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Perspectiva

Élites globales se reúnen en Davos

Oxfam: 26 milmillonarios controlan tanta riqueza como la mitad más pobre de la humanidad

Mientras los miembros de la élite financiera mundial se reúnen hoy en Davos, Suiza, para la apertura del Foro Económico Mundial, un nuevo reporte de la caridad británica, Oxfam International, ha subrayado la vasta acumulación de riqueza en lo más alto de la sociedad y el crecimiento acelerado de la desigualdad social.

El reporte indicó que el año pasado la riqueza de los milmillonarios (en dólares) a nivel mundial aumentó $900 mil millones o 12 por ciento, mientras que 3,8 mil millones de personas —la mitad de la población mundial— vio su riqueza caer 11 por ciento.

El año pasado, los milmillonarios aumentaron su riqueza en $2,5 mil millones cada día, mientras que cada dos días apareció un nuevo milmillonario.

En la década desde la crisis financiera global de 2008, las autoridades estatales y financieras han colocado todo el peso de este derrumbe sobre las espaldas de la clase obrera mundial, en la forma de un estancamiento o incluso recortes salariales y programas de austeridad que han eviscerado los servicios de salud y de asistencia social, entre otros efectos. Mientras tanto, las fortunas se han concentrado cada vez más. El año pasado, solo 26 personas controlaban tanta riqueza como la mitad de la población mundial, en comparación con 43 personas el año anterior.

Oxfam indicó que solo el uno por ciento de la fortuna de $112 mil millones acumulada por el propietario de Amazon, Jeff Bezos, el hombre más rico del mundo, equivalía al presupuesto de salud de Etiopía, una nación con 105 millones de personas.

El reporte descubrió que la mayor tasa impositiva para los ricos en los países desarrollados cayó de 62 por ciento en 1970 a 38 por ciento en 2013 y señaló que el recorte fiscal introducido por el presidente estadounidense, Donald Trump, a fines del 2017, beneficiará aún más a los ricos y las empresas.

En los países en desarrollo, la mayor tasa impositiva a personas es de solo 28 por ciento. En Reino Unido y Brasil, el reporte halló que el 10 por ciento más pobre de la población paga una proporción mayor de su ingreso en impuestos que el 10 por ciento más rico.

La evasión fiscal es generalizada. Oxfam reveló que los superricos estaban ocultando $7,6 billones de las autoridades fiscales, mientras que las empresas estaban acaparando grandes cantidades de dinero en el exterior, privando a los países en desarrollo de $170 mil millones en ingresos cada año.

Como resultado, solo 4 por ciento de toda la recaudación fiscal vino de impuestos sobre la riqueza.

El reporte indicó que “la tasa de reducción en la pobreza se ha reducido a la mitad desde el 2013” y “la pobreza extrema está aumentando en África subsahariana”.

Añadió que, entre 1980 y 2016, el cincuenta por ciento más pobre de la población mundial recibió tan solo 12 centavos de cada dólar del crecimiento de ingresos global, mientras que el 1 por ciento capturó 27 centavos de cada dólar.

Hace una década, la reunión anual de la élite gobernante en Davos tuvo lugar al principio de la crisis económica y financiera más severa, causada por un masivo fraude y la criminalidad de las principales instituciones financieras mundiales.

Sin embargo, en vez de ser enviados a la cárcel, “los malhechores con grandes fortunas” fueron rescatados financieramente. Durante la década siguiente, recibieron billones de dólares en dinero ultrabarato, permitiéndoles continuar su acumulación de riqueza a un ritmo exponencialmente mayor.

Según un nuevo reporte de Bloomberg, la riqueza de los 12 participantes en Davos más ricos incrementó conjuntamente en $175 mil millones, mientras que la riqueza total de los milmillonarios en todo el mundo, durante este periodo, aumentó de $3,4 billones a $8,9 billones.

El reporte de Bloomberg hace hincapié en los detalles de este crecimiento extraordinario:

  • La fortuna de Mark Zuckerberg brincó de los $3 mil millones hace una década a $55,6 mil millones, un aumento de 1853 por ciento.
  • El titular del fondo de inversiones Blackstone, Stephen Schwarzman vio los activos de su firma crecer de $95 mil millones a fines de 2008 a $457 mil millones, mientras que su riqueza personal aumentó de $2,1 mil millones a $10,1 mil millones, un aumento de 486 por ciento.
  • La riqueza del magnate de medios de comunicación, Ruert Murdoch, aumentó de $3,2 mil millones a $15,1 mil millones, un aumento de 472 por ciento, mientras que Jamie Dimon, el titular de JP Morgan, disfrutó un aumento de 276 por ciento, de $0,4 mil millones a $1,1 mil millones.

Y la lista continúa.

Sin embargo, la fuerza de los datos producidos por Oxfam contrasta marcadamente con sus prescripciones para abordar los niveles tan extremos de desigualdad social. Esto se centran en el desarrollo de lo que llama la “economía humana”, construida a partir de distintos principios de una “economía de crecimiento”.

La “economía humana” proveería salud, educación, igualdad de género y crearía las mejores condiciones para una riqueza compartida. Podría financiarse aumentando los impuestos de los individuos y las empresas más acaudalados, dado que un aumento de tan solo 0,5 por ciento en los impuestos de los individuos más ricos recaudaría el dinero necesario para educar a 262 millones de niños que actualmente no están recibiendo educación, además de que proveería atención médica suficiente para prevenir 3,3 millones de muertes prevenibles.

Oxfam ha hecho tales propuestas, advertencias y llamados a un cambio de política por los últimos ocho años, en vano. La situación empeora cada año y, como la organización lo reconoce, a un ritmo cada vez más acelerado.

La plaga de la desigualdad social no se puede acabar por medio de apelaciones fútiles a los mismos poderes que presiden el sistema actual para que cambien su rumbo. Son tan incapaces de hacerlo que el Antiguo régimen en Francia antes de la revolución de 1789 o que la autocracia zarista en Rusia antes de 1917.

El único camino hacia una “economía humana” auténtica es por medio de la toma del poder por parte de la clase trabajadora a través de una revolución socialista, poniendo fin a la dictadura de las ganancias privadas y los mercados financieros. Solo de esta manera, podrán dedicarse los vastos recursos creados por la clase obrera para satisfacer las necesidades sociales de todos.

Esta es la perspectiva que debe ser avanzada en las luchas sociales y de clase que están estallando por todo el mundo—incluyendo las huelgas de trabajadores de autopartes en México, la huelga de docentes en Los Ángeles y las enormes luchas de la clase trabajadora india—. Esto exige la construcción del partido mundial de la revolución socialista, el Comité Internacional de la Cuarta Internacional, en cada país para proveer la dirección necesaria.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 22 de enero de 2019)

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