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López Obrador en México ataca a maestros por medio de reforma educativa derechista

El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (conocido popularmente como “AMLO”) ha propuesto una legislación educativa que preserva el mismo marco de evaluaciones obligatorias para docentes y privatizaciones escolares introducido bajo su antecesor derechista, Enrique Peña Nieto.

Durante la campaña presidencial del año pasado, AMLO hizo campaña explícitamente con la promesa de anular la legislación educativa de 2013. Estas “reformas” buscaban utilizar a los maestros como chivos expiatorios por la falta de infraestructura básica escolar y las condiciones sociales y económicas de los estudiantes que crean desafíos —y a veces prácticamente imposibilitan— dar clases.

La propuesta del partido de AMLO, el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), retiene los mismos puntos de la legislación anterior. Los maestros estarán sujetos a pruebas estandarizadas que determinarán si son contratados o promovidos. Mientras tanto, la ruinosa infraestructura escolar y la arraigada pobreza que afecta a la mitad de la población permanecen intactas. Mientras que los maestros supuestamente ya no serán despedidos por bajos resultados en las pruebas, esto puede ser revertido tanto por AMLO como por futuras Administraciones.

Los políticos y comentaristas de derecha celebraron la propuesta de Morena porque facilita los despidos masivos, debilita la seguridad laboral de los maestros y abre la puerta al lucrativo “mercado” educativo a inversores privados.

La diputada del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Cynthia López Castro, quien forma parte de la comisión educativa de la cámara baja, presumió que la legislación de Morena es “80 por ciento igual” a la reforma aprobada por el expresidente del PRI, Peña Nieto. El principal diario empresarial del país, El Financiero, escribió, “Morena tuvo que tragarse todas sus palabras y balandronadas contra la ‘mal llamada reforma estructural, punitiva, privatizadora, hecha por la mafia del poder para perpetuar su dominación’, etcétera. Sus diputados, en comisiones, votaron a favor del dictamen, salvo tres de ellos que pertenecen a la CNTE [Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación]”.

Durante los últimos cinco años, los maestros han estado en el frente de la lucha de clases en México. En oposición a las reformas derechistas del “Pacto por México”, los docentes han organizado numerosas huelgas y manifestaciones, incluyendo una marcha nacional de 100.000 docentes en junio del año pasado, bloqueos de líneas férreas en enero contra salarios y beneficios no pagados y un bloqueo de autopista en Nochixtlán, Oaxaca, que fue violentamente atacado por la policía federal en 2016.

Las últimas dos semanas han sido testigo de bloqueos de las entradas de la cámara baja del Congreso en la Ciudad de México por parte de los maestros, lo que efectivamente previno que los diputados discutieran la legislación. Preocupados de que un enfrentamiento abierto con los maestros dañaría la fachada “izquierdista” del partido, el líder de Morena en la Cámara de Diputados pospuso la discusión sobre el proyecto de ley educativo. Estos políticos capitalistas, con la asistencia de los sindicatos, esperan comprar tiempo y confabular detrás de las espaldas de los maestros para presentar la misma propuesta con cambios mínimos y superficiales.

AMLO ha repudiado todas sus principales promesas de campaña tras cuatro meses en el cargo. Incluso antes de su inauguración, ha había retractado sus promesas de deshacer las privatizaciones del petróleo mexicano y retirar al ejército de las operaciones de seguridad interna.

En cambio, su Gobierno se ha dedicado a suprimir huelgas en las maquiladoras en Matamoros, crear una Guardia Nacional de 60.000 efectivos y hacer valer los ataques de Trump contra los inmigrantes. AMLO ha calumniado a los maestros en huelga que están luchando por la educación pública, llamándolos “conservadores” y alegando que sus protestas “no tienen nada que ver con la izquierda”.

Después de más de seis años de lucha, los maestros deben dar cuenta de sus propias experiencias y el papel que ha desempeñado la CNTE, la cual se ha empeñado para amarrar a los maestros a llamados inútiles hacia la élite política que solo han servido para desmoralizar y aislar.

En vísperas de las elecciones presidenciales de julio, la CNTE canceló una huelga indefinida y urgió a los maestros a que se dedicaran a buscar la elección de AMLO, a quien el sindicato pintó como un amigo de los trabajadores. Esta trampa política ha quedado expuesta por medio de la adopción por parte de Morena de la misma legislación que los docentes han combatido con uñas y dientes por años. El apoyo de la CNTE a AMLO solo ha servido para desarmar políticamente a secciones amplias de la clase obrera, quienes ahora están escuchando la mentira que su enemigo de clase puede ser “presionado” para que actúe a su favor.

Más allá de su “radicalismo”, la CNTE, una llamada facción ‘disidente’ del sindicato nacional el SNTE, tiene sus bases firmemente arraigadas en el sistema capitalista y se opone a una lucha unida de la clase obrera por tomar el poder político. Tambalea de una intervención a otra sin una perspectiva sobre las fuerzas más amplias que impulsan los ataques contra la educación pública. Sus métodos semianarquistas toman la militancia y el enojo de los maestros y los encauzan hacia callejones sin salida.

La CNTE no está luchando por el derecho fundamental de cada niño en México a una educación gratuita y de alta calidad. En cambio, la dirección de la CNTE ha manifestado que su principal desacuerdo con la reforma se basa en quién controlará los recursos escolares y nombrará a los maestros: el sindicato o el Gobierno.

La perspectiva de la CNTE es un regalo para la clase gobernante. Permite que los políticos y la prensa retraten la legislación como un paso “progresista” hacia liberar a las escuelas de los “privilegiados” y “corruptos” maestros. Mientras tanto, ninguna cuestión política fundamental se discute, mucho menos por la CNTE.

Los aliados de los más de dos millones de maestros en México no son AMLO ni Morena, sino sus colegas educadores internacionalmente. En cada continente, los docentes están emprendiendo una lucha global contra la austeridad gubernamental y niveles de desigualdad social no vistos desde la década de 1920. Los maestros de todos los países se enfrentan a los mismos problemas y a los mismos enemigos: ataques contra sus condiciones de vida y de trabajo, afirmaciones de que “no hay dinero” para los servicios sociales y un aparato sindical que se dedica a encadenarlos a una u otra sección de la élite gobernante. La principal fuente de fuerza de los maestros es su unificación internacional con base en una perspectiva inflexiblemente anticapitalista para luchar por garantizar los derechos sociales de todos los trabajadores y sus familias.

(Publicado originalmente en inglés el 6 de abril de 2019)

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