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Perspectiva

La “nueva guerra fría”, la censura y el futuro del internet

El martes, el New York Times publicó un importante editorial advirtiendo sobre “la ruptura de la red informática” en medio de una expansión de la censura del internet y los conflictos geopolíticos internacionales. “Si las cosas siguen en esta dirección”, advierte el diario estadounidense, “la próxima década verá un internet relegado y convertido en apenas un frente más de la nueva guerra fría”.

El editorial comienza refiriéndose a la advertencia de Eric Schmidt, el presidente de Alphabet, la empresa matriz de Google, de que, en palabras del Times, “en los próximos 10 a 15 años, el internet estará probablemente dividido en dos —un internet controlado por China y otro internet controlado por Estados Unidos—”.

Schmidt, según el Times, “no parecía estar muy convencido de que el internet seguirá siendo global”. Mientras que dice compartir esta evaluación, el periódico añade que, “el defecto en el razonamiento del Sr. Schmidt es que descarta demasiado fácil como el internet europeo se está cristalizando en torno a las regulaciones cada vez mayores de la Unión Europea sobre las plataformas tecnológicas. Todo apunta a que el futuro tendrá tres internets”.

La censura será algo en común en estas tres “esferas”, no solo la de China, advierte el Times. “La censura y el monitoreo del internet eran una vez rasgos distintivos de Gobiernos opresivos, con Egipto, Irán y China como ejemplos clásicos”. Pero ha quedado claro que “este no es solo un ámbito para fuerzas antidemocráticas”.

La advertencia es irónica, dado que el Times ha encabezado por casi dos años la creación de pretextos para la censura en línea por parte de las empresas tecnológicas estadounidenses, en alianza con dirigentes del Partido Demócrata como el senador Mark Warren y el legislador Adam Schiff. Por casi dos años, el Times ha buscado promover e instar la implementación de políticas de censura en nombre de combatir la “injerencia rusa” en la política estadounidense.

Esta campaña ha resultado en una serie de medidas de censura devastadoras, comenzando con una iniciativa conocida como “Project Owl” (Proyecto Búho), la cual fue anunciada en abril de 2017 por el vicepresidente de ingeniería de Google, Ben Gomes. Esto cambió sus resultados de búsqueda para enterrar los sitios web izquierdistas, incluido el World Socialist Web Site .

Facebook y Twitter le siguieron con acciones similares, descalificando páginas de oposición en los muros de noticias de sus usuarios y, tan recientemente como la semana pasada, clausurando cuentas de páginas de noticias izquierdistas con millones de seguidores. El Times ha celebrado cada paso de esta campaña, yendo tan lejos como para calificar las páginas eliminadas por Facebook como “contenido no deseado” y “desinformación nacional”.

El Times y la clase gobernante estadounidense han caído en su propia trampa. Al igual que el Estado en Washington y su aparato de inteligencia han buscado transformar el internet en un arma, las otras potencias también lo están haciendo, convirtiendo así al internet en un campo de batalla de conflictos económicos y geopolíticos.

“Las empresas estadounidenses”, escribe el Times, “hacen poco para contrarrestar la balcanización y, en cambio, hacen todo lo necesario para expandir sus operaciones. …Si el futuro del Internet es una guerra fría tripartita, Silicon Valley va a querer hacer dinero en los tres mundos”.

Lo que instigó la ira del Times en contra de Google es la insistencia de la empresa en operar en China y acatar las normas impuestas por el Gobierno chino. Esto está desafiando las protestas de líderes del Gobierno estadounidense.

El Times llamó la atención a un discurso filtrado de Gomes en que deja claro que los planes de la empresa para crear un motor de búsqueda censurado para el mercado chino están mucho más avanzados de lo que había indicado públicamente. “El discurso filtrado del Sr. Gomes desde el interior de Google suena a veces casi como una distopia. ‘Este es un mundo en el que ninguno de nosotros ha vivido jamás’, le dijo el Sr. Gomes a los empleados. ‘Todo lo que estoy diciendo es que hemos construido un conjunto de trucos informáticos ( hacks ) y los hemos integrado’”.

Los lectores del World Socialist Web Site están familiarizados con los planes “distópicos” del Sr. Gomes, quien ha protagonizado la campaña de censura de Google en Estados Unidos y Europa. Cuando él tomaba pasos para aplastar la oposición política dentro de EUA, el Times nunca mencionó a Gomes, mientras defendía el programa de censura que presidía.

Pero ahora que Google pretende implementar la censura en cooperación con el Estado chino, el Times se queja del “poder de un puñado de plataformas y servicios”.

En otras palabras, el Times, hablando en nombre del aparato de inteligencia estadounidense, quiere su propio pastel y comérselo todo. Quiere que las empresas tecnológicas estadounidenses censuren la oposición política interna bajo el pretexto de prevenir la “interferencia extranjera”. Pero también quiere que las mismas compañías rechacen los esfuerzos de Gobiernos extranjeros para prevenir la “interferencia” de estadounidenses, incluyendo la campaña respaldada por EUA, a la cual alude el Times, de promover el secesionismo entre los uigures chinos.

El Times y la élite gobernante estadounidense, cuya perspectiva representa, quieren hacer que el internet siga siendo “global”, pero solo si las reglas son redactadas en Estados Unidos y con tal de que la burguesía estadounidense pueda controlar la narrativa. Asimismo, considera intolerable que otros Estados y élites gobernantes busquen implementar sus propias normas y restricciones de acuerdo con sus propios intereses internos y geopolíticos.

Más allá de la hipocresía del Times, el fenómeno al que apunta es muy real, además de peligroso. El internet apareció como una herramienta poderosa para divulgar información, compartir ideas y socavar las divisiones nacionales y el control de la información en manos de “porteros” ( gatekeepers ) profesionales—la prensa. Con la proliferación de dispositivos portátiles y plataformas de redes sociales, se han vuelto disponibles cantidades vastas de información para los trabajadores y jóvenes de todo el mundo.

Este desarrollo aterroriza a las élites gobernantes capitalistas. En particular, la burguesía estadounidense está luchando una batalla de dos frentes. Busca presionar a las empresas con sede en EUA que administran las redes sociales y el internet para que supriman la oposición interna, al mismo tiempo que buscan combatir la implementación de mecanismos propios de control por parte de sus competidores y adversarios, tanto en China como en Europa.

La amenaza contra un internet abierto e internacionalmente integrado es una expresión de las contradicciones fundamentales del sistema capitalista: entre la economía globalizada y la división del mundo en Estados nación, por un lado, y entre la producción socializada y la subordinación de la vida económica a la acumulación de ganancias privadas, por el otro. Los sistemas de comunicación son globales, pero están siendo manipulados por clases gobernantes rivales. La divulgación de la información es inherentemente liberadora, pero la infraestructura para su diseminación permanece bajo el control de poderosas corporaciones.

La fuerza social capaz de asegurar un internet abierto y global es la clase obrera, la única clase auténticamente internacional, cuyos intereses están unidos por su oposición al sistema capitalista del Estado nación. La lucha contra la censura equivale a la lucha por defender los logros sociales, culturales y tecnológicos de la humanidad. Está inextricablemente conectada a la lucha contra la guerra, la desigualdad y el autoritarismo.

En corto, es una cuestión revolucionaria. La clase obrera internacional debe responder a la guerra de dos frentes de las élites gobernantes capitalistas con una guerra de un frente contra el propio sistema capitalista. El internet necesita fundaciones seguras, establecidas por medio de la creación de una sociedad global y socialista, basada en la igualdad y el control democrático de la producción.

(Publicado originalmente en inglés el 17 de octubre de 2018)

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