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Perspectiva

Relator especial de la ONU: Julian Assange está siendo torturado

Nils Melzer, el relator especial de las Naciones Unidas sobre la tortura, emitió ayer una declaración que exige el final inmediato de la “persecución colectiva” de Julian Assange y condena a Estados Unidos y sus aliados por infligir “tortura psicológica” al editor de WikiLeaks.

Assange, declaró Melzer, “ha sido sometido deliberadamente, por un periodo de varios años, a formas progresivamente más severas de trato o castigo cruel, inhumano o degradante, cuyos efectos acumulativos solo pueden describirse como tortura psicológica”.

La declaración de Melzer confirma los comentarios del padre de Assange, John Shipton, quien dijo el mes pasado que su hijo ha sido sometido a una “tortura sin contacto”, así como las advertencias del WSWS de que el intento de extraditar a Assange implicaba un proceso cuasilegal equivalente a las rendiciones extraordinarias llevadas a cabo por Estados Unidos.

La declaración de Melzer es una condena contra la campaña de ocho años de EUA y sus aliados, incluyendo Reino Unido, Suecia y Ecuador, para enviar a Assange a una prisión estadounidense y poner fin a las actividades de WikiLeaks, la publicación que fundó en 2006.

Demuestra que Assange ha sufrido una venganza política y legal sin precedentes por su papel en exponer los crímenes de guerra, las operaciones de espionaje masivo y las conspiraciones diplomáticas globales de EUA.

Esto incluye la fraudulenta “investigación preliminar” sueca sobre acusaciones fabricadas de conducta sexual inapropiada contra Assange, la finalización de su asilo político por parte de Ecuador en abril, los cargos fraudulentos de fianza en Reino Unido, y los intentos para extraditarlo a EUA para que se enfrente a cargos de espionaje por las actividades constitucionalmente protegidas de publicación de WikiLeaks.

Cabe notar que Melzer reconoció que inicialmente vio con malos ojos a Assange y que “me había visto afectado por la misma campaña errada de difamación como todos”. Sin embargo, después de una investigación de varios meses, que involucró una reunión con Assange en la prisión Belmarsh en abril, Melzer publicó una declaración conmovedora y humanista que expone todas las mentiras y calumnias contra el fundador de WikiLeaks.

El oficial de la ONU dijo que el fundador de WikiLeaks “mostró todos los síntomas típicos de una exposición prolongada a la tortura psicológica, incluyendo estrés extremo, ansiedad crónica y un trauma intensó psicológico”.

Su declaración fue emitida un día después de que WikiLeaks advirtiera sobre “graves preocupaciones” en cuanto a la salud de Assange después de su transferencia al ala médica de la prisión. El abogado sueco de Assange le había dicho a los medios previamente que no pudo tener una conversación con el fundador de WikiLeaks el 24 de mayo por problemas serios de salud.

Melzer declaró que, si fuera extraditado a EUA para enfrentar 17 cargos de espionaje que conllevan una pena de cárcel máxima de 170 años, Assange podría ser sometido a más “tortura y otros tratos o castigos crueles, inhumanos o degradantes”.

En palabras que hacen eco a los sentimientos de millones de personas en todo el mundo, el oficial de la ONU declaró: “¡La persecución colectiva de Julian Assange debe acabar aquí y ahora!”.

Meizer escribió que desde 2010, “ha habido una campaña intransigente e irrestricta de hostigamiento público, intimidación y difamación contra el Sr. Assange y no solo en Estados Unidos, sino también en Reino Unido, Suecia y, más recientemente, Ecuador”.

Declaró: “En 20 años de trabajo con víctimas de guerra, violencia y persecución política, nunca había visto a un grupo de Estados democráticos formar una turbar hostigadora para aislar, demonizar y abusar deliberadamente a un solo individuo por tanto tiempo y con tan poco respeto a la dignidad humana y el estado de derecho”.

Melzer escribió que Assange ha sido el blanco de “ridiculización, insultos y humillación colectivos y deliberados, hasta de instigaciones abiertas al uso de violencia e incluso llamados repetidos de asesinato”.

Esta no solo es una condena contra los Gobiernos involucrados directamente en la persecución de Assange, sino también contra las publicaciones y medios en línea como el New York Times, Washington Post y Guardian que han emprendido una campaña sistemática para demonizar al fundador de WikiLeaks.

En medio de una letanía de calumnias, el New York Times ha calificado a Assange de “indeseable paranoico”, mientras que el columnista del Guardian James Ball sugirió que Assange era un “indeseable narcisista que es un peligro para la sociedad civilizada”.

Los programas vespertinos de entrevistas en Estados Unidos han ofrecido algunos de los ejemplos más crudos de la “ridiculización colectiva y deliberada” a la que se refiere Melzer. Seth Meyers, el presentador del programa de NBC “Late Night”, por ejemplo, respondió al arresto el 11 de abril del fundador de WikiLeaks burlándose de que fue “arrastrado fuera de la embajada ecuatoriana viéndose como un Santa Claus con un manifiesto”.

Todas estas instituciones e individuos son cómplices en la tortura de un periodista perseguido. Mientras que el New York Times y otras publicaciones corporativas han escrito editoriales condenando formalmente los cargos bajo la Ley de Espionaje contra Assange, después de apoyar los cargos iniciales de crímenes informáticos, han minimizado las condiciones intolerables a las que Assange ha sido sometido durante su encarcelamiento. Ni el New York Times, Wall Street Journal ni el Washington Post han destacado su incapacidad por problemas de salud para presentarse a sus audiencias de extradición o el reporte de Melzer en su primera plana.

Han dado señal de que no tienen ninguna objeción de principios a permitir que Assange se pudra en prisión por el resto de su vida. El Washington Post se quejó la semana pasada de que el “Gobierno federal pudo haber encerrado al Sr. Assange por años sin desafiar la Primera Enmienda” al enjuiciarlo bajo la Ley de espionaje.

La declaración de Melzer subraya el papel despreciable de todo un conjunto de organizaciones, incluyendo la pseudoizquierda y los sindicatos, que han o bien abandonado a Assange o participado en la campaña en su contra.

Jacobin, la publicación representativa de la pseudoizquierda estadounidense, después de permanecer en silencio por una semana después de que el Gobierno de Trump presentar cargos de espionaje contra Assange, publicó una declaración pro forma del viernes oponiéndose a su procesamiento bajo la Ley de espionaje.

Sin ebargo Jacobin no pudo resistir calumniar al periodista, declarando que la defensa de Assange era como estar “en contra de torturar a un terrorista” o defender “el derecho de un criminal a votar incluso si perpetró un horrendo crimen”. Con amigos como estos, ¿quién necesita enemigos?

La única fuerza social que puede liberar y liberará a Assange es la clase obrera internacional. Assange es correctamente visto por millones de trabajadores, estudiantes y jóvenes en todo el mundo como un héroe por revelar la verdad sobre los crímenes de guerra, el espionaje y los asesinatos masivos de Estados Unidos.

La defensa de Julian Assange, Chelsea Manning y todos los otros prisioneros de la guerra de clases debe convertirse en una demanda central de las luchas reemergentes de la clase obrera en cada rincón del mundo.

El WSWS, el Comité Internacional de la Cuarta Internacional y los Partidos Socialistas por la Igualdad en todo el mundo están luchando por movilizar la oposición más amplia a la amenaza de extradición a EUA contra Assange y por su liberación completa. ¡Urgimos a nuestros lectores a contactarnos para involucrarte en esta lucha crucial!

(Artículo publicado originalmente en inglés el 1 de junio de 2019)

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