga. En todos los condados, los maestros y los otros trabajadores tienen que actuar ahora para detener esta rendición. Se tienen que elegir comités de huelga entre las bases obreras en cada escuela, lugar de trabajo y comunidad para conducir la lucha lejos de las manos de Lee, Campbell, White y compañía.

Existe un enojo generalizado hacia esta traición. En vez de replegarse, los educadores necesitan buscar alcanzar a todos los trabajadores —los empleados estatales, los mineros del carbón, los trabajadores hospitalarios, los obreros industriales, los estudiantes y jóvenes— y movilizar el mayor apoyo posible a su lucha por salarios dignos, servicios de salud asequibles y una educación pública de calidad. Cualquier amenaza de una orden judicial, multas o arrestos tiene que responderse con la acción colectiva de la clase obrera en todo el estado, con base en el principio de “¡Un ataque contra uno es un ataque contra todos!”.

En una rueda de prensa, Lee declaró: “Si las cosas se estancan con los legisladores, nos reservamos el derecho a volver a convocar a las personas para que salgan otra vez”. Esto es un fraude. Al desmovilizar a los maestros y otros trabajadores escolares, los sindicatos les están entregando el ímpetu a Justice y a los políticos de las grandes empresas, quienes no tienen ninguna intención de cumplir las demandas

Anunciando el acuerdo, Justice aplaudió a los “excelentes representantes sindicales”, recompensándolos por el acuerdo entreguista con puestos en un grupo de trabajo sobre PEIA, la agencia de seguros para empleados públicos. Mientras que esto solo se suma a los ya elevados salarios de los ejecutivos sindicales, no beneficiará del todo a los empleados públicos que han escuchado las mismas y desgastadas promesas por décadas.

El problema con PEIA no es la falta de recursos. Las gigantes energéticas y del carbón y las otras corporaciones han extraído enormes ganancias explotando los recursos naturales del estado y el sudor y la sangre de generaciones de trabajadores. Pero el Gobierno estatal en su conjunto, sea controlado por demócratas y republicanos, es una herramienta de para los intereses más poderosos corporativos y financieros, los cuales no quieren gastar ni un cinco en mejorar los niveles de vida, el acceso a la salud ni la educación pública de los trabajadores.

Si la historia de las valientes luchas de los mineros en West Virginia nos enseña algo, es que la clase obrera nunca ha ganado nada sin una batalla con la máxima determinación contra los representantes de la patronal.

Los sindicatos argumentan que la elección de más demócratas les ayudará a los maestros; sin embargo, los demócratas han controlado la mansión del gobernador por 32 de los últimos 40 años, y cada uno de ellos, con el endoso de los sindicatos, ha saqueado los fondos necesarios para los servicios públicos, al igual que los republicanos.

A nivel nacional, el Gobierno de Obama encabezó el ataque contra los maestros y la educación pública con su agenda procorporativa de una “reforma educativa” y su esquema de “La carrera hasta la cima” que utilizó a los maestros como chivos expiatorios para expandir drásticamente las escuelas concertadas y otros negocios educativos con fines de lucro.

Ahora, dos multimillonarios —Trump y su secretaria de educación, Betsy DeVos— quieren recortar miles de millones de dólares en educación y privar a millones más de un cuidado de salud. Sea un demócrata o un republicano en la Casa Blanca, todos procuran robarle a la clase trabajadora para financiar más rescates para Wall Street, reducciones de impuestos para las corporaciones y guerras interminables.

¡Maestros, tienen aliados poderosos, pero no son los demócratas! Es hacia las masas obreras hacia donde deben orientarse: hacia los docentes y trabajadores escolares en Pittsburgh, Los Ángeles, Florida, Nueva Jersey, Oklahoma, Arizona y otras ciudades y estados que se preparan para emprender una lucha. Hacia los estudiantes de posgrado en la Universidad de Illinois que iniciaron un paro el lunes. A los 40.000 maestros universitarios en Inglaterra que están en huelga para defender sus pensiones y oponerse a planes para privatizar el sistema universitario público. A los 9.300 docentes públicos en Nueva Escocia, Canadá, que están amenazando con un paro en desafío a las leyes provinciales contra las huelgas.

Los comités independientes de los maestros, los comités en las comunidades obreras y los comités de fábrica en cada planta y lugar de trabajo crearán el marco organizacional para una ofensiva poderosa, independiente de los sindicatos y en oposición a todo el sistema social y político.

Los educadores tienen que establecer líneas de comunicación, utilizando las redes sociales y otros medios para insistir en que sus demandas sean cumplidas, incluyendo un aumento generalizado del 50 por ciento y la abolición de todos los gastos de salud de sus bolsillos.

Para luchar por esto, los trabajadores de la educación primero tienen que detener los intentos de poner fin a la huelga. ¡Exijan un voto a nivel estatal ahora!

(Artículo publicado originalmente en inglés el 28 de febrero de 2018)

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