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Después de romper el tratado INF

La expansión del Pentágono en las fronteras de Rusia

El principal comandante militar del Pentágono en Europa le dijo al Comité de Servicios Armados del Senado el martes que se deben desplegar más tropas estadounidenses y más buques de guerra en el continente para contrarrestar lo que describió como la "influencia maligna" de Moscú y las amenazas rusas a los "intereses nacionales vitales de los Estados Unidos".

El testimonio del general Curtis Scaparrotti, jefe de EUROCOM y comandante supremo aliado de la OTAN, se produjo apenas un día después de que Rusia se retirara formalmente del Tratado de Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio (FNI), luego de la última anulación unilateral de la administración Trump del histórico acuerdo nuclea en el mes pasado.

El desecho del tratado anuncia el resurgimiento de una carrera de armamentos nucleares en una escala no vista desde el apogeo de la Guerra Fría entre los Estados Unidos y la Unión Soviética, que amenaza a la humanidad con una conflagración global.

Scaparrotti expuso la agenda del Pentágono de una escalada de la confrontación con Rusia, presentando al país como un agresor peligroso que debe ser detenido militarmente.

"Rusia es un competidor estratégico a largo plazo que quiere promover sus propios objetivos a expensas de la prosperidad y seguridad de Estados Unidos y que ve a Estados Unidos y la Alianza de la OTAN como la principal amenaza para sus ambiciones geopolíticas", dijo al panel del Senado. “En la búsqueda de sus objetivos, Moscú busca afirmar su influencia sobre las naciones a lo largo de su periferia, socavar la solidaridad de la OTAN y fracturar el orden internacional basado en normas".

En su narrativa el general le dio vuelta a la realidad. Desde la disolución de la Unión Soviética en 1991, los Estados Unidos y la OTAN, en violación de un acuerdo alcanzado entre Washington y la burocracia estalinista de Moscú, han empujado constantemente hacia el este, absorbiendo a los antiguos países del Pacto de Varsovia en la OTAN y desplegando fuerzas militares hostiles en las fronteras de Rusia.

Scaparrotti continuó señalando las preocupaciones y los objetivos reales de Washington, al afirmar: "Mientras Estados Unidos mantiene la superioridad militar global sobre Rusia, las capacidades rusas en evolución amenazan con erosionar nuestra ventaja militar competitiva, desafían nuestra capacidad de operar sin oposición en todos los dominios y disminuyen nuestra capacidad para disuadir la agresión rusa”.

El imperialismo estadounidense está decidido a enfrentar cualquier poder que desafíe un "orden internacional basado en reglas" en el que las reglas son dictadas por Washington, y asegurar que tanto sus militares como su oligarquía financiera y corporativa sean capaces de "operar sin oposición en todos los dominios”. Esto requiere la transformación de Rusia en una semi colonia absoluta.

El gobierno del presidente Vladimir Putin, que representa los intereses de la oligarquía rusa, ha perseguido una política en bancarrota que zigzaguea entre inútiles apelaciones a la rason de parte de Washington y un giro aventurero al militarismo.

Scaparrotti detalló ante el comité del Senado los resultados de lo que describió como los "altos niveles de gasto en defensa" de Rusia, que representan menos de una décima parte del presupuesto militar de Estados Unidos. Citó en particular el "programa de modernización nuclear" de Moscú, que dijo que incluye "modernos misiles balísticos intercontinentales (MBIC) móviles para ser lanzados desde carreteras o situados en silos, así como los nuevos misiles balísticos lanzados desde el submarino (BMLS) y bombarderos estratégicos de largo alcance" como el desarrollo de "armas hipersónicas

nucleares, que podrían brindarles la capacidad de atacar en cualquier parte del mundo con poca o ninguna notificación".

El testimonio del general, que llegó apenas un día después de que Moscú se retirara formalmente del tratado de la FNI, no dejó dudas de que el Pentágono se está preparando activamente para la guerra nuclear tanto con Rusia como con China.

Mientras que Washington ha acusado repetidamente a Moscú de violar el tratado mediante el despliegue de misiles de crucero SSC-8, Rusia ha insistido en que el arma no infringe los términos del acuerdo, que prohíbe las armas con rangos de alcance entre 500 y 5.500 kilómetros. Moscú, a su vez, ha acusado que el despliegue de sistemas de defensa de misiles que tienen capacidades ofensivas en Rumania y Polonia, así como la introducción de drones armados en la región, representan violaciones del acuerdo.

Un elemento central de las decisiones de Estados Unidos de romper el tratado FNI es el hecho de que China, que no es signataria del acuerdo, ha producido misiles de mediano alcance para contrarrestar el "giro al Asia" de los militares estadounidenses y tratar de rodear al país militarmente. Washington quiere desplegar armas similares en la región.

Presionado sobre la estrategia del Pentágono a raíz de la derogación del tratado, Scaparrotti respondió: "No sé si tenemos un plan hoy. Todavía estamos en un período de seis meses aquí [hasta que el tratado expire formalmente], donde estamos evaluando cuáles son nuestras opciones”.

Esto no es creíble. Habiendo descartado deliberadamente el tratado, Washington claramente tiene planes en cuanto a cómo buscará una ventaja militar en el futuro, incluso mediante el despliegue de misiles con armas nucleares en Europa y Asia, lo que desencadenará una nueva carrera de armamentos y pondrá al mundo en una confrontación de jalar-el-gatillo para la guerra nuclear. El comandante aliado supremo, que ejerce más poder que cualquier legislador o diplomático de los Estados Unidos, no se preocupó por compartir públicamente estos planes.

El comandante europeo del Pentágono también pidió un aumento en el suministro de armas letales para el régimen nacionalista de derecha en Ucrania. Desde el golpe de estado de extrema derecha en Kiev, orquestado y financiado por la Unión Europea y el imperialismo estadounidense, la región entró en crisis, Washington ha proporcionado al ejército ucraniano más de 1.000 millones de dólares en ayuda, aunque la mayor parte ha sido clasificada como no letal.

Sin embargo, en abril del año pasado, EUA proporcionó al ejército ucraniano misiles anti-armadura Javelin, que, según Scaparrotti, había servido como "disuasión".

El general declaró que a raíz de la provocación del pasado mes de noviembre en el mar de Azov, que llevó a la incautación de tres barcos ucranianos navegando cerca de Crimea en aguas reclamadas por Rusia, Estados Unidos necesitaba "ayudarlos a recuperar esta armada y comenzar a suministrarla".

El Pentágono ha desplegado el destructor U.S.S. Donald Cook, en el Mar Negro, justo al sur del estrecho de Kerch, desemboca en el Mar de Azov y, según Bloomberg News, ha presionado para que Alemania y Francia envíen buques de guerra a través del estrecho en un intento de provocar a Rusia.

"A ellos, francamente, no les gustamos en el Mar Negro", dijo Scaparrotti al comité del Senado. "Se trata de aguas internacionales, y debemos navegar y volar allí".

Scaparrotti dio su testimonio antes de la publicación de la solicitud de presupuesto del Pentágono para 2020, que se espera para la próxima semana. Su objetivo principal era presionar al Congreso de los EUA para obtener más fondos para su escalada contra Rusia. Específicamente, pidió que se agreguen otros dos destructores de misiles guiados a la flota estadounidense con base en la región, así como el despliegue de tropas estadounidenses adicionales cerca de las fronteras de Rusia, incluidas las unidades blindadas.

(Publicado originalmente en inglés el 9 de marzo de 2019)

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