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Trump, anuncia nuevo programa de defensa con misiles, acelera la carrera armamentística nuclear

Hablando en el Pentágono el jueves, el presidente Donald Trump anunció la mayor expansión de fuerzas de defensa con misiles estadounidenses desde el fracasado programa “Star Wars” de Ronald Reagan.

El anuncio es la medida más reciente en una carrera armamentística nuclear en la que Estados Unidos, Rusia y China están expandiendo rápidamente sus arsenales nucleares, incluso mientras la administración de Trump avanza para eliminar todas las restricciones al desarrollo, despliegue y uso de armas nucleares.

Trump ha acelerado un programa de modernización nuclear de 1 billón de dólares que fue implementado anteriormente por Obama, al tiempo que acelera el desarrollo de nuevos bombarderos estratégicos estadounidenses, submarinos nucleares y armas nucleares de “bajo rendimiento” que tienen más probabilidades de ser utilizados en combate.

Al mismo tiempo, la Casa Blanca ha anunciado la intención de Estados Unidos de retirarse del Tratado de 1987 sobre las Fuerzas Nucleares de Media Distancia (INF) mientras se prepara para rodear a Rusia y China con misiles nucleares y convencionales de corto y mediano alcance.

Lanzamiento del sistema Servicio en tierra de Defensa a Medio Camino (GMD), el 26 de enero de 2013(Foto: MDA)

Mientras la estrategia de defensa antimisiles de los Estados Unidos anteriormente pretendía defenderse contra las acciones de Estados más pequeños como Corea del Norte e Irán, la revisión de defensa antimisiles de este año se dirige más directamente a Rusia y China. Como el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) escribió: “Por primera vez, el documento coloca a Rusia y China en la misma frase que a las defensas de misiles, explicitando lo que hasta ahora venía siendo implícito”.

Hablando en el Pentágono el jueves, Trump declaró que “los adversarios extranjeros, los competidores y los regímenes deshonestos están mejorando constantemente sus arsenales de misiles. ... Sus arsenales son cada vez más grandes y fuertes”.

Las observaciones de Trump hicieron resonar los temas del informe del Pentágono que estaba presentando. “La superioridad militar no es un derecho de nacimiento”, afirma el informe. “No hay que subestimar la escala y la urgencia de cambio requerido para renovar el desfase de nuestra defensa convencional y de misiles”.

Continúa el informe, amenazando: “A nuestros competidores: vemos lo que están haciendo y estamos tomando medidas”.

El Congreso ha aprobado $10,3 mil millones para la agencia de defensa antimisiles de los EUA este año fiscal, una cifra que podría dispararse si los planes de Trump continúan.

En su aparición en el Pentágono, Trump no intentó ocultar el hecho de que estaba utilizando la posibilidad de miles de millones de dólares en fondos militares adicionales para solicitar apoyo político. Respondiendo a los aplausos mientras subía al podio, Trump le dijo al público militar: “Están haciendo eso solo porque les di el presupuesto más estupendo y el más grande de nuestra historia. Y ahora lo he hecho dos veces. Y odio decirle esto al resto del mundo, pero estoy a punto de hacerlo por tercera vez. Así que esa es la única razón por lo cual me dieron ustedes una bienvenida tan agradable”.

A pesar de la amarga guerra de facciones en Washington, existe un acuerdo bipartidista abrumador sobre la vasta y perpetua expansión del ejército. En junio pasado, el Senado aprobó, en una votación de 85 a 10, un aumento de $82 mil millones en el presupuesto del Pentágono, lo que elevó el gasto anual a $716 mil millones. Los niveles colosales de gasto militar casi nunca se discuten en los medios de comunicación y el dinero se asigna sin cuestionarlo.

La desviación de fondos hacia créditos militares y hacia los bolsillos de los contratistas de defensa es aún más descarado en relación con la defensa de misiles que con otros tipos de gasto militar, porque la eficacia de la defensa de misiles es, según los expertos, en gran medida ilusoria.

La defensa contra misiles es “la estafa de mayor duración en la historia del Departamento de Defensa”, escribió Joseph Cirincione, presidente del Fondo Plowshares, y “la nueva Revisión de Defensa de Misiles continúa esa orgullosa tradición”.

Desde que el presidente Reagan anunciara por primera vez su iniciativa “Star Wars”, los Estados Unidos han gastado unos $300 mil millones en sistemas de defensa con misiles. Cirincione observó que “una década después del inicio de ‘Star Wars’, habiendo gastado decenas de miles de millones de dólares en láseres de rayos X, armas de energía dirigida, armas de base con partículas, interceptores cinéticos espaciales y ‘piedras brillantes’, el Pentágono se vio obligado a concluir que ninguno de estos conceptos fantásticos funcionaría. Terminamos con un concepto de interceptores limitados basados en tierra que podrían interceptar una o dos cabezas explosivas primitivas de largo alcance”.

Pero la eficacia extremadamente limitada de los sistemas de defensa antimisiles de los EUA no impidió que Trump hiciera declaraciones radicales sobre las capacidades de los EUA. “Nuestro objetivo es simple: asegurarnos de que podemos detectar y destruir cualquier misil lanzado contra Estados Unidos en cualquier lugar, en cualquier momento y en cualquier sitio”, dijo.

“Vamos a destruir todo tipo de ataque con misiles contra cualquier objetivo estadounidense, ya sea antes o después del lanzamiento”, agregó.

En realidad, las actuales defensas de misiles de los EUA no son capaces de destruir confiablemente los ICBM modernos que posean Rusia o China, y mucho menos la nueva generación de vehículos de reentrada hipersónica que los dos países están desplegando.

Las declaraciones de Trump reflejan las dos características más esenciales de la política militar estadounidense desde la caída de la Unión Soviética: infinita, y a menudo delirante, arrogancia y una total falta de restricción. Dada la serie de cheques en blanco que el Congreso sigue emitiendo, es probable que el anuncio de Trump sea el comienzo de un nuevo derroche al estilo de “Star Wars”: la entrega de cientos de miles de millones de dólares para propuestas fantásticas.

Sin embargo, la dudosa eficacia de estas iniciativas no disminuye sus implicaciones mortales. Todo el programa forma parte de los preparativos acelerados para la guerra nuclear, en los que el imperialismo estadounidense se prepara para usar armas nucleares ofensivas.

Por todo el dinero que el nuevo sistema de defensa de misiles del Trump consumirá, el mecanismo principal para garantizar que ningún misil alcance los Estados Unidos en caso de guerra es una amenaza de destruir toda la masa de tierra de su oponente potencial con armas nucleares. “Los Estados Unidos continuarán confiando en la disuasión nuclear para un ataque nuclear estratégico de las principales potencias”, declara el CSIS.

El objetivo central de la Revisión de Postura Nuclear por la administración Trump, publicada el año pasado, fue para desestigmatizar el uso de armas nucleares al ampliar la gama de posibles escenarios en los que el presidente podría responder con un ataque nuclear.

Como numerosos estudios han dejado en claro, un intercambio nuclear entre los Estados Unidos y Rusia o entre los Estados Unidos y China, más allá de una cifra de muertos inicial de cientos de millones, daría lugar a un fenómeno climatológico conocido como invierno nuclear, que conllevaría una larga caída de las temperaturas globales que haría imposible la agricultura y aniquilaría a toda la raza humana.

(Publicado originalmente en inglés el 19 de enero 2019)

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