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Debacle en elecciones europeas para conservadores y laboristas británicos

Los conservadores gobernantes han sufrido el peor resultado de su historia, mientras que los laboristas sufrieron una debacle casi tan mala.

Llegando al quinto lugar en todo el país con solo el 9 por ciento de los votos y con solo tres escaños, los conservadores quedaron eviscerados, sufriendo la mayor pérdida desde que se fundó el partido en 1834. Su peor desempeño nacional anterior fue en las elecciones europeas de 2014 cuando solo recibieron 24 por ciento, más del doble de lo que acaba de recibir.

El resultado se produce en medio de una contienda electoral para la dirección del partido, luego del anuncio de que la primera ministra Theresa May renunciará el 7 de junio. Esto será aprovechado por los favoritos para exigir una línea más fuerte contra la Unión Europea (UE) que incluya una amenaza de una salida "sin acuerdo".

La votación del Reino Unido en su totalidad se refractó a través del prisma del brexit.

Los partidarios conservadores desertaron en masa a favor del recién creado Partido Brexit de Nigel Farage.

El Partido Brexit de extrema derecha ganó las elecciones de forma absoluta, obtuvo el 32 por ciento de los votos y ganó 29 de los 73 escaños disponibles. Ocupó el primer lugar en todas las regiones de Inglaterra: noreste, noroeste, este de Inglaterra, Gales, West Midlands, East Midlands, Yorkshire & Humber, el sudoeste y sureste, perdiendo solo en Londres.

Absorbió casi todo el voto a favor del brexit, incluido del anterior vehículo de Farage, el Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP), que ganó las elecciones europeas de 2014 pero perdió todos sus 24 escaños, con solo el 3 por ciento de los votos.

Los Liberales Demócratas, quienes están a favor de la UE, que hicieron campaña como el único partido importante que pedía revocar la legislación del Artículo 50 que rige la salida del Reino Unido, ocuparon el segundo lugar con poco más del 20 por ciento de los votos (frente al 13,4 por ciento de 2014), a expensas del laborismo.

Considerados como el partido a favor de quedarse en la UE más consistente, los Liberales Demócratas pudieron pasar de su peor resultado electoral europeo en 2014, donde tomaron solo una banca, a su mejor resultado (16 bancas).

El Partido Verde, el cual también favorece quedarse en la UE, fue el cuarto lugar, con un 12,1 por ciento (frente a 4,2 por ciento en 2014) y obtuvo siete escaños. Change UK, recientemente formado por ocho blairistas laboristas de derechas y tres conservadores que desertaron de sus partidos en febrero, registró un escaso 3,4 por ciento de los votos, quedándose sin escaños.

Cada intento de tabular la votación muestra un país profundamente dividido sobre el tema del brexit, como lo fue en 2016. Un recuento de los partidos en contra del brexit: Liberales Demócratas, Change UK, los Verdes and Plaid Cymru, sumaron aproximadamente el 38 por ciento de los votos. Los dos partidos que apoyan el brexit sin acuerdo —el Partido Brexit y el UKIP— ganaron el 37 por ciento.

El Partido Laborista vio un colapso en su voto a solo 14,1 por ciento (frente a un 11,3 por ciento en 2014), con los partidos tanto a favor como en contra del brexit arrebatándole votos.

Según el Financial Times, “el cambio en la proporción de votos del laborismo frente a los resultados del referéndum sobre la UE de 2016 muestra que el partido tuvo el peor desempeño en áreas de ambos extremos del espectro del brexit .

“La proporción de votos para el laborismo se redujo en un promedio de 15 puntos porcentuales en las partes de Reino Unido que habían obtenido el mayor apoyo de quedarse en la UE en el referéndum. Pero el porcentaje de votos del partido se redujo en 11 puntos, el segundo margen más grande, en las áreas que más fuertemente han respaldado dejar la UE en el referéndum".

En Gales, donde el Partido Laborista ganó todos los votos nacionales excepto uno en el último siglo, quedó en tercer lugar con solo el 15,3 por ciento de los votos, detrás del Partido Brexit y el anti- brexit Plaid Cymru. Gales votó estrechamente a favor de dejar la UE.

En Escocia, el Partido Laborista ya no tiene parlamentarios europeos, sufriendo el peor resultado de sus elecciones desde 1910. El Partido Laborista perdió fuertemente, quedando en quinto lugar con menos del 10 por ciento de los votos, detrás de los Verdes, Liberales Demócratas y el Partido Brexit. Los partidos contra el brexit ganaron casi el 62 por ciento de los votos, mientras que el Partido Nacional Escocés gobernante y anti- brexit ganó el 38 por ciento.

En el noroeste de Inglaterra, un centro laborista que votó a favor del brexit en el referéndum de 2016, el Partido Laborista ganó el 21 por ciento. El Partido Brexit y el UKIP tomaron el 34 por ciento de los votos. Los partidos pro - EU (Liberales Demócratas, Verde y Change UK) obtuvieron alrededor del 32 por ciento de los votos.

En Manchester, los laboristas obtuvieron el 37 por ciento de los votos, mientras que el Partido Brexit (13,9 por ciento) y el UKIP (2,4 por ciento) obtuvieron un voto combinado de poco más del 16 por ciento. En general, los tres partidos abiertamente pro-EU obtuvieron más del 40 por ciento de los votos en la ciudad que votó en contra del brexit en 2016.

En la segunda ciudad más grande del Reino Unido, Birmingham, el Partido Laborista ganó con el 35 por ciento de los votos (77,551). Esto fue alrededor de 25,000 votos más que el Partido Brexit con un 24 por ciento (52,953 votos). Los partidos pro-EU obtuvieron una mayor proporción de votos que los partidos pro- b rexit. En 2016, Birmingham votó abandonar por un margen de tan solo 3,400 votos.

Los partidos pro-EU también obtuvieron más votos que los partidos pro- brexit en Sheffield, South Yorkshire (que votaron estrechamente a favor del brexit en 2016) y en Leeds, West Yorkshire, que votaron por poco favor de quedarse en la UE. Al igual que en muchos lugares, la votación dividida en Leeds mantuvo el Partido Brexit en la cabeza, con el laborismo en segundo lugar.

Bajo la dirección de Jeremy Corbyn, el Partido Laborista votó en su última conferencia a favor de respetar el voto a favor del brexit, mientras buscaba una alternativa al acuerdo presentado en mayo para garantizar el acceso libre de aranceles al Mercado Único Europeo. Pero, en una política descrita como "ambigüedad constructiva", un fracaso llevaría primero a la demanda de una elección general para que el laborismo pueda luchar por su brexit alternativo o, de lo contrario, otras opciones, incluido un posible segundo referéndum sobre el sobre cualquier acuerdo.

Después de la elección, los blairistas han aumentado la apuesta, declarando que el colapso del voto laborista demuestra que el objetivo declarado de Corbyn de representar a los que apoyan y rechazan el brexit ha fracasado. El laborismo ahora no solo debe respaldar incondicionalmente un segundo referéndum, sino también hacer campaña para permanecer en la UE, insisten.

La secretaria de Relaciones Exteriores de la sombra, Emily Thornberry, declaró incluso antes de que se contaran los votos: “Deberíamos haber dicho simplemente que cualquier acuerdo que salga de este Gobierno debe someterse a un referéndum confirmatorio, y que la opción de quedarse en la UE debe estar en la boleta electoral, y que el Partido Laborista haría campaña para quedarse".

El lunes, el blairista Andrew Adonis, escribió en The Guardian: "Ha llegado el momento de convertir un segundo referéndum en nuestra política clara y decidida, y que el Partido Laborista declare que liderará la campaña a favor de la UE".

El aliado más cercano de Corbyn, el canciller de la sombra, John McDonnell, accedió de inmediato a la primera demanda y tuiteó el lunes: "Debemos unir a nuestro partido y nuestro país devolviendo el tema a las personas en una votación pública".

Le dijo a la BBC: "Queremos una elección general, pero de manera realista, después de la noche anterior, no hay muchos parlamentarios conservadores que votarán a favor de una elección general. Sería como si los pavos votaran por Navidad”.

Corbyn dijo que estaba "escuchando con mucha atención" a ambos lados. La preferencia del partido seguía siendo la elección general, pero cualquier acuerdo sobre el brexit "tiene que ser sometido a votación pública".

La incapacidad de Corbyn de unir a los trabajadores por encima de la división del brexit no se debe a ser una imposibilidad. Su objetivo real no era asegurar la unidad de clase, sino mantener la "unidad nacional" en interés del imperialismo británico. A pesar de su retórica ocasional con respecto a la crisis social que enfrenta la clase trabajadora, no ofreció una alternativa socialista capaz de unificar a la clase trabajadora en contra de toda la élite gobernante, independientemente de cómo esté dividida en torno al brexit .

Corbyn se enfrentó a todos los caminos a la vez. Nunca podría tomar una posición contra el sentimiento nacionalista que el ala pro- brexit de la burguesía azuzó, porque comparte gran parte de su agenda nacionalista, no solo la opinión de que la inmigración asociada con la libre circulación de trabajadores es un problema que debe ser frenado, sino también la glorificación de la “soberanía parlamentaria” como garante del progreso social. Nunca podría oponerse a la apologética del ala anti- brexit de la UE y su agenda proausteridad y propatronal. Su línea fue dictada por la visión dominante de la City de Londres, que nunca quiso el brexit e insistió en que, si no podía evitarse, entonces el Reino Unido debe mantener el acceso a los mercados estratégicos europeos a toda costa.

Basándose en explotar la simpatía que disfrutaba entre los trabajadores, Corbyn intentó asumir la postura de un salvador nacional, y en su lugar terminó como una broma nacional. En el período previo a las elecciones de la UE, pasó seis semanas en negociaciones con May tratando desesperadamente intentando conseguir un acuerdo sobre el brexit que sería aprobado en el Parlamento mientras se aferraba al cuasicadáver apestoso del Partido Conservador.

Es gracias a Corbyn que los conservadores todavía estén en el Gobierno y que estén ocupados eligiendo a un nuevo líder. Es él quien es responsable de las continuas divisiones sobre el brexit que solo pueden superarse sobre la base de una perspectiva para unir a los trabajadores británicos con sus hermanos y hermanas europeos en una lucha por el socialismo en todo el continente.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 28 de mayo de 2019)

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