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México: trabajadores metalúrgicos, universidades se unen a huelgas y 90.000 trabajadores de Walmart amenazan con salir

Docenas de plantas maquiladoras que acordaron a la demanda del “20-32”—un aumento salarial del 20 por ciento y un bono de 32.000 pesos (US$1.700)— de los trabajadores en Matamoros, México, están intensificando sus represalias contra la histórica ola de huelgas que comenzó en la ciudad el 12 de enero. Esto ha involucrado miles de despidos.

Rosalinda, una trabajadora en Kearfott que ha realizado apelaciones públicas de apoyo a la clase obrera internacional por medio del World Socialist Web Site, reportó que fue despedida este fin de semana junto a 30 de los trabajadores más militantes de la planta. “Nos estamos organizando para ayudar a quienes están en lucha aún. Seguimos batallando con esos líderes sindicales que apoyan a las empresas permitiéndoles pisotear el convenio”, refiriéndose a la cláusula de no represalias.

“El salario aumentó demasiado y no quieren pagar eso, además de terminar con las jornadas de 40 horas [semanales] para seguir con la de 48 para todas las compañeras en Kearfott Matamoros”, añadió.

Un trabajador de Inteva le señaló al WSWS que, después de firmar el “20-32”, la empresa realizó una serie de despidos, según las maquiladoras buscan “correr, liquidar al cien y los que gusten seguir trabajando pueden seguir, pero con el salario de los 176 [pesos previos al aumento] y no los 211 de ahorita. Cambiarían de razón social y así bajar los salarios. Claro que eso lo van a lograr con la ayuda del [sindicato] SJOIIM”.

La mayor organización empresarial en México, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), amenazó con hasta 50.000 despidos en Matamoros, como respuesta a “la invitación a generar paros en otras ciudades”. Mientras tanto, la asociación de dueños de maquiladoras, Index, que incluye a empresas que producen 68 por ciento de las exportaciones mexicanas, sigue exigiendo la intervención del Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (también conocido como AMLO), el oficialista Movimiento Regeneración Nacional (MORENA) y la burocracia sindical para detener la creciente iniciativa independiente y militancia de las bases obreras en todo el país.

En el mismo estado de Tamaulipas, alrededor de 200 trabajadores metalúrgicos hicieron huelga en un patio en Altamira propiedad de Dragados Offshore, con sede en España. En medio de demandas de aumentos salariales hasta del 100 por ciento, les siguió una huelga de 2.000 trabajadores el martes de la misma empresa en un patio a 30 kilómetros al sur en el estado de Veracruz y, el miércoles, por un bloqueo de los portones en Altamira convirtiéndolo en una huelga total entre los 2.900 trabajadores.

El sindicato, el cual pertenece a la Confederación de Trabajadores de México (CTM), ha pretendido apoyar las acciones mientras se dedica a negociar hacia abajo las demandas.

Hoy, después de rechazar una oferta de aumento del 1 por ciento y exigir un 12 por ciento, los trabajadores de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) planean unirse a una ola de huelgas en otras universidades públicas que comenzó hace 28 días con las demandas de un aumento del 20 por ciento en la Universidad Autónoma Metropolitana. Los trabajadores ahí se inspiraron en la rebelión matamorense. Las Universidades de Oaxaca, Coahuila y Chapingo también están en huelga.

Cientos de docentes de primaria y secundaria también han estado en huelga desde ejero en los estados sureños de Oaxaca y Michoacán, exigiendo prestaciones que no han sido pagadas. Por varias semanas, bloquearon líneas férreas cruciales que afectaron el comercio a través del mayor puerto mexicano en Lázaro Cárdenas. Aproximadamente mil maestros en huelga se manifestaron frente a la Secretaría de Educación Pública en la Ciudad de México el miércoles.

El lunes, unos 400 trabajadores en tres plantas metalúrgicas en Matamoros salieron a huelga —la siderúrgica Sigosa, Seyco Joist y Sistemas Estructurales— exigiendo el “20-32”. El sindicato local asociado, encabezado por Javier Zúñiga García, ha afirmado apoyar las huelgas espontáneas mientras argumenta que los trabajadores en estas plantas ya ganan más que las otras en la ciudad.

Después de paros parciales que comenzaron el 29 de enero, los 700 trabajadores de Coca Cola en Matamoros en una de las mayores embotelladoras de América Latina han estado en una huelga total por dos semanas desafiando el fallo de la junta laboral que calificó la acción de “ilegal”.

Desde el martes, alrededor de 500 trabajadores de la maquiladora en Spring Window Fashions en Ciudad Victoria, 300 kilómetros al suroeste de Matamoros, han estado en huelga exigiendo poder dejar el sindicato que rechazó sus demandas de un aumento del 16 por ciento. El Sindicato Industrial de Maquiladoras encabezado por María Dolores Zúñiga, afirmando ser “independiente” pero perteneciendo a la misma CTM de derecha, convenció que los trabajadores se transfirieran.

Zúñiga canceló una huelga planeada más temprano este mes entre 6.000 trabajadores, acordando a un aumento del 16 por ciento comparado con el 30 por ciento exigido por los trabajadores. En respuesta, Kemet, una de las empresas, anunció esta semana que eliminaría dos de sus cuatro turnos, despidiendo a 700 trabajadores, con Zúñiga descartando cualquier lucha y simplemente abogando que los trabajadores pidan su indemnización completa.

Cuando los trabajadores de Walmart en Matamoros y muchas otras ciudades comenzaron a planear unirse a la ola huelguística para exigir el “20-32”, la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC), afiliada al derechista Partido Revolucionario Institucional (PRI), se apuró a afiliar a trabajadores y tomar control de las negociaciones para prevenir las huelgas espontáneas. En cambio, la CROC emitió un anuncio de huelga para el 20 de marzo involucrando a 90.000 de los 200.000 trabajadores en la mayor empresa minorista de México. Una vocera de Walmart le dijo a Reuters el lunes, después de hablar con el sindicato, que “el diálogo fue positivo”.

En Matamoros, 15 proveedores de autopartes siguen en huelga. La Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) le señaló a El Financiero el lunes que 80 por ciento de las partes producidas en la ciudad van a EUA y Canadá, lo que ha paralizado seriamente la producción en importantes plantas ahí, y que dentro de México la huelga detuvo la producción en tres ensambladores y siete otras se vieron afectadas.

El director general adjunto de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA) le resumió al diario financiero que las empresas en Matamoros tienen dos opciones: solicitar una intervención policial o irse de la ciudad. “Hay un sentimiento de falta de Estado de Derecho por cómo se presentó esta situación y hay miedo de que se pueda generar en otras ciudades de la frontera como Ciudad Juárez”, dijo.

El martes, el presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), Francisco Cervantes Díaz, declaró que están trabajando de cerca con el Gobierno de AMLO y el senador de MORENA y líder sindical, Napoleón Gómez Urrutia, para abordar la ola de huelgas “ilegales”. “El problema puede extenderse al Bajío y sur del país”, advirtió.

Al enfrentarse a un desafío mayor desde abajo y al recrudecimiento de la crisis del capitalismo global, la clase gobernante mexicana y sus jefes imperialistas estadounidenses actuarán cada vez más despiadadamente. Mientras López Obrador acelera la creación de una nueva Guardia Nacional para operaciones militares internas, el Banco Central y Goldman Sachs recortaron dramáticamente sus pronósticos de crecimiento del 2019 para México esta semana. El banco estadounidense advirtió sobre “factores idiosincráticos como huelgas”.

Por un lado, la burocracia sindical está dedicándose en todas partes a cooptar, aislar y suprimir cada lucha de las bases obreras, al mismo tiempo en que profundiza su colaboración corrupta y corporativista con las empresas y el Estado.

Por el otro, los trabajadores de toda América del Norte y globalmente están yéndose a la ofensiva después de décadas de una guerra unilateral por parte de las empresas contra sus niveles de vida. Este año ha sido testigo de la participación de 71.000 docentes en varios estados de EUA en una ola de huelgas, mientras que casi 2.000 trabajadores en la planta de locomotoras de Wabtec en Pennsylvania iniciaron el martes la primera huelga importante en el sector manufacturero del país en tres años, según el Huffington Post. La resistencia también está expandiéndose contra los cierres de planta de General Motors en EUA y Canadá y los despidos masivos en las mayores empresas automotrices que están siendo utilizados en parte para extorsionar y extraer concesiones de más de 140.000 trabajadores automotores en EUA que enfrentan negociaciones contractuales en septiembre.

Los trabajadores que están entrando en lucha necesitan romper decididamente con los sindicatos y partidos nacionalistas y procapitalistas para coordinar sus luchas internacionalmente contra la misma élite empresarial y financiera como parte de un movimiento político y revolucionario por el socialismo.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 28 de febrero de 2019)

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