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Millones de estadounidenses se enfrentan a la pobreza al jubilarse

Los estadounidenses están llegando a la edad de jubilación en peores condiciones financieras que la generación anterior por primera vez desde la década de 1950. Según un análisis publicado el sábado por el Wall Street Journal, aquellos que deberían estar entrando en sus “años dorados” han visto sus ingresos medios estancarse e incluso disminuir, revirtiendo el patrón que había prevalecido desde la administración Truman posterior a la Segunda Guerra Mundial.

Aquellos que se acercan a la jubilación tienen recursos menguantes, en muchos casos porque han tenido que pagar los préstamos universitarios de sus hijos o tomar de sus ahorros para cuidar a sus padres ancianos. Los ingresos de la Seguridad Social y los fondos de jubilación llevan años sin aumentar, y los fondos de jubilación 401(k) generarán un ingreso medio de menos de $8.000 al año para una familia de dos.

La realidad es que en lugar de jubilarse, muchos estadounidenses de edad avanzada se verán obligados a permanecer en sus trabajos después de los 70 años o tomar trabajos para los cuales están sobrecalificados para complementar sus escasos ingresos y ahorros de jubilación. Estos trabajadores mayores se encontrarán en competencia con los trabajadores más jóvenes por un empleo temporal, de salario bajo y de tiempo parcial.

La situación desesperada a la que se enfrentan millones de trabajadores que contemplan la jubilación contrasta fuertemente con la acumulación de riqueza de una estrecha élite financiera, con los 18,1 millones de personas del mundo con $1 millón o más en activos invertibles que aumentaron un 10,6 por ciento el año pasado.

Una encuesta sobre ahorros para la jubilación realizada en 2018 por GOBankingRates recopiló datos de tres encuestas de consumidores de Google por grupos de edad: generación del milenio, Generación X y generación de la posguerra, haciendo la misma pregunta: “según su mejor estimación, ¿cuánto dinero ahorró para la jubilación?”.

La encuesta encontró que el 42 por ciento de los estadounidenses tiene menos de $10.000 en ahorros y que el 14 por ciento no ahorra absolutamente nada para la jubilación. De acuerdo con la Oficina de Estadísticas Laborales, los adultos mayores de 65 años gastan alrededor de $46.000 al año en gastos de subsistencia. En otras palabras, más de cuatro de cada 10 estadounidenses no han ahorrado lo que costaría vivir durante un año si se jubilaran hoy.

No es sorprendente que la situación a la que se enfrentan los milenarios —de 18 a 34 años— sea aún más sombría. El cincuenta y siete por ciento tiene $10.000 o menos ahorrados para la jubilación, y el 18 por ciento no tiene ahorros.

Respaldando esta encuesta, el Wall Street Journal descubrió que más del 40 por ciento de los hogares encabezados por personas de 55 a 70 años carecen de recursos suficientes para mantener sus niveles de vida en la jubilación. Eso es alrededor de 15 millones de hogares en los EUA.

La disminución en el nivel de vida de los trabajadores mayores y jubilados viene tras décadas de progreso en la seguridad financiera del envejecimiento de la población estadounidense. En la época de la posguerra, las pensiones fijas del gobierno y de la empresa daban a millones de personas un ingreso garantizado además de los pagos de la Seguridad Social. La mayoría de los estadounidenses se retiró en mejores condiciones que sus padres.

La posibilidad de que las personas vivan una jubilación más cómoda que sus padres se está evaporando en todas las generaciones. La revista apunta a los siguientes índices:

• Los ingresos personales medios de personas de 55 a 69 años de edad se estabilizaron después de 2000 por primera vez desde que los datos estuvieron disponibles en 1950, de acuerdo con un análisis de los datos del Censo de los EUA del Urban Institute.

• Los hogares con inversiones en 401(k) y al menos un trabajador de entre 55 y 64 años tenían una media de $135.000 en cuentas de jubilación con ventajas fiscales a partir de 2016, según el Boston College Center for Retirement Research. Esto equivaldría a solo $600 por mes en ingresos anuales por vida.

• Los estadounidenses de entre 60 y 69 años tenían una deuda de alrededor de $2 billones en 2017, un aumento del 11 por ciento per cápita con respecto a 2014, según los datos de la Reserva Federal de Nueva York ajustados por la inflación. Su deuda por los préstamos estudiantiles de sus hijos en 2017 fue más de seis veces el nivel en 2004.

Los costos de la atención médica son un importante contribuyente al aumento de la pobreza entre las personas mayores estadounidenses. Según la Kaiser Family Foundation, desde 1999 las contribuciones promedio de los trabajadores a las primas de seguro de salud individuales han aumentado en un asombroso 281 por ciento, a $1.213 al año. Una encuesta realizada el año pasado por el Employee Benefit Research Institute descubrió que más de una cuarta parte de los trabajadores redujo sus ahorros de jubilación debido a los costos médicos, y casi la mitad redujo otros ahorros.

Solo un cuarto de las grandes compañías ofrecen seguro médico para jubilados, una reducción del 40 por ciento en 1999, según Kaiser. Las primas para Medicare, el programa gubernamental de seguro de salud para ancianos y los costos que el programa no cubre representaron el 41 por ciento del beneficio promedio mensual de $1.115 del Seguro Social, dejando al jubilado promedio con solo $658 por mes.

Uno de los principales factores que conducen a una jubilación menos segura es el cambio de las pensiones a planes de tipo 401(k). Tras la aprobación de la legislación de la Seguridad Social en 1935, las pensiones cobraron impulso después de la Segunda Guerra Mundial. De acuerdo con el Employee Benefit Research Institute, en la década de 1980, el 46 por ciento de los trabajadores del sector privado estaban en planes de pensiones, una situación que es ajena a la mayoría de los trabajadores de hoy.

El análisis del Journal apunta a una acción del Congreso en 1978 que “preparó el escenario para un retroceso de las pensiones”. El Congreso autorizó a las compañías a obtener el tratamiento con diferimiento impositivo de los bonos de los ejecutivos y las opciones de acciones, esencialmente exenciones fiscales, para complementar sus pagos de pensiones. Este movimiento marcó el comienzo de la era del 401(k), lo que permite a los empleados reducir sus ingresos imponibles colocando dólares antes de impuestos en una cuenta. Los empleadores se aprovecharon de esto para deshacerse de los beneficios de pensión y avanzar hacia 401(k)s.

Con el colapso financiero de 2008, los trabajadores con 401(k) vieron hundirse el valor de estas cuentas. Se vieron obligados a retirar fondos para pagar facturas o reducir sus contribuciones. La gran mayoría de estas cuentas de jubilación nunca se han recuperado.

Los “expertos” financieros en la televisión y en los blogs advierten a los adultos jóvenes y los baby boomers (los que nacieron después de la guerra) que sean responsables y frugales y que ahorren para su jubilación. Estos asesores financieros en general ricos están muy lejos de la abrumadora mayoría de los estadounidenses de todas las edades, que luchan diariamente para pagar sus necesidades básicas como alimentos, vivienda, transporte y atención médica.

Una encuesta separada de GOBankingRates preguntó a más de 1.000 adultos con $0 ahorrados, “¿Cuál es la razón principal por la que no tiene ningún ahorro para la jubilación?”. La respuesta más común fue, “No gano suficiente dinero” —un 40 por ciento eligió esta respuesta. La segunda razón más común para no ahorrar fue: “Estoy luchando para pagar facturas”, aproximadamente el 25 por ciento de los encuestados eligieron esta respuesta.

Estos estudios apuntan al flagelo creciente de la desigualdad de los ingresos, que inevitablemente está impulsando a los trabajadores a luchar contra la oligarquía financiera que domina la vida económica y política de los EUA y mantiene su dominio a través del control de los dos partidos de los grandes negocios.

(Publicado originalmente en inglés el 25 de junio de 2018)

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