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Ola de paros en Matamoros, México crece hacia una huelga general

La valentía y victoria de la primera ola de huelgas de 70.000 trabajadores en 45 “maquiladoras” en Matamoros, México ha inspirado a nuevas y más amplias secciones de obreros a irse a huelga.

Según los datos del gobierno, durante la última semana 15.000 obreros más han lanzado huelgas espontaneas o “salvajes” en rebelión contra cuatro sindicatos y sus empresas mientras que la gran mayoría de trabajadores en las originales 45 plantas huelguistas han ganado sus demandas. Los paros ahora incluyen trabajadores de productos eléctricos, recolección de basura, supermercados, textiles, procesamiento de comida y otros obreros. El movimiento crece en la dirección de una huelga general.

La nueva ola de huelgas toma lugar después de que obreros en 41 de las 45 plantas organizadas por el Sindicato de Jornaleros y Obreros Industriales y de la Industria Maquiladora (SJOIIM) se rebelaron contra el sindicato y las empresas y ganaron un aumento de sueldo del 20 por ciento y un bono de 32.000 pesos, o lo que los obreros llaman su “20 y 32”. En base a este cañonazo, los obreros de otras 32 empresas han seguido sus pasos y lanzaron sus propias huelgas salvajes.

Significativamente, las huelgas toman lugar aunque los obreros del Sindicato Industrial de Trabajadores en Plantas Maquiladoras y Ensambladoras (SIPTME) y el Sindicato de Trabajadores de la Industria Maquiladora y Ensambladora (STIME) no tenían un bono anual atado a aumentos en el salario mínimo estipulados en sus contratos, lo cual fue el impulso inicial para la primera ola de huelgas el 12 de enero. En su lugar, los obreros luchan con un entendimiento consciente de que merecen más de las corporaciones que explotan sus labores 12 horas al día, 6 días a la semana por menos de un dólar la hora.

El alcance de la huelga demuestra la coincidencia de intereses de todas las secciones de obreros, independientemente de su industria u otros rasgos secundarios. Es parte de un resurgimiento global de la clase obrera después de décadas de su supresión por parte de los sindicatos y toma lugar mientras que los trabajadores automotores en EEUU, Canadá, América Latina y Europa están en medio de una lucha contra los cierres de plantas, despidos y otras concesiones. Algunas de las plantas en huelga incluyen a manufactureros de autopartes Tridonex, Adient, FisherDynamics y Tricon.

Como sus contrapartes en el SJOIIM, los obreros lanzaron una huelga salvaje después de una reunión masiva el lunes que fue organizada independientemente de y en oposición a los sindicatos. El SITPME es liderado por el odiado Jesús Mendoza, quien descaradamente les dijo a los huelguistas el miércoles que tenían “suerte” porque solo pagan tres por ciento de su salario al sindicato. Reconociendo la colusión de los sindicatos con las empresas, muchos obreros han propuesto la eliminación de cuotas sindicales como una demanda clave de la huelga.

Trabajadores de la Coca-Cola en Matamoros en paro

El parto de varias industrias continúa expandiéndose día a día. En los últimos tres días, 500 obreros de supermercado de Soriana y Chedraui —la secunda y cuarta cadena de supermercados más grandes en el país— se retiraron de sus puestos. Se murmura que los obreros de Walmart se van a unir a la huelga en los próximos días.

Mientras tanto, cientos de obreros de Coca-Cola, Leche Vakita y Agua Blanquita están entrando a su quinto día de paros. Alrededor de 500 conductores de la planta de Coca-Cola en Matamoros, la secunda embotelladora más grande de la empresa en América Latina, están inconformes por el hecho de que se les obliga a trabajar horas extras sin paga y se les cobra por botellas que se rompen en tránsito. “Acabamos restando, no sumando dinero aquí”, dijeron los obreros. En Leche Vakita, unos 200.000 litros de productos lácteos no se reparten al día como resultado de la huelga.

La huelga incluso se ha expandido a obreros de servicios públicos. El miércoles, los recolectores de basura de Matamoros se fueron a huelga para exigir su propio aumento de sueldo y bono. Con unos 70 obreros en huelga, 450 toneladas de basura solo fueron recolectadas por medidas de emergencia implementadas por el alcalde a lo largo de día.

Al mismo tiempo, hay crecientes llamadas para que los trabajadores en las 45 plantas originales vuelvan a huelga para defender a los 600 obreros que han sido despedidos como represalia por la huelga, muchos de los cuales fueron líderes de los comités de plantas.

Recolectores de basura de Matamoros en paro

La expansión y defensa de sus logros enfrenta a los obreros contra a todo el sistema económico y político del capitalismo. Las élites gobernantes están aterrorizadas del alcance de las huelgas y lo que se avecina: un resurgimiento internacional de la lucha de clases para luchar contra niveles de desigualdad intolerables, una creciente militarización, y ataques contra los servicios sociales.

Un nuevo vídeo por el gobierno estatal de Tamaulipas les ruega a los obreros a otras ciudades a no irse a huelga. Refiriéndose a otra ciudad tan solo a 80 kilómetros de Matamoros, el vídeo dice: “Reynosa quiere trabajar, Reynosa no quiere huelgas, Reynosa quiere paz”.

El estado y las empresas siguen amenazando a los obreros con retirarse de Matamoros y dejar a miles de trabajadores sin empleo. Chavira Martines, la secretaria del trabajo del estado, les dijo a los reporteros: “[Los recortes] anticipados son más de 5.000 y podrían ser hasta 20.000, las empresas están pronosticando hasta seis meses en promedio”.

Trabajadores eléctricos de Schumez en paro

La lógica objetiva de los eventos en Matamoros es una huelga general, incorporando cada vez sectores de la población para una lucha común por la igualdad social. Como el Partido Socialista por la Igualdad escribió en la resolución de su quinto congreso nacional:

Hay muchos factores —los intereses sociales comunes en amplios sectores de la clase trabajadora, la erosión de diferencias seccionales, la integración racial y étnica de la clase trabajadora, el impacto de las redes sociales basadas en el Internet— que están trabajando hacia la coalescencia de las protestas de masas. Así, es de esperar que el estallido de protestas sociales serias —más allá del asunto inmediato y más allá de su localización— se expandirá rápidamente y atraerá a millones de trabajadores hacia la participación activa en la lucha. Dada la experiencia histórica de la clase trabajadora, el resultado lógico de esta coalescencia de luchas sociales será una huelga general, que planteará la cuestión del poder político.

La amenaza de cierres de planta y despidos masivos en Matamoros solo pueden ser derrotados al movilizar la fuerza independiente de la clase obrera. Ahora más que nunca, es indispensable que los obreros de Matamoros envíen a delegaciones de trabajadores elegidos democráticamente a otras ciudades para unirse con otras secciones de la clase obrera.

No se puede confiar en los sindicatos procapitalistas y nacionalistas, los cuales no pensarán dos veces en traicionar a los obreros para asegurar sus propios puestos privilegiados.

Más que todo, la creciente ola de huelgas debe unirse con obreros a lo largo de las Américas, incluyendo los obreros estadounidenses y canadienses que están unidos a los obreros Matamorenses objetivamente por el proceso de producción. Incitamos a los obreros a que asistan y apoyen la protesta del 9 de febrero por los trabajadores automotores en Detroit, Michigan, la cual se lleva a cabo con la perspectiva de unir a la clase obrera a través de las fronteras, fuera de los sindicatos y con la fuerza social de la clase obrera.

(Publicado originalmente en inglés el 7 de febrero de 2018)

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