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Empleados de Google demandan concluir la participación de la empresa en los asesinatos con drones

Las revelaciones el mes pasado de que Google estaba diseñando programas para el programa ilegal de guerra con drones del ejército ha enojado a sus empleados. Más de 3.000 de ellos firmaron una carta a los ejecutivos exigiendo que deje de involucrarse con el Pentágono.

El programa, conocido como “Proyecto Maven”, estriba en el uso de sistemas de inteligencia artificial para analizar grabaciones con drones y potencialmente asistir al Pentágono en la identificación de objetivos para asesinatos con drones, que ya han cobrado decenas de miles de vides, la mayoría transeúntes civiles, por todo Oriente Próximo y el norte de África. La participación de Google en el programa fue reportada por Gizmodo el mes pasado.

La carta, dirigida al CEO de la compañía, Sundar Pichai, declara: “Creemos que Google no debería estar en el negocio de la guerra. Por ende, solicitamos que se cancele el Proyecto Maven y que Google componga, publique y haga valer una clara política proclamando que ni Google ni sus contratistas construirán tecnologías de guerra nunca”.

Ante críticas de los empleados de Google el mes pasado, Diane Greene, la CEO del negocio de nubes de datos de la empresa, dijo que el programa no “operaría ni volaría drones” y que tampoco “será utilizado para lanzar armas”.

La carta reciente simplemente desecha esos endebles pretextos declarando, “Mientras que esto elimina un conjunto pequeño de aplicaciones directas, la tecnología está siendo construida para el ejército y una vez que sea entregada podría ser utilizada fácilmente para asistir en estas tareas”.

El programa de asesinatos con drones del Gobierno, que consiste en el asesinato de personas sin ningún juicio previo, violenta tanto la Constitución de Estados Unidos como el derecho internacional, lo que implica a Google en actividades que podrían conducir a un enjuiciamiento criminal.

La carta advierte que las acciones de la compañía “harán un daño irreparable para la marca Google”, y que, “al suscribirse a este contrato, Google se unirá a las filas de compañías como Palantir, Raytheon y General Dynamics. El argumento de que otras firmas, como Microsoft y Amazon, están participando no lo hace menos riesgoso para Google. La historia única de Google, su lema No seas malo y su alcance directo en las vidas de miles de millones de usuarios lo diferencia”.

Concluye de la siguiente manera: “Construyendo esta tecnología para asistir al Gobierno estadounidense en el espionaje militar —con resultados potencialmente letales— no es aceptable”.

La relación de Google con el ejército de hecho no es nada nueva. Eric Schmidt, el director ejecutivo de Google entre el 2001 y el 2017, es parte de la Junta Asesora de Defensa del Pentágono, junto con el vicepresidente de Google, Milo Medin.

La carta revela una creciente brecha entre los empleados de las compañías tecnológicas, quienes se encuentran entre los trabajadores más capacitados en el mundo —muchos de los cuales han absorbido un ethos a la concentración de poder, al espionaje y al ejército—, y los ejecutivos que están determinados a integrar a Google, Facebook y Twitter en el aparato militar y de inteligencia.

Mientras que los trabajadores de las compañías tecnológicas son algunos de los más remunerados en Estados Unidos, casi todos están obligados a trabajar horarios extenuantes, regularmente con semanas laborales de hasta 60 horas, lo que hace formar una familia algo casi imposible. Gran parte de su salario es absorbido por costos de vivienda. Los alquileres se han disparado más de 50 por ciento en el área de la bahía de San Francisco, el mercado de bienes raíces más caro en todo EUA. La renta promedio de un apartamento de un cuarto es de $3.390 por mes, obligando a algunos trabajadores a vivir en sus carros.

En medio de una ola huelguística cada vez más grande que ha llevado a maestros en West Virginia a salir de clases en protesta, los trabajadores tecnológicos en toda el área de la bahía de San Francisco, Estados Unidos y el mundo sin duda sienten una oposición cada vez mayor hacia sus patrones, quienes atrajeron a muchos de carreras en las ciencias como promesas de “cambiar al mundo” positivamente.

Ahora, estos trabajadores están recibiendo órdenes de estos mismos ejecutivos para crear sistemas para asesinatos masivos, espionaje y censura.

El New York Times, el cual fue el primero en reportar la carta, escribió que no logró encontrar a ningún empleado que hablara, que sin duda evidencia el clima de intimidación y represión dentro de la compañía.

La relación de Google con el ejército está ligada a su involucramiento, junto con Facebook y otras compañías tecnológicas, en los esfuerzos para censurar el Internet. Comenzando en abril del 2017, Google modificó sus algoritmos de búsqueda para “promover contenidos de mayor autoridad”, alegando que esto tenía como propósito combatir “el fenómeno de las ‘noticias falsas’”.

Como lo documentó el WSWS en una carta abierta a Google en agosto, el fin era “restringir el acceso y la difusión pública de sitios web socialistas, antibélicos y de izquierda”. Las consecuencias de estos cambios habían resultado en una caída de casi el 70 por ciento (ahora más del 75 por ciento) en las referencias de Google al WSWS.

En ese momento, el WSWS indicó que los pasos de Google para alinearse con el aparato militar y de inteligencia incitarían inevitablemente una oposición dentro de la compañía. Estas advertencias fueron confirmadas.

Las acciones de Google del año pasado fueron seguidas por pasos similares de Facebook en enero, cuando anunció cambios a su muro de noticias para depender de material proveniente de “fuentes ampliamente confiadas y de alta calidad”, un eufemismo para el New York Times, el Wall Street Journal y otras publicaciones noticieras corporativas.

El mes pasado, Google también anunció una “Iniciativa de Noticias” para promover el “contenido de autoridad” en su ampliamente utilizada sección de noticias de Google.

El involucramiento de Google con el ejército y su colaboración con las agencias de inteligencia en censurar la información en línea son dos lados de un mismo proceso. En sus preparaciones para una inmensa expansión de la guerra y la represión doméstica, la burguesía está recurriendo a los servicios de las gigantes empresas tecnológicas.

Las citadas conexiones entre la guerra, la censura del Internet y el crecimiento de las luchas de la clase obrera serán el tema de una conferencia del WSWS el 22 de abril en Detroit, Michigan. Instamos a todos nuestros lectores a hacer planes para ir.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 5 de abril de 2018)

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