Una familia de cuatro sin hogar fue encontrada muerta en su camioneta en el estacionamiento de un centro comercial en Garden Grove, California el jueves por la noche a menos de cinco millas del parque temático Disneylandia en la vecindad de Anaheim. El trágico incidente expone aún más la crisis de vivienda en el condado de Orange, California, donde recientemente la policía ha estado eliminando a cientos de personas de los campamentos de personas sin hogar.
La sombría escena, a unas 30 millas al sudeste de Los Ángeles, fue descubierta después de que una mujer sin hogar noto un olor extraño que emanaba de una camioneta Honda blanca y lo denunció a la policía. El viernes por la tarde, la oficina del forense confirmó que los cuerpos encontrados en la camioneta eran Phunyouphone Kanyavong, de 41 años, su novia aún no identificada de unos 20 años, junto con su hijo de nueve meses y su hija de dos años. Ambos niños fueron encontrados en pijama y aún en pañales. Los familiares informaron que la familia era de Garden Grove y habían estado sin hogar durante algún tiempo.
La policía informó que la causa probable era el envenenamiento por monóxido de carbono y que la familia probablemente había estado muerta durante dos o tres días antes de que se encontraran sus cuerpos. La camioneta estaba estacionada junto a una mediana de césped, lo que probablemente bloqueó el sistema de escape y provocó que los vapores letales ingresaran a la camioneta. La familia parecía dormir en la parte trasera de la camioneta cuando murieron con las ventanas cubiertas por mantas y un protector solar. La policía no reportó signos de trauma o juego sucio y estaban esperando los resultados de las pruebas de toxicología hasta el momento de escribir este informe.
Dan Walbon, de 64 años, sin hogar hasta hace poco, le dijo al Registro del Condado de Orange que conocía a la familia y que habían estado viviendo en su camioneta durante unos seis meses. La familia campaba entre el estacionamiento de CVS en el centro comercial y un parque cercano, donde recogían botellas vacías y latas de aluminio para reciclarlas por efectivo. A menudo, les daba comida. "Los niños parecían estar desnutridos... No tenían oportunidad para una vida", explicó Walbon.
Actualmente, hay al menos 450 familias en el condado que esperan algún tipo de alojamiento, según Elizabeth Andrade, directora de Family Solutions Collaborative, 11 agencias que brindan servicios a familias sin hogar. "¿Quién sabe cuántos no se han presentado, no han sido evaluados, van y vienen con amigos y familiares, o están pagando sus propios moteles?" Muchos padres a menudo no buscan ayuda porque les preocupa que sus hijos sean retirados de su custodia. Además, con las intensas redadas de ICE, muchos que quizás no tengan la documentación adecuada temen ser detenidos y deportados.
En todo California, al igual que en Oregon y Washington, la falta de vivienda está en aumento al mismo tiempo que los costos de la vivienda aumentan. El mes pasado, las autoridades desmantelaron el mayor campamento para personas sin hogar del Condado de Orange a lo largo del río Santa Ana. Hasta 1.500 personas habían estado viviendo a lo largo de la orilla del río, algunas durante más de una década. En un bombardeo de seis días, los alguaciles y la policía de Anaheim sacaron a casi 1.000 personas, algunas de las cuales fueron reubicadas temporalmente en moteles y refugios para personas sin hogar.
La población de personas sin hogar del Condado de Orange ha aumentado un 13 por ciento desde 2013, con 4.792 personas registradas como personas sin hogar durante la encuesta bianual del año pasado. Se reveló que más de la mitad dormía afuera, en sus vehículos o en otras áreas no destinadas a la habitación humana. El año pasado fue el segundo año más mortal registrado en la población sin hogar en el condado de Orange, con 193 muertes registradas, justo detrás de 2016, cuando 203 personas sin hogar murieron. Las muertes de personas sin hogar se han disparado desde 2005, cuando se registraron 54 muertes.
El condado está dividido entre comunidades de playas exclusivas y enclaves de élite y suburbios predominantemente inmigrantes y de clase trabajadora como Garden Grove, Santa Ana y Anaheim. Las mansiones de lujo y los campamentos para personas sin hogar se encuentran a unos kilómetros el uno del otro. Millones de turistas pasan por el parque temático Disneylandia de Anaheim cada año, mientras, a pocas cuadras, miles de personas duermen en la calle.
Según los últimos datos del Censo, Garden Grove tiene una población muy diversa de 175.000, que es 39.1 por ciento asiática, 36.8 por ciento hispana y 20.8 por ciento blanca. En 2016, la mediana del ingreso familiar fue de $60.522, casi parejo con la cifra nacional, pero ubicándolo al nivel inferior de las ciudades del Condado de Orange.
El costo mensual promedio para rentar en la ciudad es de casi $1.600 por mes, consumiendo casi un tercio del ingreso familiar medio. Un trabajador que trabaja a tiempo completo con el salario mínimo estatal de $11 por hora tendría que renunciar al 70 por ciento de sus ingresos solo para permanecer en el apartamento tipo estudio promedio.
Lo que es particularmente sorprendente de la última tragedia es el hecho de que esta familia sin hogar era asiática, lo que subraya la realidad de que la falta de vivienda es un problema de clase, que afecta a la clase trabajadora independientemente de su origen étnico o raza.
Hay 600.000 estadounidenses de origen asiático que viven en el Condado de Orange, una sección compleja y diversa de la población, según las diferencias generacionales y migratorias. Los vietnamitas, los coreanos y los filipinos son el primer, segundo y tercer subgrupo étnico más grande. Los trabajadores inmigrantes de Vietnam, Camboya y Laos enfrentan tasas más altas de enfermedades mentales debido al trauma de la guerra y el desplazamiento como refugiados.
Mientras que el 12 por ciento de los estadounidenses de origen asiático en el Condado de Orange viven en la pobreza, inferior al 13 por ciento de la población en general, ciertos grupos étnicos enfrentan tasas más altas. El 20 por ciento de los tailandeses, el 16 por ciento de los vietnamitas y el 15 por ciento de los nativos de Hawái y los habitantes de las islas del Pacífico viven por debajo del umbral de la pobreza.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 19 de marzo de 2018)