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El extraordinario récord de periodismo de investigación de Julian Assange

El arresto ilegal del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, en la embajada de Ecuador en Londres, y el intento de los Estados Unidos de extraditarlo por cargos de conspiración, son un ataque frontal a la libertad de prensa.

El Gobierno de Trump, con el apoyo de los demócratas y de los aliados de Estados Unidos, incluidos Reino Unido y Australia, está tratando de establecer un precedente para criminalizar el periodismo de investigación genuino, incluyendo la publicación de material clasificado que expone la ilegalidad del Gobierno.

Esto no es nada más que un intento de abolir la función de una verdadera prensa libre, establecida durante siglos de lucha contra el despotismo.

Los ataques a Assange se oponen a las masas de trabajadores, estudiantes y jóvenes de todo el mundo. Los medios de comunicación corporativos, sin embargo, han respondido al arresto de Assange intensificando su prolongada campaña de calumnias y mentiras contra él.

Se han adaptado a los falsos cargos de Estados Unidos contra Assange, y muchos alegan que él no es un periodista y que WikiLeaks simplemente “vuelca” en la red el material que recibe. El periodista australiano Peter Greste, por ejemplo, escribió a las pocas horas de la detención de Assange: “Para ser claros, Julian Assange no es un periodista, y WikiLeaks no es una organización de noticias”.

Tales individuos y organizaciones de medios de información solo demuestran que son los portavoces serviles de los Gobiernos, las agencias de inteligencia y la élite corporativa. Hablando en nombre de las capas más prósperas de la clase media-alta, no son menos hostiles que los perseguidores de Assange a la publicación de material que amenaza el statu quo.

En realidad, el historial de Assange como periodista no tiene paralelo en el período contemporáneo. Como dijo el periodista de investigación de renombre mundial, John Pilger, en un mitin del Partido Socialista por la Igualdad en junio de 2018: “Ningún periodismo de investigación en lo que dure mi vida puede igualar la importancia de lo que WikiLeaks ha hecho en lo que respecta exigir que el poder rapaz responda por lo que hace”.

Cuando se publique un registro completo de las exposiciones investigativas de WikiLeaks, abarcará volúmenes.

Julian Assange en 2006

En un ensayo de 2006, escrito poco después de la fundación de WikiLeaks, Assange, entonces editor en jefe del medio, explicó algunos de los conceptos que subyacen al proyecto.

Escribió: “Los regímenes autoritarios crean fuerzas que se oponen a ellos al oponerse a la voluntad de un pueblo a la verdad, el amor y la autorrealización. Los planes que asisten al Gobierno autoritario, una vez descubiertos, inducen una mayor resistencia. Por lo tanto, estos esquemas son ocultados por poderes autoritarios exitosos hasta que la resistencia sea inútil o sea superada por las eficiencias del poder brutal”.

En agosto de 2007, WikiLeaks publicó el informe secreto de una investigación del Gobierno de Kenia sobre la corrupción oficial. El documento, producido en 2004, reveló que el anterior presidente respaldado por Estados Unidos, Daniel Arap Moi, y sus asociados más cercanos habían saqueado la economía del país empobrecido por una suma de cientos de millones de dólares. Su publicación provocó una ira masiva e impactó en las elecciones nacionales de Kenia celebradas a finales de 2007.

En noviembre de 2007, WikiLeaks publicó una copia en 2003 de los “Procedimientos de operación estándar para Camp Delta”, en los que se describe la política oficial del ejército estadounidense en su brutal prisión de la Bahía de Guantánamo, donde se ha detenido a personas ilegalmente después de las operaciones de entrega. El documento indicaba que los EUA estaban impidiendo que la Cruz Roja accediera a algunos de los prisioneros, una afirmación que el Gobierno había negado anteriormente.

En febrero de 2008, WikiLeaks publicó los registros de la sucursal del banco suizo Julius Baer en las Islas Caimán. El material, que detalla las cuentas de 2.000 corporaciones y personas ultrarricas, incluyendo a 40 políticos, desembocó en acusaciones de evasión fiscal a gran escala.

El banco respondió demandando a WikiLeaks y asegurando un recurso judicial en los Estados Unidos que clausuró su sitio web principal. Posteriormente, la decisión fue revocada en apelación por un juez, quien citó las disposiciones de libertad de prensa en la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos. Los fiscales suizos acusaron y encarcelaron a Rolf Elmer, un gerente bancario que fue la fuente del material.

Durante el año 2008, WikiLeaks también publicó exposiciones sobre el Partido Nacional Británico de extrema derecha y el material sobre la candidata a la vicepresidencia republicana de EUA, Sarah Palin.

La respuesta de Estados Unidos a las primeras publicaciones de WikiLeaks fue rápida y brutal.

Una nota secreta, emitida por la Rama de Evaluación de Inteligencia Cibernética del Departamento de Defensa de los EUA el 8 de marzo de 2008, detallaba un plan para destruir la organización. Se tituló: “Wikileaks.org: ¿Una referencia en línea a extranjeros, servicios de inteligencia, insurgentes o grupos terroristas?”. El documento pedía medidas para socavar el “sentimiento de confianza” que es el “centro de gravedad” de WikiLeaks, incluso a través de amenazas de “exposición [y] enjuiciamiento criminal”.

En 2009, la cantidad de publicaciones de WikiLeaks aumentó dramáticamente.

En enero, la organización publicó conversaciones telefónicas interceptadas entre empresarios y políticos peruanos implicados en un escándalo de corrupción relacionado con contratos petroleros el año anterior.

A mediados de ese año, publicó informes oficiales iraníes sobre un importante accidente nuclear en la instalación nuclear de Natanz en el país el año anterior. Los detalles del desastre, que se produjo en medio de amenazas de guerra estadounidenses e israelíes contra Irán, llevaron a algunos a sospechar que el accidente pudo haber sido causado por un virus informático malicioso originado en las agencias de inteligencia occidentales.

Otras publicaciones expusieron la transferencia de vastas sumas de dinero de los bancos islandeses a sus ejecutivos y la cancelación de grandes deudas en vísperas de la crisis financiera de 2008 del país; un documento del Ministerio de Defensa británico que describe medidas para prevenir filtraciones de información; evidencia de del derrame de material tóxico por empresas en Costa de Marfil; documentos relacionados con los ataques terroristas del 11 de septiembre y la lista de sitios web prohibidos por el Gobierno australiano. Este último incluía sitios de noticias y políticos, exponiendo el carácter fraudulento de las afirmaciones del Gobierno de que la lista negra solo se centraba en la pornografía infantil y otros contenidos ilícitos.

En febrero de 2010, el año en que WikiLeaks llamó la atención de millones de personas en todo el mundo, la organización publicó un cable diplomático de los Estados Unidos llamado Reykjavik 13. Fue el primer material publicado que fue filtrado por la valiente denunciante del ejército estadounidense Chelsea Manning.

El documento detallaba información previamente oculta sobre la disputa diplomática, conocida como Icesave, que siguió a la crisis financiera de Islandia.

Landsbanki, uno de los tres bancos más grandes del país, quebró en 2008. Con las autoridades financieras nacionales rechazando un rescate, más de 340.000 depósitos minoristas del Reino Unido y otras naciones europeas perdieron aproximadamente 6.700 millones de euros en ahorros, lo que provocó recriminaciones diplomáticas, y el intento coordinado de mitigar la ira pública.

“Asesinato colateral”

En abril, WikiLeaks publicó el infame vídeo “Asesinato colateral”, que muestra un ataque aéreo con un helicóptero del ejército estadounidense en julio de 2007 en Bagdad. Se documentó a los soldados estadounidenses disparando contra civiles desarmados. El ataque brutal causó hasta 18 muertes, incluidos dos periodistas de Reuters. Después de su ataque inicial, las fuerzas estadounidenses dispararon contra un grupo de personas que llegó para recoger los cuerpos y atender a los heridos.

Las imágenes, que incluían los comentarios homicidas de los soldados estadounidenses, conmocionaron a masas enteras de personas y revelaron, con detalles gráficos, el carácter criminal de la ocupación neocolonial de los Estados Unidos.

Fue incriminatorio no solo para los Estados Unidos y sus aliados, sino también para la prensa corporativa, que promovió las mentiras sobre las “armas de destrucción masiva” utilizadas como pretexto para la invasión ilegal y luego se “incrustó” en las fuerzas armadas de Estados Unidos y ejércitos aliados, presentando la brutal ocupación como una “liberación”.

El Gobierno de los Estados Unidos respondió lanzando una caza de brujas en todo el ejército, que culminó con el arresto de Manning en mayo de 2010, luego de que fuera atrapada por un informante del FBI llamado Adrian Lamo.

En junio, WikiLeaks comenzó a publicar los registros de la guerra de Afganistán, que comprende más de 90.000 informes de incidentes e inteligencia del ejército de los EUA, desde enero de 2004 hasta diciembre de 2009. La organización se asoció con el New York Times, el Guardian y otros destacados medios corporativos para la publicación.

Los documentos detallaron al menos 195 muertes de civiles a manos de las tropas de la OTAN, que anteriormente habían estado ocultas al público. Expusieron la existencia de una “unidad clandestina" dentro del ejército de los EUA, encargada de asesinar ilegalmente a presuntos líderes talibanes y opositores a la ocupación.

El Guardian llamó la atención sobre otros horribles incidentes, entre ellos el hecho de que las tropas francesas dispararon con ametralladoras contra un autobús de niños en el 2007, y que hirieron a ocho; otro ataque de ametralladora de una patrulla estadounidense contra civiles contra un autobús que transportaba a 15 pasajeros el mismo año; y un ataque con mortero por venganza en 2007 a un pueblo por parte de las tropas polacas que diezmaron una fiesta de bodas. Muchos otros eventos similares fueron documentados.

Los registros revelaron el carácter fraudulento de las afirmaciones de que Estados Unidos estaba “ganando”, apuntando a la oposición masiva de los afganos a la ocupación.

En octubre de 2010, WikiLeaks comenzó a publicar más de 400.000 registros de la guerra de Irak, cubriendo el mismo período que los documentos afganos. Los registros de Irak documentaron la muerte de casi 110.000 personas, incluidas más de 66.000 personas calificadas por el ejército de los Estados Unidos como civiles. Esto incluyó 15.000 muertes de civiles, que eran conocidas por las autoridades de los Estados Unidos, pero que fueron suprimidas públicamente.

Detallaron brutales ataques militares estadounidenses contra civiles desarmados en los puestos de control y en otros lugares. La publicación estableció que el ejército de los Estados Unidos estaba cultivando activamente milicias sectarias iraquíes que funcionaban como escuadrones de la muerte para la ocupación dirigida por los Estados Unidos. Los registros documentan los incidentes de tortura cometidos por las tropas estadounidenses y sus representantes iraquíes, y la negativa del alto mando militar a investigar incluso esos crímenes de guerra.

En noviembre de 2010, WikiLeaks, una vez más asociándose con prominentes medios de comunicación, comenzó a publicar más de 250.000 cables diplomáticos de los Estados Unidos, que habían sido filtrados por Manning.

Los documentos proporcionaron una exposición sin precedentes de la criminalidad diaria, las intrigas y las conspiraciones que dominan la política oficial dentro de cada país y en una escala global. Una perspectiva del WSWS el 30 de noviembre citó algunas de las revelaciones iniciales contenidas en los documentos, que incluyen:

  • Un cable de enero de 2010 que describe una conversación entre el general David Petraeus y el corrupto dictador de Yemen, el presidente Ali Abdullah Saleh, en el que se llegó a un acuerdo para que el régimen yemení se atribuyera la responsabilidad de los ataques aéreos que el ejército estadounidense llevó a cabo en secreto. Apenas unas semanas antes, un misil de crucero de los Estados Unidos había devastado una aldea yemení, dejando 55 muertos, de los cuales al menos 41 eran mujeres y niños.
  • Varios cables del Departamento de Estado con instrucciones para que los diplomáticos estadounidenses recopilen información personal, desde tarjetas de crédito y números de cuenta de viajero frecuente hasta contraseñas de Internet, horarios de trabajo e incluso muestras de ADN de funcionarios de Gobiernos extranjeros y las Naciones Unidas.
  • Un cable que describe cómo el Gobierno de los EUA trabajó para intimidar a Alemania para que suspendiera las órdenes de arresto contra agentes de la CIA involucrados en el secuestro, la detención y la tortura de un ciudadano alemán inocente.
  • Un cable de octubre de 2009 de la Embajada de los Estados Unidos en Tegucigalpa reconociendo que el derrocamiento del presidente Manuel Zelaya constituyó un golpe de Estado ilegal e inconstitucional. El cable documenta el apoyo y el encubrimiento de Washington para ese golpe y la represión que siguió.

Los cables descubrieron conspiraciones políticas e intrigas ilegales de Washington en países de todo el mundo.

En Australia, por ejemplo, establecieron que una camarilla dentro del Partido Laborista, que había destituido al primer ministro en funciones Kevin Rudd en junio de 2010, estaba compuesta por “fuentes protegidas” de la embajada de los Estados Unidos.

Los cables documentaron la intensa hostilidad de los funcionarios estadounidenses a las propuestas de Rudd de que Washington haga un ajuste limitado al ascenso de China en la región de Asia y el Pacífico para evitar una guerra a gran escala. Dejaron en claro que su deposición tenía como objetivo integrar a Australia, cada vez más directamente, en un fortalecimiento militar masivo de los Estados Unidos dirigido contra Beijing.

Otros cables expusieron las operaciones neocoloniales en Asia, África y en todo Oriente Próximo. Se han presentado cables filtrados como prueba en cientos de casos judiciales, incluidos aquellos en los que los pueblos oprimidos han tratado de desafiar a sus hostigadores.

Los cables de Túnez documentaron el íntimo conocimiento de Estados Unidos sobre la grave corrupción del régimen respaldado por Washington del presidente Ben Ali. Demostraron que Ali tenía el apoyo de los Estados Unidos, ya que él y su familia estaban saqueando la riqueza del país, y que los dos países habían colaborado para derogar los derechos de los ciudadanos tunecinos detenidos en la bahía de Guantánamo.

En enero de 2011, menos de dos meses después de la publicación de los documentos, un movimiento masivo de trabajadores y jóvenes tunecinos derrocó la dictadura, que había estado en el poder durante décadas.

La revista Foreign Affairs, que tiene estrechos vínculos con el aparato estatal de los EUA, resumió los temores de la élite gobernante, con un artículo titulado “¿La primera revolución de WikiLeaks?” Decía “podríamos considerar a Túnez como la primera vez que WikiLeaks llevó a la gente más allá del límite”.

En pocas semanas, la revolución egipcia, que involucró a millones de trabajadores, había estallado. Se había inspirado directamente en el levantamiento tunecino. La dictadura de Hosni Mubarak, respaldada por los Estados Unidos, también apareció en cables diplomáticos, documentando su corrupción y colaboración con la CIA en la tortura y el interrogatorio ilegal de presos políticos.

La respuesta de Estados Unidos a la publicación de los cables diplomáticos fue histérica. Los principales políticos de Estados Unidos denunciaron a Assange como terrorista y pidieron su asesinato.

El Gobierno de Obama procesó a Chelsea Manning por cargos que llevaban una sentencia sin precedentes y creó a un gran jurado secreto para inventar cargos contra WikiLeaks. Las autoridades suecas, sin duda actuando en concierto con los Estados Unidos, iniciaron una investigación falsa contra Assange sobre conducta sexual inapropiada.

La inmensa persecución, ayudada por el Gobierno laborista en Australia, finalmente lo obligó a buscar asilo político en la embajada de Ecuador en Londres en junio de 2012.

Assange se pronuncia desde el balcón de la embajada ecuatoriana en 2012

A pesar de las restricciones que se le impusieron, Assange continuó liderando el trabajo de WikiLeaks.

En abril de 2011, WikiLeaks publicó los Archivos de Guantánamo, documentando el encarcelamiento ilegal de al menos 150 civiles afganos y pakistaníes, que las autoridades de los Estados Unidos sabían que no tenían relación con el terrorismo. Incluían a un niño de 14 años y un hombre de 89 años.

A partir de febrero de 2012, WikiLeaks publicó más de 5,5 millones de documentos internos de Stratfor, una compañía con sede en los Estados Unidos. Los documentos mostraron que la corporación operaba como una agencia de inteligencia privada, incluso espiando a los manifestantes y activistas ambientalistas de Occupy Wall Street.

Entre 2012 y 2015, las publicaciones de WikiLeaks incluyeron los archivos de Siria; 1,7 millones de archivos diplomáticos de los Estados Unidos de la década de 1970; documentos que exponen las actividades de 90 grandes compañías de vigilancia; las negociaciones ocultas en torno al establecimiento del Acuerdo Transpacífico dominado por Estados Unidos; y más de 500.000 cables de las embajadas de Arabia Saudita en todo el mundo.

En junio y julio de 2015, WikiLeaks publicó una serie de documentos que mostraban que la Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos había espiado al presidente francés, Francois Hollande y a sus dos predecesores, y a los Gobiernos de Alemania y Brasil. Las revelaciones fueron otra exposición de las repetidas violaciones del derecho internacional por parte del Gobierno de los Estados Unidos.

En julio de 2016, WikiLeaks comenzó a publicar correos electrónicos filtrados del Comité Nacional Demócrata (DNC), demostrando un complot, en contravención de las propias reglas de la organización, para manipular las primarias presidenciales del Partido Demócrata contra el autodeclarado “socialista” Bernie Sanders y en favor de Hillary Clinton.

El 7 de octubre de 2016, WikiLeaks publicó un paquete de correos electrónicos enviados por John Podesta, el presidente de la campaña de Clinton. Al igual que las filtraciones del DNC, la información fue altamente noticiosa. Los correos electrónicos incluían transcripciones de discursos pronunciados por Hillary Clinton en diversos foros bancarios y corporativos, en los que se jactaba del apoyo que le daba Wall Street, y su compromiso con defender los intereses de la oligarquía financiera y lanzar más guerras ilegales.

La respuesta fue acusar a Assange y WikiLeaks, sin ninguna evidencia, de actuar como secuaces del régimen ruso del presidente Vladimir Putin. Los medios de comunicación suprimieron el hecho de que WikiLeaks había publicado cientos de miles de documentos de Rusia, y trató de minimizar o ignorar la exposición de Clinton como representante militarista de la élite gobernante.

La histérica campaña antirrusa se ha utilizado para justificar la censura de los sitios web antibélicos y progresistas, incluidos WikiLeaks, el World Socialist Web Site, y muchos otros, y para impulsar una escalada del militarismo y la guerra.

En marzo de 2017, WikiLeaks comenzó a publicar Vault 7, la exposición más extensa de los métodos criminales de la CIA en más de 30 años.

Los documentos detallaron las actividades de una división dentro de la agencia, involucrada en hackear computadoras en todo el mundo. Calificaron a la CIA como el mayor proveedor de virus informáticos maliciosos del mundo.

También demostraron que la división había desarrollado técnicas para piratear los sistemas informáticos y dejar marcadores “cuentacuentos” que atribuyen los ataques a otros países, incluidos Rusia e Irán. Vault 7 reveló que la agencia estaba espiando a personas a través de televisiones inteligentes y otros electrodomésticos. La CIA también buscaba desarrollar capacidades para tomar el control remoto de los sistemas informáticos en los automóviles modernos. Tales habilidades podrían ser usadas en operaciones de asesinato.

La publicación de los documentos Vault 7 llevó a una mayor escalada en la persecución contra Assange por parte de Washington, que culminó con su expulsión ilegal de la embajada ecuatoriana y el arresto por parte de la policía británica, con el objetivo de facilitar su extradición a los Estados Unidos.

La policía británica arresta ilegalmente a Assange el 11 de abril

El registro demuestra que Assange y WikiLeaks son editores con un registro único e incomparable.

Como Nick Beams, un líder desde hace mucho tiempo del Partido Socialista por la Igualdad (Australia), declaró en el mitin en Sídney del PSI para defender a Assange el 12 de abril:

“Julian Assange ha cumplido con su deber de periodista para con los trabajadores, los jóvenes, la masa de personas comunes en todo el mundo. Ahora, estamos obligados a pagar la deuda que le debemos. Reunirnos, organizarnos, agitar, desarrollar un movimiento en su defensa.

Y no solo por lo que ha hecho, sino por lo que significa para nosotros. Porque la defensa de los derechos democráticos es parte integral de la defensa de los derechos de la clase obrera en su conjunto, en todo el mundo. Su causa es nuestra causa. Su defensa es nuestra defensa”.

Autorizado por James Cogan para el Partido Socialista por la Igualdad, Suite 906, 185 Elizabeth Street, Sídney, NSW, 2000

(Publicado originalmente en inglés el 18 de abril de 2019)

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