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La ofensiva neonazi en Alemania y el papel de los historiadores

La siguiente declaración fue distribuida por miembros de los Jóvenes y Estudiantes Internacionales por la Igualdad Social a la Conferencia de Historiadores que se está realizando en la ciudad de Münster. La conferencia anual es la reunión más prestigiosa de su tipo en Alemania, reuniendo a historiadores de todo el mundo. Se hace este año bajo el título “ Una sociedad dividida”.

La 52ª Historikertag (Conferencia de Historiadores) en Münster se lleva a cabo en circunstancias en que las preguntas históricas han asumido un significado inmenso. Ochenta y cinco años después de que los nazis llegaran al poder, varios miles de manifestantes de extrema derecha marcharon por las calles de Chemnitz, persiguiendo a refugiados, sitiando un restaurante judío y atacando una oficina local del partido La Izquierda (Die Linke). Posteriormente, en Dortmund, algunos cientos de neonazis cantaron consignas antisemitas y cometieron crímenes.

Estas fuerzas han sido activamente alentadas por los principales representantes del Gobierno y el Estado. El ministro de Interior, Horst Seehofer, se alineó detrás de los manifestantes de extrema derecha e incluso afirmó que habría marchado junto a ellos en Chemnitz si no fuera ministro. El jefe de los servicios secretos internos alemanes (BfV, sigla en alemán), Hans-Georg Maassen, negó que hubo una persecución de refugiados en Chemnitz y acusó a los periodistas y las víctimas que sufrieron ataques de la turba fascista de mentir. Previamente, Maassen se había reunido confidencialmente con los principales miembros del partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD, sigla en alemán).

El hecho de que la gran coalición en Berlín se haya negado a despedir a Maassen envía una clara señal al AfD, sus simpatizantes y miembros en el aparato estatal de que tienen el respaldo del Gobierno, el cual está conformado por una coalición de la Unión Demócrata Cristiana, la Unión Social Cristiana y el Partido Socialdemócrata.

Aunque la AfD es despreciada por la gran mayoría de la población, se ha convertido en la fuerza política más influyente en Alemania. Dirige los principales comités del Bundestag, y la gran coalición ha adoptado y está implementando sus políticas racistas. Estas políticas incluyen la creación de un sistema integral de campamentos donde los refugiados son encarcelados, acosados y luego deportados. También incluyen el reforzamiento del aparato estatal y una política exterior agresiva, como se pactó en el acuerdo de la coalición.

Este cambio fundamental en la política alemana ha conmocionado a muchos, pero no apareció de la nada. Fue preparado ideológicamente.

Durante años se ha cultivado un clima intelectual en el que la extrema derecha podría prosperar. Incluso durante la reunificación de Alemania, hace casi 30 años, ya habían surgido tendencias en círculos de historiadores que buscaban rehabilitar viejos mitos nazis mientras minimizaban los crímenes cometidos por el imperialismo alemán. En enero de 2014, el Gobierno alemán anunció el “fin de la restricción militar de Alemania”, y las formas de falsificación histórica asumieron un nuevo aspecto.

“Es difícil llevar a cabo una política responsable en Europa con la idea de que tenemos la culpa de todo. Con relación a 1914, esto es una leyenda”, declaró Herfried Münkler el 4 de enero de 2014, en una entrevista con Süddeutsche Zeitung, provocando una nueva ola de falsificación histórica. El mismo día, el historiador militar derechista Sönke Neitzel, el profesor Dominik Geppert (Universidad de Bonn), la escritora de “Nueva Derecha” Cora Stephan y el profesor Thomas Weber publicaron un artículo en Die Welt negando que Alemania haya buscado objetivos agresivos en la Primera Guerra Mundial. Alemania, argumentaron, estuvo “lejos de una búsqueda de poder mundial impulsada por el orgullo y la megalomanía”.

Jörg Baberowski, profesor de Historia de Europa del Este en la Universidad Humboldt, fue todavía más lejos y trató de minimizar los crímenes del nacionalsocialismo (nazismo). En un artículo en Der Spiegel en febrero de 2014, defendió al historiador Ernst Nolte, quien había iniciado “el debate de los historiadores” en 1986. Nolte había afirmado que el Holocausto era una respuesta comprensible a la violencia de la Unión Soviética. La tesis de Nolte condujo a una tormenta de protesta en el momento y fue refutada correctamente por una docena de historiadores. Poco después, Nolte apareció solo en la plataforma de organizaciones de extrema derecha.

Baberowski, empero, tiene la intención de reivindicar al apologista nazi: “A Nolte se le hizo una injusticia”, dijo el profesor de la Humboldt a Der Spiegel. “Históricamente hablando, él tenía razón”.

Baberowski continuó, “Hitler no era un psicópata, y no era un vicioso. No quería que la gente hablara sobre el exterminio de los judíos en su mesa”. Baberowski trazó un paralelo entre el Holocausto y supuestas ejecuciones durante la guerra civil rusa, afirmando: “Era esencialmente lo mismo: matar a una escala industrial”.

Baberowski combina su trivialización de los crímenes de los nazis con una campaña maliciosa contra los refugiados, que, en contenido y tono, repite la de la AfD. En mayo de 2017, se quejó al Neue Zürcher Zeitung de que, desde 1968, “la resistencia a un dictador muerto [Adolf Hitler] es un factor suficientemente legítimo como para imponerse moralmente a otras personas”. Cualquiera que “saque conclusiones sobre el racismo, el colonialismo, la guerra y la paz o las relaciones de género que se alejen de lo que permite el discurso hegemónico es desacreditado moralmente”, continuó.

En 2015, en el programa de TV “Kulturzeit”, describió el creciente número de ataques contra los refugiados como algo “bastante inofensivo” al sopesarlo con los problemas que, según él, estaban relacionados con los refugiados.

Los comentarios de Baberowski en 2014 no fueron la primera vez en que trató de exonerar a los nazis y su líder. Ya en un texto de 2007 había negado que la guerra de aniquilación en Europa Oriental fuera el resultado de una planificación sistemática y de la ideología nazi. En cambio, culpó al Ejército Rojo: “Stalin y sus generales forzaron a la Wehrmacht a un nuevo tipo de guerra que ya no perdonaba a la población civil”, escribió. Se pueden encontrar tesis similares en su libro Tierra quemada, de 2012.

En 1986, posturas como las defendidas por Baberowski recibieron un torrente de críticas. En 2014, fueron recibidas principalmente con silencio. En los tres años siguientes, ni un solo historiador o profesor se opuso al hecho de que se había minimizado al Holocausto y puesto en tela de juicio la perversidad de Hitler en la revista de noticias de mayor circulación de Alemania.

En cambio, los Jóvenes y Estudiantes Internacionales por la Igualdad Social (JEIIS o IYSSE por su sigla en inglés), la organización juvenil del Partido Socialista por la Igualdad (SGP, sigla en alemán) fue atacada rotundamente por numerosos medios de comunicación, funcionarios universitarios e historiadores por criticar a Baberowski en sus panfletos y reuniones.

Incluso luego de que el Tribunal Regional Superior de Colonia dictaminara que Baberowski había sido citado correctamente por sus críticos y que era perfectamente legítimo describirlo como un “extremista de derecha”, “racista” y “glorificador de la violencia”, el presídium administrativo de la Universidad Humboldt en Berlín y un número de profesores, incluyendo a Michael Wildt y Hannes Grandits, elogiaron a Baberowski como un “científico destacado cuya integridad está fuera de duda”. Sus declaraciones científicas “no eran radicales de derecha”, declararon.

Se catalogó al JEIIS y a otros estudiantes críticos como relacionados con “la violencia y el extremismo”, sin que se ofreciera ninguna evidencia, mientras que los “ataques mediáticos” contra Baberowski fueron declarados “inaceptables”.

El informe más reciente del BfV, producido bajo el liderazgo de Maassen, menciona al Partido Socialista por la Igualdad, por primera vez, como un “partido extremista de izquierda” y “objeto de vigilancia”. Esta es evidentemente la respuesta a la campaña del SGP contra la ofensiva ideológica de derecha.

El informe no acusa al SGP de ningún tipo de violencia o actividad impropia. En cambio, el partido es condenado porque está “en contra del supuesto nacionalismo, el imperialismo y el militarismo”. Según el BfV, cualquiera que proteste contra, o recabe información sobre, los extremistas de derecha es un “extremista de izquierda”.

El informe no hace ninguna mención crítica sobre el AfD u otras figuras principales y movimientos asociados con la extrema derecha (Pegida, Bernd Höcke, Götz Kubitschek, etc.). Gran parte del informe lleva la firma del AfD, al que Maassen consultó en varias ocasiones antes de su publicación.

Quien conoce la historia alemana es consciente de la importancia de la reciente ofensiva neonazi. En 1933, Hitler fue “elevado” al poder por las élites alemanas (Ian Kershaw), porque lo necesitaban para aplastar al movimiento obrero y preparar la Segunda Guerra Mundial. Hoy, el ascenso de los extremistas de derecha coincide una vez más con un punto de inflexión crítico en la historia alemana: enfrentadas a una guerra comercial, conflictos internacionales y crecientes tensiones sociales, las élites gobernantes están presionando a favor del renacimiento del militarismo alemán y el fortalecimiento del aparato estatal.

A diferencia de 1933, los extremistas de derecha no son aún un partido de masas. Sacan su fuerza del apoyo del Estado y el gobierno y del clima ideológico de derecha cultivado en las universidades alemanas. La minimización de los crímenes nazis por parte de Baberowski, su defensa por parte de los principales órganos de prensa y profesores, y el silencio cobarde de muchos otros han creado un clima ideológico que alienta este desarrollo. Es hora de romper el silencio y de oponerse al revisionismo histórico que es el caldo de cultivo para los extremistas de derecha.

* ¡Paren la vigilancia del SGP y otras organizaciones de izquierda por parte del BfV!

* ¡Condenen la declaración del presídium administrativo de la Universidad Humboldt contra el JEIIS y los estudiantes críticos!

* ¡Protesten públicamente contra los intentos de Baberowski de relativizar los crímenes de los nazis!

(Publicado originalmente en inglés el 27 de septiembre de 2018)

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