El 2 de marzo, Nissan anunció el despido masivo de 550 trabajadores en su planta de ensamblaje de Cuernavaca, Morelos (CIVAC). Los despidos representan la eliminación de un equipo diaria entero y procedieron a raíz de la caída continua en ventas de autos. Junto a 600 despidos en la instalación el año pasado, ha habido 1.150 despidos en CIVAC en menos de un año.
Nissan posee dos plantas manufactureras en el estado central de Morelos, las cuales emplean más de 3.500 trabajadores a tiempo completo y a medio tiempo. Nissan es la compañía que vende más autos en México, poseyendo el 25 por ciento del Mercado nacional. Las plantas de CIVAC producen 56 por ciento de carros Nissan en México y ensamblan los populares modelos Versa y NP300. Hasta mayo del año pasado, las plantas también construían el modelo de la compañía Tsuru, el cual fue cancelado porque no podía cumplir con los estándares de seguridad y medioambiente.
Nissan también anunció recientemente que, a partir de Junio de este año, las plantas no ensamblarán más el modelo Tiida. Las plantas de CIVAC ensamblaron más de 800.000 carros en el 2016.
La compañía explicó que la caída en ventas y el sobre almacenamiento eran las razones para los despidos en las plantas. Las ventas automotrices de Nissan en México han caído por 15,9 por ciento desde junio del 2017, mientras que para la industria en conjunto ocurrió un declive de 9,4 por ciento en las ventas de carros mexicanos en enero y febrero de este año comparado con el pasado. Según el director de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), una caída en ventas es debido a una subida en la inflación y un incremento en las tasas de interés.
Los despidos tendrán un efecto dominó en la región, en el que se afectará la producción de llantas, partes automotrices y la trasportación de carros ensamblados. Según el gobierno estatal, el complejo de CIVAC es el principal proveedor de trabajos indirectos en Morelos. El fabricante de llantas Bridgestone y la fabricante de autopartes Autotek tienen centros manufactureros en el estado que otorga servicio a las plantas de CIVAC. Éstas han estado en Cuernavaca desde 1966 y fueron las primeras plantas de Nissan fuera de Japón.
El Sindicato Independiente de Trabajadores de Nissan (SITNISSAN), confrontado con otra ronda de despidos, hizo un llamado a los trabajadores para que dejaran la lucha en las manos del sindicato. “Urgimos a todos de que permanezcan con calma, el comité seguirá buscando alternativas para que así poco personal como sea posible se vea afectado”, declaró un boletín emitido a los trabajadores.
A raíz de los 600 despidos que ocurrió el pasado junio, el sindicato realizó una medida simbólica para colocar a los trabajadores despedidos en una lista corta para ver si eran contratados de vuelta si las plantas expandían su producción. El líder del sindicato, Andrés Lozano Rojas, también realizó llamados nacionalistas para que los negocios “compren a Morelia” para supuestamente salvar los empleos locales.
El Sindicato Independiente de Trabajadores de Nissan, como otros sindicatos pro-capitalistas y nacionalistas ha sido transformado fundamentalmente por la producción globalizada. Cuando son confrontados por las amenazas de cierre de producción, los sindicatos no pueden hacer nada más que acceder a las demandas corporativas de que se rebajen los salarios, menos seguridad laboral y menos beneficios en lo que equivale a una competencia hacia abajo para toda la clase trabajadora.
Nissan ya ha amenazado con cerrar las plantas en el 2013 en favor de una producción incrementada en sus plantas de Aguascalientes, que pagan menores salarios que las plantas de CIVAC. El gobierno estatal de Morelos rápidamente hizo todo lo que pudo para cumplir los deseos de la compañía en atraer a los fabricantes de autopartes a la región y mejorar la infraestructura de transporte para transportar los productos acabados de la compañía.
El gobierno “centro-izquierdista” estatal de Graco Ramírez destacó el carácter colaboracionista de los sindicatos a raíz del acuerdo: “El gobierno estatal se relaciona a los trabajadores, pero no somos los enemigos de la compañía y el sindicato no es enemigo de la compañía tampoco”.
Los trabajadores del CIVAC se fueron a la huelga por la primera vez en 13 años durante las últimas negociaciones del año pasado, lo cual refleja un aumento en la militancia de la clase trabajadora. Los trabajadores rechazaron un incremento de salario de 3,5 por ciento y un pago único de 3.000 pesos, exigiendo en vez un incremento salarial de cinco por ciento. Los trabajadores casi se van a la huelga en el 2014 y el 2016, pero los sindicatos bloquearon la acción industrial luego de que prometieran más ingresos luego de que fueran contratados 500 trabajadores adicionales que fueron contratados bajo el acuerdo de negociación colectiva de las plantas.
Los eventos del CIVAC son parte de una ola expansiva de la lucha de clase. En Canadá, 300 trabajadores en la instalación de partes automotrices ZF-TRW de Windsor, Ontario desafiaron a su sindicato y decidieron irse a la huelga en una lucha determinada para prevenir un declive mayor en sus condiciones de vida. Hay una creciente agitación entre los profesores en Argentina, EE.UU., Sri Lanka y el Reino Unido, quiénes se están movilizando para luchar después de años de recortes a la educación pública y los salarios en caída.
El Boletín Informativo del Trabajador Automotor del World Socialist Web Site urge a los trabajadores de que formen comités de bases, elegidos democráticamente por los trabajadores, para que tomen la lucha de las manos de los sindicatos nacionalistas y pro-capitalistas. Estos comités deben formar vínculos con sus hermanos y hermanas en otras plantas en México, por todo Norte y Sudamérica e internacionalmente para luchar contra la desigualdad social y la destrucción de derechos democráticos.
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(Artículo publicado originalmente en inglés el 12 de marzo de 2018)