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Pompeo recluta a los conglomerados de energía de Estados Unidos para guerra mundial por petróleo

El secretario de Estado de los EUA, Mike Pompeo, pronunció un discurso extraordinario esta semana en una conferencia a la que asistieron representantes de los principales conglomerados de energía de los EUA en la que hizo un llamamiento al “Big Oil” (los grandes empresarios petroleros) para que desempeñe un papel cada vez más directo en el impulso del imperialismo norteamericano a preparase para la guerra en todos los continentes.

Hablando el martes en la conferencia anual CERAWeek en Houston, Texas, que reúne a ejecutivos de compañías petroleras y gasíferas de EUA., representantes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y funcionarios del gobierno de EUA, Pompeo destacó que el fuerte crecimiento en la producción de energía de EUA, lo que los expertos de la industria describen como la "revolución de esquisto", le ha proporcionado a Washington un arma potente para usar contra sus rivales globales.

El crecimiento en la producción de energía, con Estados Unidos, superó a Rusia y Arabia Saudita como el mayor productor de petróleo crudo a fines del año pasado, y se estima que sus exportaciones superarán a las de Rusia en los próximos tres años y las de Arabia Saudita en los próximos cinco. Esto es visto por la elite gobernante de los Estados Unidos como un medio para ejercer su hegemonía a escala mundial.

El discurso de Pompeo proporcionó una descripción contundente de los objetivos predatorios de Estados Unidos en todo el planeta que involucran los intereses de los conglomerados de energía con sede en Estados Unidos.

Sus intentos de presentar esto como una especie de cruzada moral fueron ridículos. Los países rivales del imperialismo estadounidense, afirmó, estaban "usando su energía para fines malignos, y no para promover la prosperidad como lo hacemos aquí en occidente". "No tienen los valores de libertad o el estado de derecho que tenemos, y están usando su energía para destruir la nuestra".

La "prosperidad" promovida por Exxon-Mobil, Chevron, Conoco Phillips y otros conglomerados de energía con sede en los Estados Unidos es la de sus ejecutivos (CEOs) e importantes inversionistas capitalistas. Sus valores de "libertad" y "estado de derecho" se extienden tanto como su libertad para explotar las reservas de energía del planeta a voluntad e imponer las reglas dictadas por el gobierno de los Estados Unidos para proteger sus intereses.

Pompeo continuó vinculando los intereses de "Big Oil" con los múltiples conflictos geoestratégicos entre el imperialismo estadounidense y sus rivales globales y regionales.

Destacó que la producción y exportación de energía de los Estados Unidos era crucial para contrarrestar una serie de "actores malos".

"No queremos que nuestros aliados europeos dependan del gas ruso a través del proyecto NordStream II, como tampoco queremos que dependamos de los suministros de petróleo venezolanos", dijo Pompeo, refiriéndose a la expansión de un gasoducto que une a Rusia con Europa Central. Destacó que las exportaciones estadounidenses de gas natural licuado (GNL) podrían "liberar a Europa de esa intervención rusa".

Este lanzamiento para promover el dominio de la energía de EUA en Europa se produjo cuando el Pentágono anunció que se está preparando para desarrollar y probar nuevos misiles nucleares de alcance intermedio de bajo vuelo a partir de agosto, después de la expiración formal del Tratado de Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio (INF) entre los EUA y Rusia, desechado por la administración Trump el mes pasado. El Pentágono también envió a funcionarios a Varsovia para discutir el establecimiento de una base permanente en Polonia, apodada "Fort Trump" por los funcionarios polacos.

Pompeo también denunció a China, diciendo: "La construcción ilegal de islas en las vías fluviales internacionales no es simplemente un asunto de seguridad. Al bloquear el desarrollo en el Mar de China Meridional a través de medios coercitivos, China evita que los miembros de la ASEAN accedan a más de $ 2.5 billones en reservas de energía recuperables”. Claramente, la principal preocupación es que estas reservas puedan ser explotadas por conglomerados con sede en los Estados Unidos.

Beijing reprendió airadamente a Pompeo, denunciando sus comentarios como "irresponsables" e insistiendo en que "las naciones de la región son capaces de resolver y manejar las disputas a su manera". Agregó que "las naciones de fuera de la región deberían abstenerse de agitar problemas y perturbar la situación armoniosa".

El día después del discurso de Pompeo, dos bombarderos Stratofortress B-52H volaron desde Guam sobre las áreas disputadas del Mar de China Meridional, el segundo vuelo realizado en 10 días ante las objeciones chinas. Los aviones de combate son capaces de transportar cargas nucleares.

El secretario de estado de los Estados Unidos también señaló la importancia de la producción de energía de los Estados Unidos para apoyar los bloqueos económicos impuestos por el imperialismo estadounidense tanto a Irán como a Venezuela, medidas que equivalen a actos de guerra.

Pompeo prometió limitar el dominio de Irán en el próximo período. "Estamos comprometidos a reducir a cero las exportaciones de petróleo crudo iraní tan pronto como lo permitan las condiciones del mercado", dijo. Se negó a responder una pregunta sobre si Washington se está preparando para revocar las exenciones otorgadas a varios países que dependen del petróleo iraní.

Pompeo les dijo a los ejecutivos de la energía que Washington está "usando todas las herramientas económicas que tenemos a nuestra disposición" para efectuar un cambio de régimen en Venezuela, incluido el embargo a las exportaciones petroleras venezolanas impuesto en enero. Denunció al gobierno venezolano por enviar petróleo a Cuba a un "precio subsidiado", lo que contrastando esta práctica con el " superior modelo de negocios " de los Estados Unidos.

Después de pronunciar el discurso, Pompeo, preguntado por la CNBC si Washington está considerando una acción militar en Venezuela, repitió el mantra de que "todas las opciones están sobre la mesa".

Al presentarse junto con Pompeo, al secretario de Energía, Rick Perry, se le preguntó si el derrocamiento de Maduro llevaría a la reafirmación del control sobre las reservas de petróleo de Venezuela, las más grandes del planeta, por parte de los gigantes energéticos estadounidenses. "Absolutamente, creo que ese es el mensaje real, que las compañías nacionales quieren ver este régimen afuera para que podamos tomarlas", respondió.

La charla de Pompeo con el "Big Oil" norteamericano y el apoyo a los objetivos depredadores del imperialismo estadounidense era apenas necesaria. Los dos se han entrelazado durante más de un siglo. El antecesor de Pompeo como secretario de estado, debe recordarse, fue Rex Tillerson, ex director general de Exxon, cuyo predecesor, Standard Oil, monopolizó el control de la industria petrolera de Venezuela hasta su nacionalización en 1976.

Las corporaciones petroleras han estado íntimamente involucradas en las guerras estadounidenses del siglo XXI. La invasión de Afganistán, dirigida a promover la influencia de los EUA sobre las vastas reservas de energía de Asia Central, dio como resultado la instalación de Hamid Karzai, un ex asesor de Unocal, como presidente. El embajador estadounidense en el país, Zalmay Khalilzad, quien se desempeñó como gestor de Karzai, también trabajó para la compañía petrolera en el trazado de la construcción de oleoductos estratégicos en todo su territorio.

Antes de la guerra de Irak, el vicepresidente Dick Cheney, ex presidente del gigante del servicio petrolero Halliburton, organizó un "grupo de trabajo" sobre petróleo iraquí compuesto por los principales ejecutivos petroleros de Estados Unidos. Se elaboraron mapas detallados para la parcelación del botín de la guerra de agresión de Estados Unidos lanzada en 2003.

Si el secretario de estado se ve obligado a hacer un nuevo llamado a los intereses "patrióticos" de los conglomerados de energía, es porque el imperialismo estadounidense se está preparando para un conflicto mucho mayor, una guerra mundial con implicaciones catastróficas para la humanidad.

(Artículo publicado originalmente el 15 de marzo de 2019)

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