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Perspectiva

La lucha global de los maestros

En casi todos los continentes, los maestros están encabezando la lucha contra la austeridad de los Gobiernos y los niveles de desigualdad no vistos desde los años veinte.

Tres mil maestros están actualmente en huelga en Oakland, California, en el más reciente de una ola de paros docentes en Estados Unidos que involucró 71.000 maestros en tan solo las primeras ocho semanas de 2019. Esto incluyó la huelga del mes pasado en Los Ángeles, el segundo mayor distrito escolar del país, una huelga en Denver, Colorado, y una huelga estatal de dos días en West Virginia, donde una huelga el año pasado fue la que dio inicio a la mayor rebelión docente en EUA en varias décadas.

Los maestros y los trabajadores escolares compusieron 380.000 del casi medio millón de trabajadores involucrados en paros laborales el año pasado en EUA, el mayor número desde 1986. Además, hay cada vez más llamados en muchos estados a salir en huelga, incluso en Oklahoma y Arizona, donde hubo paros el año pasado.

En São Paulo, Brasil, la mayor ciudad en el continente americano, los maestros hicieron huelga por segunda vez este año contra los recortes a las pensiones. En México, los educadores en Michoacán y Oaxaca hicieron huelga y realizaron bloqueos más temprano este mes contra los despidos y la “reforma educativa” respaldada por el Gobierno.

Más temprano este mes, los maestros y cuidadores de maternal realizaron un paro en Berlín, Alemania; los educadores en Portugal se unieron a una huelga general; los docentes en Francia se unieron a las protestas de los Chalecos amarillos contra el “presidente de los ricos”, Emmanuel Macron; y más de 100.000 maestros, desde primaria a la educación terciaria tienen planeada su primera huelga nacional el 15 de marzo en Holanda.

En Marruecos y Zimbabue, los maestros también han estado en huelga en medio de un aumento en la oposición contra los reducidos presupuestos para la educación y su privatización en África. En Tamil Nadu del sur de India, decenas de miles de maestros hicieron huelga el mes pasado exigiendo mejoras salariales y en sus condiciones laborales.

Este movimiento está siendo impulsado por los niveles récord de desigualdad social en todo el mundo. La contrarrevolución social, la cual fue iniciada por la primera ministra británica, Margaret Thatcher, y el presidente estadounidense, Ronald Reagan, hace cuatro décadas, fue acelerada después de la crisis financiera global de 2008. Los Gobiernos capitalistas, encabezados la Administración de Obama en Estados Unidos, derrocharon billones de dólares para comprar activos tóxicos de los bancos y darles créditos ilimitados para que pudieran reinflar las bolsas de valores y las fortunas privadas de los criminales financieros. Para pagar esto, los partidos políticos de todo color convirtieron la “austeridad” en la palabra de moda.

Dos reportes recientes subrayan la histórica transferencia de riqueza de los pobres hacia los ricos en Estados Unidos después de 2008.

Gabriel Zucman, un profesor de economía en la Universidad de California en Berkeley halló que el porcentaje de la riqueza de hogares total controlada por el 0,1 por ciento de adultos más ricos alcanzó su mayor nivel desde 1929, cuando esta diminuta élite acaparó el 25 por ciento de la riqueza. “La concentración de la riqueza en EUA parece haber regresado a niveles no vistos desde los Roaring Twenties (Locos años veinte)”, escribió Zucman, quien indicó que podría ser incluso mayor debido a la habilidad de los superricos ahora de esconder su dinero en cuentas en el exterior.

Un reporte del Buró de Análisis Económico del Departamento de Comercio en EUA encontró que el porcentaje del ingreso neto nacional compuesto por las remuneraciones y prestaciones de los empleados cayó a 52,7 por ciento en el tercer trimestre del año pasado, siendo este su cuarto trimestre a la baja. La participación de los trabajadores en el ingreso nacional ha caído gradualmente desde 1970, cuando se encontraba en 59 por ciento. Sigue siendo el nivel más bajo desde la Segunda Guerra Mundial. Al mismo tiempo, la tasa del ingreso nacional compuesto por las ganancias empresariales ha aumentado de menos de 12 por ciento en los años ochenta a más de 20 por ciento hoy.

La crisis económica global también fue utilizada por la élite financiera para saquear los activos públicos y meter sus manos en el “mercado educativo” mundial, cuyo valor se estima en $10 billones para el 2030. Un libro reciente apunta al papel del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, USAID y el Departamento para el Desarrollo Internacional de Reino Unido en financiar los esquemas de privatización escolar en todo el mundo.

En Estados Unidos, el Gobierno de Obama, el cual encontró recursos ilimitados para rescatar a Wall Street, privó las escuelas públicas de recursos y utilizó la crisis que así fabricó para expandir las escuelas autónomas o concertadas con fines de lucro. Para el 2016, según los últimos datos disponibles, 25 de los 50 estados de EUA todavía estaban gastando menos por alumno de lo que gastaban antes de la Gran Recesión, dejando un hueco de $19.000 millones. Hoy, hay 170.000 empleados en las escuelas públicas menos que antes del 2008, a pesar de que el nivel de estudiantes ha aumentado 1,5 millones. En 38 estados, el salario anual promedio es menor al que era en 2009.

El carácter universal de este ataque contra los maestros y la educación pública y sus causas subyacentes suscitan varias cuestiones fundamentales En primer lugar, está el papel de los sindicatos a nivel global, los cuales se oponen a cualquier lucha porque están alineados con los partidos capitalistas y aceptan el marco entero de la austeridad y la desigualdad social.

En Oakland, el sindicato rechazó la demanda de las bases docentes de que no hubiera recortes presupuestarios, a pesar de que el distrito planea pagar cualquier aumento en los salarios por medio de recortes millonarios a los servicios educativos e incluso cerrando escuelas. La Asociación de Educación de Oakland está coludiendo con el Partido Demócrata estatal para alcanzar un acuerdo podrido que sea completamente aceptable para la élite corporativa y financiera. Como en huelgas pasadas en otras partes del país, el sindicato está traicionando la lucha por defender el derecho a la educación pública.

Esto es cierto sobre los sindicatos de todo el mundo. En cara al ataque global contra la educación pública, los empleos y niveles de vida de los trabajadores los nacionalistas y procapitalistas sindicatos han colaborado con sus respectivos Gobiernos y dueños capitalistas para recortar los costos laborales e impuestos empresariales a fin de que sus “propios” países sean más competitivos.

Es por eso por lo que la construcción de nuevas organizaciones de lucha, controladas por los mismos trabajadores e independientes de los sindicatos, son una cuestión tan urgente. Los maestros deben formar comités independientes de base que se basen en lo que los maestros y estudiantes necesitan y no en lo que los poderes establecidos digan que pueden costear.

Los maestros han ganado un gran apoyo popular porque están luchando por derechos fundamentales y porque todos los trabajadores se enfrentan a las mismas condiciones: la caída en sus ingresos, el ascenso meteórico en los costos de vida, precariedad laboral e interminables ataques contra derechos sociales como la salud y las pensiones conquistados por décadas de lucha.

Este movimiento en marcha de maestros es una expresión inicial de una rebelión que se extenderá inevitablemente a capas más amplias de la clase obrera, particularmente a los trabajadores industriales en sectores clave como el automotriz, siderúrgico y otras áreas manufactureras. Este movimiento se verá obligado no solo a abordar las cuestiones inmediatas de salarios y condiciones laborales, sino las grandes problemáticas que enfrentan los trabajadores en cada país, la desigualdad social, la evisceración de los derechos democráticos, el crecimiento de las formas autoritarias de gobierno y el peligro cada vez mayor de una guerra catastrófica.

Por sí solas, las huelgas no podrán resolver lo que enfrentan los trabajadores. La lógica del resurgimiento internacional de la lucha de clases apunta a la necesidad de que la clase obrera luche por tomar el poder político en sus propias manos y reorganice la economía global con base en las necesidades sociales y no el lucro privado.

Es necesaria tanto la expropiación de la aristocracia financiera como la reorganización socialista de la vida económica para disponer de la vasta riqueza producida por la clase obrera para aumentar el nivel material y cultural de las masas, garantizar una educación pública, gratuita y de calidad para todos y librar a la humanidad de la pobreza, la explotación y la guerra.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 26 de febrero de 2019)

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