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Más muertes de migrantes, mientras Trump anuncia cuota clasista de inmigración

El martes cerca de la medianoche, los oficiales sacaron el pequeño cuerpo de un niño guatemalteco de dos años de un hospital en Horizon City, Texas, y lo llevaron a la morgue cerca de El Paso. Es el cuarto niño inmigrante que fallece bajo detención en Estados Unidos desde diciembre.

El niño y su madre fueron arrestados el 3 de abril cerca del puente del Paso del Norte, donde cientos de inmigrantes estuvieron detenidos en un frío helado debajo de un paso elevado. El niño fue admitido al hospital bajo vigilancia el 7 de abril. Allí, pasó el último mes de su vida luchando contra la neumonía, una enfermedad que evidentemente contrajo en detención.

Cientos de kilómetros al sur, en el estado mexicano de Chihuahua, una niña guatemalteca de 10 años murió en camino a los Estados Unidos, según el Instituto Nacional de Migración de México (INM). Después de viajar más de mil quinientos kilómetros de su casa, la niña comenzó a sentir fuertes dolores de garganta y murió poco después.

El camino desde los países centroamericanos devastados por el imperialismo estadounidense y la explotación corporativa es un sendero de lágrimas. Y aquellos inmigrantes que logran completar el viaje a los Estados Unidos ahora es enfrentan a una mayor probabilidad de ser encarcelados en campos de concentración improvisados.

El ejército estadounidense anunció el miércoles por la noche que acordó construir seis campamentos de internamiento masivos para albergar a 7.500 inmigrantes cerca de la frontera entre México y Estados Unidos. El acuerdo entre el Pentágono y el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) no es solo una escalada del ataque contra los inmigrantes, sino que también es una advertencia peligrosa de que el ejército de los EUA está construyendo centros de detención en territorio estadounidense.

Si bien el Gobierno puede primero llenar estas cárceles con trabajadores inmigrantes que huyen de la guerra y la violencia, la existencia de planes de detención masiva como el Ejercicio de Preparación 1984 (Rex 84) muestra que la clase dominante estadounidense también se está preparando para detener a disidentes, opositores de la guerra y otras “amenazas a la seguridad nacional”.

Mientras la Administración de Trump prepara otras medidas represivas, está revelando un nuevo plan de inmigración destinado a establecer un sistema clasista para el procesamiento de visas.

El jueves, Trump se dirigió a reporteros en el jardín de Rosas de la Casa Blanca y anunció un plan de inmigración "basado en mérito" que reducirá drásticamente las solicitudes de visas basadas nexos familiares y las reemplazará con requisitos basados en la educación y las habilidades. El plan también reducirá el sistema de lotería de visas, que otorga a 50.000 personas la capacidad de migrar a los EUA cada año.

Trump presentó su plan con un discurso demagógico dirigido a presentar la medida como "a favor del trabajador estadounidense".

"Los demócratas proponen fronteras abiertas, salarios más bajos y, francamente, un caos sin ley", dijo. "Estamos proponiendo un plan de inmigración que ponga en primer lugar los empleos, salarios y seguridad de los trabajadores estadounidenses".

Atacó a solicitantes de asilo, alegando que los migrantes de la clase trabajadora que intentan escapar de la muerte, persecución y tortura están “abusando” del sistema: “El abuso del asilo también afecta nuestro sistema de escuelas públicas, nuestros hospitales y nuestros refugios, utilizando fondos que deberían destinarse a veteranos de edad avanzada, jóvenes en riesgo, estadounidenses en situación de pobreza y personas que realmente necesitan atención. Estamos usando los fondos que deberían ir a ellos. Y eso no debería suceder".

Trump hace estas declaraciones mientras eviscera el gasto social, cortando los fondos para los subsidios de vivienda para ancianos y discapacitados, reduciendo los programas que alimentan a los pobres y brindan subsidios de alimentos a la clase trabajadora, cortando el gasto en matrículas para educación terciaria y eliminando las regulaciones de seguridad laboral, poniendo a millones de trabajadores en mayor peligro en el trabajo. Este multimillonario especulador le está mintiendo a los trabajadores estadounidenses con la esperanza de que pueda desviar su ira lejos de aquellos realmente responsables de la disminución de los niveles de vida: la aristocracia financiera que Trump representa.

El contenido del nuevo plan de inmigración de Trump es un ataque directo a la clase trabajadora. Al exigir que los inmigrantes demuestren sus méritos educativos, sus habilidades en el idioma inglés y la capacidad de aprobar un examen cívico de los EUA como condición para solicitar una visa desde fuera de los EUA, Trump está efectivamente excluyendo a la gran mayoría de trabajadores y campesinos, que han tenido poco o nada de educación y para quienes la lucha de vida o muerte por su existencia significa que no es posible practicar inglés o estudiar para un examen de educación cívica.

El plan arrojará a más de 4 millones de personas en listas de espera de inmigración, según la revista Forbes. Forbes cita un análisis legal que concluyó que, según el plan, "los inmigrantes en espera de un permiso de trabajo perderían su lugar en la fila y tendrían que postularse bajo el nuevo sistema basado en puntos".

Trump dijo que su plan de inmigración incluiría aumentos masivos en el financiamiento para militarizar aún más la frontera, calificándolo el "paquete fronterizo más completo y seguro que haya asegurado nuestro país o cualquier otro país".

La extrema derecha está dividida sobre el plan de Trump. El New York Times informó que el asesor fascista de Trump, Stephen Miller, fue coautor del plan (junto con el yerno de Trump, Jared Kushner), y Breitbart News aplaudió la propuesta como un plan de inmigración de "Estados Unidos Primero", que implicará “grandes recortes a la migración en cadena”. Sin embargo, Mark Krikorian, director ejecutivo del ultraderechista Centro de Estudios de Inmigración, criticó el plan por no exigir una "reducción de la inmigración total" suficiente.

Es poco probable que la propuesta sea aprobada por el Congreso y, como resultado, Trump probablemente citará el plan como justificación para medidas aún más extremas. A principios de esta semana, el Washington Post informó que la Administración está considerando una operación militar coordinada a nivel nacional para arrestar a 10.000 inmigrantes de una sola vez en las 10 principales ciudades de EUA.

El ataque a los inmigrantes es la punta de la lanza del ataque a los derechos democráticos de toda la clase trabajadora y debe ser opuesto.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 17 de mayo de 2019)

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