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Perspectiva

Bernie Sanders anuncia campaña presidencial de 2020

El senador Bernie Sanders realizó el martes a través del Vermont Public Radio y un video en YouTube el esperado anuncio de su nominación a presidente para el Partido Demócrata en las elecciones de 2020. Sanders es el décimo candidato demócrata que anuncia una campaña o un comité exploratorio, mientras que otros 16 están activamente considerando postularse.

En 2016, Sanders atrajo un amplio apoyo de trabajadores y jóvenes con base en su promesa de luchar por la igualdad social. Audiencias masivas se presentaron escucharlo denunciar la desigualdad económica y llamar a una “revolución política” contra la clase milmillonaria”. Ante los ojos sorprendidos y horrorizados de la élite del Partido Demócrata y el propio candidato, Sanders obtuvo 13 millones de votos, superando a Hillary Clinton en las primarias de los estados de Michigan, Indiana y Wisconsin, conocidos como el Cinturón del Óxido (Rust Belt).

A medida que aumentaba el apoyo popular de Sanders, varios correos electrónicos publicados por WikiLeaks mostraron que la campaña de Clinton estaba trabajando con el Comité Nacional Demócrata para socavar la campaña de Sanders y asegurar que Clinton, quien era odiada ampliamente por la clase obrera y los jóvenes debido a sus políticas militaristas y propatronales, fuera la nominada del partido.

A pesar de la exposición dañina, Sanders cumplió con su papel asignado, endosando a Clinton en la convención del partido e instruyendo a sus simpatizantes que votaran por la candidata preferida de Wall Street y la cúpula militar y de inteligencia. Este fue el resultado de su “revolución política”.

Ha habido importantes transformaciones sociales y políticas desde la primera elección de Sanders. Los últimos dos años han sido testigo de una expansión de las luchas obreras en Estados Unidos e internacionalmente. La actividad huelguística en EUA alcanzó su mayor nivel en 32 años. La ola de huelgas docentes que inició el año pasado en West Virginia volvió a ese estado esta semana, mientras que miles de maestros más en Oakland, California están a punto de iniciar una huelga. Más de 33.000 docentes realizaron una huelga en Los Ángeles el mes pasado y 5.600 maestros de Denver, Colorado, realizaron un paro la semana pasada. La oposición de los trabajadores automotores a los cierres de planta y concesiones en EUA y Canadá está creciendo según se acercan las negociaciones contractuales este año.

Decenas de miles de trabajadores en las maquiladoras se están rebelando contra su sindicato y haciendo huelga en México; las protestas de los chalecos amarillos contra el Gobierno de Macron siguen en Francia y han estallado importantes huelgas en Reino Unido, Alemania, Hungría, India, Sudáfrica y otros países.

La burguesía está aterrada ante la posibilidad de que la ola expansiva de la lucha de clases se entrecruce con un programa y una perspectiva socialistas.

Este es el significado del discurso fascistizante entregado por Trump el lunes después de sus comentarios del Estados de la Unión. “La hora crepuscular ha llegado para el socialismo en nuestro hemisferio”, Trump proclamó a una audiencia en una universidad de Florida. Eso sucedió pocos días después de declarar un estado de excepción para movilizar al ejército a construir un muro a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México, desafiando el Congreso. La arremetida de Trump contra derechos democráticos y constitucionales fundamentales constituye una declaratoria de guerra contra la clase obrera y toda oposición a los dictados de la élite corporativa y financiera.

Independientemente de los deseos de Trump, no es la “hora crepuscular” del socialismo, sino todo lo contrario. Las luchas de las masas de obreros y jóvenes están enfrentándolos directamente contra la clase gobernante y el sistema capitalista.

Sanders no es el representante de este insurgente movimiento de la clase obrera. Como escribió el WSWS en febrero de 2016, cuando las encuestas mostraban que crecía el apoyo a Sanders en las primeras etapas de las primarias demócratas. “Es el benefactor temporal de una marea ascendente de oposición popular que está atravesando sus primeras fases de diferenciación social y de clases. El WSWS explicó que Sanders constituía la respuesta de la clase gobernante a este movimiento. Su función era y sigue siendo servir como un foco de atracción para encarrilar la oposición social detrás del Partido Demócrata.

En la declaración de apertura de la campaña de Sanders estuvo notablemente ausente toda mención al “capitalismo”, el “socialismo”, el “fascismo”, el “imperialismo”, el “internacionalismo”, la “igualdad”, o la “clase obrera”.

El martes, declaró que su campaña consiste en “transformar el país y crear un Gobierno basado en los principios de la justicia económica, social, racial y ambiental”, pero no dijo nada de cómo lograría tal cosa a través del Partido Demócrata.

El fraude fundamental promovido por Sanders, junto a individuos como Alexandria Ocasio-Cortez, es que es posible presionar el Partido Demócrata hacia la izquierda y convertirlo en una fuerza de cambio progresista. Articulando esta ficción política, el editor de Jacobin y miembro de los Socialistas Democráticos de Estados Unidos (DSA, por sus siglas en inglés) proclamó en una columna para el diario El Guardian el martes que “Sanders comenzó una revolución en 2016. En 2020, podrá terminarla”.

La afirmación de que Sanders está conduciendo a los demócratas hacia la izquierda contradice los hechos. Durante los últimos dos años, los demócratas han enfocado su oposición a Trump cuestiones de política exterior, particularmente la demanda de acciones militares más agresivas en Oriente Próximo y contra Rusia. Han servido como voceros de las secciones dominantes del aparato militar y de inteligencia en exigir una intensificación en la censura del internet bajo el pretexto de combatir las “noticias falsas”. Lejos de oponerse a esta agenda derechista, Sanders le ha prestado su apoyo.

Los demócratas han respondido a los ataques fascistizantes de Trump contra los inmigrantes entregándole más de mil millones de dólares para la “seguridad fronteriza”, además de aumentos masivos en el presupuesto militar. Han facilitado los ataques de la Administración contra los programas sociales y su imposición de recortes fiscales para los ricos de billones de dólares.

Los demócratas han promovido intransigentemente la política de identidades por medio de la cacería de brujas de #MeToo, la cual funciona para dividir a la clase obrera mientras socava derechos democráticos básicos como el proceso legal debido y la presunción de la inocencia. La mera asociación de Sanders con la oposición a la desigualdad económica ha provocado reproches dentro de su propio partido. Como en 2016, los demócratas procuran hacer que la política racial, sexual y de género sea la base de una campaña derechista para movilizar a sectores privilegiados de la clase media-alta detrás de Wall Street y el ejército.

No ha habido ninguna escasez de experiencias con demócratas “progresistas” y “protrabajadores” y siempre terminan en el mismo desastre. El Partido Demócrata es el cementerio de todo movimiento progresista y social. Sanders está una vez más intentando guiar a la clase obrera y la juventud hacia un callejón político sin salida.

La abolición de la desigualdad social y la dictadura de los ricos, junto a la oposición al peligro de la guerra, el fascismo y el autoritarismo, no se logrará buscando remiendos superficiales como reformas mínimas que son imposibles de logar en una estructura social capitalista dominada de arriba hacia abajo por una oligarquía obscenamente rica y parasítica. Los intereses de la clase obrera solo se pueden asegurar por medio de una reorganización fundamental y revolucionaria de la vida económica y social de Estados Unidos y el mundo.

La igualdad social y la democracia auténtica solo se pueden alcanzar por medio del establecimiento del socialismo. Esto requiere la creación de órganos de poder obrero, la expropiación de los ricos y la transformación de las gigantes corporaciones en utilidades controladas públicamente. No se puede ganar nada sin un ataque frontal contra el capitalismo.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 20 de febrero de 2019)

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