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Los trabajadores de maquiladora de Matamoros, México amenazados con cierres de planta

La huelga de obreros de autopartes y eléctricos en Matamoros, México ha demostrado poderosamente el carácter internacional de la lucha de clases.

En la tercer semana de la huelga de trabajadores de autopartes y eléctricos, 23 empresas representando a 31 plantas han acordado otorgar las demandas de los trabajadores de un aumento de sueldo de 20 por ciento y un bono de USD$1,700. En 13 plantas, el gobierno estatal conspiró con las empresas para declarar la huelga ilegal y amenazó a 25,000 obreros con despidos masivos si no regresaban a sus puestos en 24 horas. Otras 10 empresas le han solicitado medidas similares al gobierno estatal.

Trabajadores en Parker Hannifin celebran el aumento del 20 por ciento y el bono de 32.000 pesos el miércoles

A pesar de avances en algunas plantas, la respuesta predominante ha sido rechazar estas pequeñas concesiones como inaceptables para la “competitividad” de las empresas. Las corporaciones temen que la huelga presagie una amenaza existencial al sistema capitalista si obreros en otros países toman pasos similares al rebelarse con los sindicatos y luchar por sus condiciones de vida y laborales.

Los obreros en las plantas que ya han resumido operaciones reportan que las empresas han hecho despidos bajo el pretexto de “faltas sin excusa” durante la huelga. Esto ocurre aunque los nuevos contratos supuestamente protegerían a los trabajadores contra las represalias. Otras plantas reportan que sus bonos prometidos se están pagando con vales en lugar de dinero y tienen un impuesto del gobierno de hasta 16 por ciento. Para colmo, el gobierno local ha anunciado que aumentará el precio del agua por 30 por ciento.

Luis Aguirre Lang, el presidente del Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación (Index) le dijo al periódico mexicano La Jornada que los nuevos contratos colectivos solo cubrirán de 6 a 8 meses mientras que las empresas se trasladan a otras partes. Cuatro empresas —Cepillos, Packard, Kearfortt and Signal Processing—han declarado su intención de cerrar sus plantas e irse de la ciudad. Según Aguirre, la huelga está costando USD$50 millones al día, o un asombroso USD$900 millones en el transcurso de la huelga.

La clase dirigente busca intimidar a los trabajadores con amenazas de desempleo y desindustralización masiva para suprimir futuras huelgas y protestas. Mientras que se rehusaron a cubrir la huelga en Matamoros por semanas, los medios corporativos rápidamente reportaron un anuncio el miércoles de que 15 empresas amenazan con irse no solo de Matamoros, sino de todo el país como castigo por la huelga.

“Estamos hablando de 15 empresas que han anunciado que se van del país. Son del sector automotriz y del energético. Estarán informando públicamente sus nombres en cuanto tengan la autorización de sus corporativos”, declaró Aguirre.

Trabajadores de autopartes en APTIV resguardan su planta en temperaturas congeladas, desafiando las órdenes del Gobierno que declaró la huelga ilegal [crédito: Reina Xavier]

Aunque los cierres amenazados llevarían a 30.000 despidos, la verdadera escala de los recortes sería múltiples veces esta cantidad dadas las decenas de miles de trabajadores que son empleados del sector industrial indirectamente. Entre las empresas que amenazan con irse se encuentra la empresa de autopartes APTIV, la cual tiene 17 plantas en siete estados a lo largo del país.

Las maquiladoras le han pedido repetidamente al Gobierno federal que use a la policía o al ejército para romper la huelga. Notando que Matamoros no tiene una policía municipal, el presidente de la Asociación Maquiladora de Matamoros dijo: “México no tiene las armas para castigar, la gente se dio cuenta que México no tiene la herramienta para controlar la gente y que no hay certidumbre jurídica en México para invertir...Los trabajadores aprendieron que pueden pedir lo que quieran y el peligro es que [durante las negociaciones contractuales] en mayo pidan lo que sea y aquí no se respeta la ley”.

Estas amenazas intimidatorias son un argumento para una dictadura. El reclamo de que se requiere usar violencia y que “no hay dinero” para los trabajadores es una mentira.

Por su parte, los sindicatos proempresariales y nacionalistas desempeñan el papel de convencer a los obreros a hacer concesiones a las empresas para “salvar trabajos”. Esto es combinado con un nacionalismo venenoso con el propósito de convencer a los trabajadores de que sus hermanos y hermanas en otros países—no las empresas y el sistema de lucro—son responsables por los recortes de puestos. Los resultados de estas maniobras han sido un desastre para los trabajadores alrededor del mundo. La era de la globalización ha hecho imposible obtener inclusive reformas limitadas dentro de un marco nacional.

Los trabajadores planta de equipo médico Spellman inician paro salvaje el miércoles

La huelga en Matamoros toma lugar mientras que 15.000 obreros estadounidenses y canadienses están furiosos por la decisión de General Motors (GM) de cerrar cinco plantas, y en última instancia intimidar a los 140.000 trabajadores automotores a aceptar concesiones durante sus negociaciones contractuales este año. La semana pasada, alrededor de 13.000 trabajadores húngaros de una fábrica del fabricante de coches alemán Audi se fueron a huelga, y los obreros en la planta Taubaté de Ford en Brasil votaron por cerrar la producción en oposición a recortes laborales. En Argentina, los trabajadores ocuparon una planta de acero que es utilizada para la industria automotor y otras industrias en México.

En el mismo Matamoros, más y más obreros están exigiendo mejoras a sus condiciones. Más de 1.500 obreros del proveedor médico Spellman, los cuales anteriormente no habían entrado en huelga, iniciaron un paro el miércoles en la mañana para exigir su propio bono de USD$1.700. Los obreros en la planta de Coca Cola en Matamoros también llevaron a cabo una huelga espontánea el miércoles.

La lucha global de trabajadores automotores muestra el inmenso potencial para unirse bajo un programa internacionalista y socialista, con comités de base organizados independientemente de los sindicatos y los partidos capitalistas. Esta es la razón por la cual el Comité Directivo de la Coalición de Comités de Base y el Boletín de Trabajadores Automotores del WSWS han organizado una marcha el 9 de febrero en la sede de General Motors en Detroit como la expresión más alta de esta perspectiva. La lógica objetiva de estas luchas es una huelga general, utilizando toda la fuerza social de la clase obrera por la conquista del poder político y la reorganización socialista de la economía mundial.

Los trabajadores que deseen formar una estrategia internacional común deben contactarnos por correo electrónico a autoworkers@wsws.org o a nuestra página de Facebook para tomar estos pasos cruciales. Para más información sobre el mitin del 9 de febrero en Detroit, visita wsws.org/auto.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 31 de enero de 2019)

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