El nombramiento del notorio belicista John Bolton como asesor de seguridad nacional de Trump el jueves es una clara señal de que la Casa Blanca está en pie de guerra. Bolton es bien conocido por su defensa de las guerras ilegales de agresión, en particular contra Corea del Norte e Irán, su desprecio por la ONU y el derecho internacional, y su actitud beligerante hacia rivales estadounidenses como China y Rusia.
Corea del Norte está inmediatamente dentro del punto de mira de Trump. El presidente indicó a principios de este mes que se reuniría con el líder norcoreano Kim Jong-un en mayo. Sin embargo, el nombramiento de Bolton en lugar de H. R. McMaster y el halcón Mike Pompeo como secretario de estado de los EUA en lugar de Rex Tillerson hace dos semanas demuestra que el objetivo de cualquier reunión no será negociar, sino presentar un ultimátum o escenificar una provocación.
Bolton es un abierto defensor de los ataques militares preventivos contra Corea del Norte con el pretexto de poner fin a la llamada amenaza militar planteada por su arsenal nuclear. Apenas el mes pasado, aprovechó la observación de Pompeo de que a Corea del Norte le faltaban “pocos meses” para tener un misil nuclear capaz de llegar a los EUA, para presentar un caso legal falso en el Wall Street Journal para atacar a Corea del Norte. “No debemos esperar hasta el último minuto”, enfatizó.
En otro comentario en el Wall Street Journal en agosto pasado, Bolton descartó mordazmente cualquier posibilidad de llegar a un acuerdo con Corea del Norte y declaró que “es probable que se produzca algún tipo de ataque a menos que China acepte un cambio de régimen en Pyongyang”. Dándose cuenta perfectamente de las enormes bajas que tal guerra tendría para Corea del Sur y Japón, sin embargo, insistió en que Estados Unidos no tenía otra opción que llevar a cabo ataques preventivos contra Corea del Norte y establecer varias estrategias hasta e incluyendo una guerra e invasión aérea a gran escala.
Bolton es un amargo crítico del acuerdo nuclear de 2015 con Irán bajo la administración Obama que impuso severas limitaciones a los programas nucleares de ese país, y por lo tanto está en sintonía con la amenaza de Trump de retirarse del acuerdo en mayo si no cambia drásticamente. En un belicoso comentario en 2015 en el New York Times titulado “Para detener la bomba de Irán, bombardeen Irán”, abogó por los ataques militares de los EUA combinados con un esfuerzo concertado para el cambio de régimen en Teherán.
Del mismo modo, Bolton es un firme defensor de un enfoque de confrontación con China, impulsando acciones mucho más fuertes para desafiar los reclamos marítimos chinos en los mares del Sur de China y del Este de China. Sus puntos de vista sobre Taiwán están en línea con el cuestionamiento de la administración de Trump de la “política de Una China” y los pasos para forjar lazos más estrechos con Taiwán, medidas que socavarían gravemente las relaciones entre EUA y China y aumentarían enormemente el peligro de conflicto.
Escribiendo en el Wall Street Journal en 2016, Bolton llamó a los Estados Unidos a jugar la “carta de Taiwán” mejorando los lazos oficiales con la isla que China considera como una parte integral de su territorio. “Para un nuevo presidente de los EUA dispuesto a actuar con valentía, hay oportunidades para detener y luego revertir la marcha aparentemente inexorable de China hacia la hegemonía en el este de Asia”, escribió.
El nombramiento de Bolton ha provocado alarma en secciones de los medios y el establishment político estadounidense. El senador demócrata Bob Menéndez declaró que si bien Trump podría ver a Bolton como un simpatizante, “le recordaría que el señor Bolton tiene un enfoque imprudente para promover la seguridad de los estadounidenses, muy lejos de cualquier partido político”.
Richard Painter, un ex abogado de la Casa Blanca bajo el presidente George Bush, describió a Bolton como “el hombre más peligroso” de esa administración. “Contratarlo como el principal asesor de seguridad nacional del presidente es una invitación a la guerra, tal vez una guerra nuclear. Hay que evitar eso a toda costa”, le dijo a The Guardian.
En su editorial de ayer “Sí, John Bolton de verdad es tan peligroso”, advirtió el New York Times: “Hay pocas personas más propensas que el señor Bolton a llevar al país a la guerra ... Junto con su nombramiento del director de línea dura de la CIA Mike Pompeo como secretario de Estado, Trump está complaciendo sus peores instintos nacionalistas. El señor Bolton, en particular, cree que Estados Unidos puede hacer lo que quiera sin tener en cuenta el derecho internacional, los tratados o los compromisos políticos de las administraciones anteriores”.
Si bien es cierto que Bolton es un defensor infame de las guerras criminales, tales críticas y advertencias suenan completamente huecas. No existe una facción contraria a la guerra en la clase dominante estadounidense como lo demuestra el último cuarto de siglo de las invasiones e intervenciones estadounidenses. Más bien, las amargas luchas políticas internas y la crisis en Washington giran en torno a la mejor forma de usar el poderío militar de los EUA para apuntalar su posición en el orden geopolítico y qué rivales atacar primero.
Significativamente, el editorial del New York Times cita la actitud de Bolton hacia Rusia como su única gracia salvadora. “La posición del señor Bolton sobre Rusia”, declara, “que la OTAN debe tener una fuerte respuesta al envenenamiento de un ex espía ruso en Gran Bretaña relacionado con el Kremlin es algo mejor que la de Trump”. Esta observación refleja la campaña de la derecha emprendida por el periódico en alianza con los Demócratas y secciones del aparato de inteligencia militar para destituir a Trump de su presunta confabulación con funcionarios rusos durante la campaña de las elecciones presidenciales de 2016. Esto es nada menos que un impulso para la confrontación y la guerra con Rusia.
De hecho, Bolton tiene una respuesta militarista a cualquier desafío que se le presente a los intereses imperialistas de Estados Unidos, China y Rusia por igual. En una serie de tuits del último mes, ha pedido a Estados Unidos que fortalezca a sus aliados en Europa Central y Oriental contra la supuesta guerra cibernética rusa; una respuesta estratégica a los nuevos misiles nucleares rusos para mostrar “no dejaremos que Rusia presione a EUA y sus aliados” y “una estrategia a largo plazo para tratar con países como Rusia y China con gobernantes de largo plazo”.
El nombramiento de Bolton como asesor de seguridad nacional de Trump no requiere la confirmación del Congreso. La única forma de bloquear su instalación sería a través de una amplia campaña que los Demócratas y otros críticos no van a iniciar ya que significaría alertar al público sobre el peligro de la guerra y arriesgarse a desencadenar un movimiento contra la guerra que iría rápidamente más allá de su control.
Bolton fue uno de la banda de criminales de guerra de la administración Bush que inventó y promovió las mentiras sobre las armas de destrucción masiva de Irak que se usaron como pretexto para la brutal invasión y ocupación encabezada por Estados Unidos. Ni Bolton ni ninguna otra persona fue procesado bajo la administración de Obama, lo que intensificó el impulso a la guerra contra Rusia y China. Como resultado, Trump puede nombrar a Bolton mientras su administración se prepara para guerras aún más desastrosas.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 24 de marzo de 2018)