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Podemos y los nacionalistas catalanes encubren el papel de la inteligencia en el atentado de Barcelona

La revelación del papel que desempeñó el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) en los atentados de agosto de 2017 en Barcelona también está desenmascarando el papel reaccionario de Podemos y de los nacionalistas catalanes. Están encubriendo las noticias de Público de que el CNI monitorizó intensivamente a la célula del Estado Islámico (EI) hasta el día en que llevó a cabo los atentados de agosto de 2017 en Barcelona, y usó al líder de la célula del EI, Abdelbaki Es Satty, como informante.

La burguesía española está intentando desesperadamente enterrar la noticia bajo una montaña de silencio. Incluso mientras la noticia se difundía rápidamente por las redes sociales, los principales medios ignoraron sus revelaciones. Los principales partidos hicieron otro tanto. El derechista Partido Popular (PP), que estaba en el poder durante los atentados de 2017, no ha dicho nada. El gobierno en funciones del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ha declarado que el antiguo director del CNI Félix Sanz Roldán ya dio explicaciones en el Congreso sobre las relaciones del CNI con Es Satty.

En marzo de 2018, ambos partidos vetaron la creación de una comisión parlamentaria para investigar los vínculos del CNI con Es Satty, y en vez de ello dejaron que Roldán hablara a la Comisión de Secretos de Estado a puertas cerradas. Roldán mantuvo que el contacto con Es Satty se hizo “siguiendo protocolos” en 2014, cuando estaba cumpliendo condena por tráfico de drogas. La aparición de Roldán ocurrió varios años después de que filtraciones confirmaran que el CNI había contactado a Es Satty. El CNI insistió en que ellos nunca lograron hacer de él un informante. La noticia de Público hace trizas esta narrativa.

Aún más notable es el papel que desempeñaron el partido pseudoizquierdista Podemos y los nacionalistas catalanes, que le están brindando una excusa política al CNI a pesar de las pruebas crecientes de criminalidad estatal. Los nacionalistas catalanes están solicitando reuniones secretas con el gobierno para conseguir unas pocas explicaciones superficiales a puertas cerradas —con la esperanza de contener el escándalo.

Tras las revelaciones de Público, el gobierno regional catalán envió una carta al gobierno español que decía: “Desde el Govern de la Generalitat, comprometidos como siempre con el principio de máxima transparencia y rigor en las explicaciones públicas, os pedimos concretar una reunión, con el formato que deseéis, para informar y dar las explicaciones que consideréis y que sirvan para frenar esta situación y, en la medida de lo posible, acabar con la alarma social generada”.

La reacción de los nacionalistas catalanes es más notable dado que los atentados de Barcelona sucedieron mientras Madrid discutía abiertamente imponer la ley marcial para aplastar el referéndum sobre la independencia de Cataluña que ellos estaban organizando. Después, el PP lanzó una represión policial salvaje a los votantes pacíficos, suspendió el gobierno electo de Cataluña, y encarceló a los dirigentes nacionalistas catalanes.

Queda la pregunta de si sectores del aparato estatal, buscando un pretexto para la represión, aprobaron el atentado para justificar imponer la ley marcial en Cataluña.

Podemos ha guardado silencio, excepto por un tuit superficial y cínico de Pablo Iglesias, su secretario general. En él, criticó el “silencio de los grandes medios”, preguntando, “¿por qué el PP, el PSOE y Cs impidieron que investigara el congreso?”. Añadió, “¿Por qué guardáis silencio hoy?”.

La pregunta que merece ser respondida es por qué Podemos calla acerca de la noticia de Público. No es tan difícil de ver. Podemos está ahora mismo en profundas conversaciones con el PSOE para formar un gobierno de austeridad y militarista, que deberá apoyarse en el CNI. El PSOE ganó 123 escaños en las elecciones de abril, poco menos de la mayoría absoluta en el Congreso de 350 escaños. Para formar con éxito un gobierno, el PSOE necesita el apoyo de los 42 parlamentarios de Podemos.

En ningún momento desde que Público hiciera las revelaciones el martes Iglesias le ha exigido al PSOE la revelación total acerca de los atentados de Barcelona a cambio de su apoyo.

En vez de ello, Iglesias ha centrado las conversaciones en obtener del PSOE asientos y cargos en la maquinaria estatal. Información filtrada de las conversaciones indican que Iglesias ha propuesto al exgeneral del ejército y miembro de Podemos, Julio Rodríguez, quien comandara las fuerzas españolas en la guerra de la OTAN de 2011 en Libia, para el cargo de jefe del CNI después de la renuncia de Roldán hace tres semanas.

Iglesias tampoco reveló nunca qué dijo de hecho el exdirector del CNI, Roldán, en la Comisión de Secretos de Estado en el Congreso el año pasado. La compañera de Iglesias, y la actual segunda en el mando de Podemos, Irene Montero, asistió a la reunión. De hecho, ella había sido aprobada el año pasado por 304 votos de la cámara parlamentaria de 350 escaños para entrar en el selecto club de legisladores de la Comisión de Secretos de Estado que tienen acceso a información clasificada, discuten financiación estatal secreta, y supervisan al CNI. Sus miembros están obligados a observar una estricta confidencialidad.

Es decir, Podemos trabaja estrechamente con los servicios de inteligencia a través de esta comisión, y sus dirigentes fueron informados en etapas tempranas sobre las intrigas del CNI, pero sigue escondiéndoselas al pueblo español.

De manera semejante, los nacionalistas catalanes también participaron en la Comisión de Secretos de Estado el año pasado. El legislador nacionalista Catalán Jordi Xuclá de manera absurda elogió a Roldán, diciendo que la información era “sustancial y comunicaba todo de una manera absolutamente constructiva”.

La reacción despectiva de Iglesias a las revelaciones condenatorias de Público no es casualidad. Podemos es un partido del establishment que articula los intereses de un entorno acomodado de clase media. Ha demostrado repetidamente su disposición a implementar políticas duras de austeridad y militaristas a nivel municipal y autonómico. Al buscar entrar en el gobierno nacional, se desvive por demostrar su fiabilidad al Estado.

La reacción de Podemos es un esfuerzo consciente por impedirles a los trabajadores y a los jóvenes de España y del mundo enterarse de la verdad acerca del papel de las agencias de inteligencia en los atentados de Barcelona, por suprimir la oposición creciente a la guerra y a los ataques a los derechos democráticos. Tienen por objetivo adormecer a la población a pesar de la ira social creciente y la oposición política a lo largo de Europa.

Jaume Asens, portavoz de En Comú Podem (confluencia catalana de Podemos) insistió en que la noticia de Público debe ser analizada “con calma y en profundidad”. Añadió que los lectores deberían “evitar estar tentados de hacer lecturas conspirativas”.

Esto es absurdo y reaccionario, dado que lo que Público ha revelado lleva todos los signos distintivos de una conspiración genuina, incluyendo el comportamiento criminal en las más altas esferas del Estado español. El CNI monitoreó y llevó a cabo una vigilancia intensiva de la célula hasta el mismo día del atentado el 17 de agosto, que dejó 21 muertos y 130 heridos. Funcionarios en la sede del CNI luego intentaron borrar el archivo de Es Satty, mientras estaban empezando las investigaciones por el atentado en cuya preparación él desempeñaba un papel dirigente.

La reacción de Asens es más notable aún, en tanto él era el abogado público de Mohammed Mrabet, quien fuera acusado de terrorismo en la Operación Chacal tras los atentados con bomba de 2004 en Madrid. Asens es muy consciente de los prolongados vínculos del Estado con Es Satty, y la manera en que altos cargos del Estado mintieron al público tras los atentados de Barcelona.

Mrabet era el cabecilla de una célula terrorista en Vilanova i la Geltru, un municipio cercano a Barcelona, que intentó reclutar jóvenes para ir a luchar a Irak. Uno de sus más estrechos colaboradores era Es Satty, quien, según la noticia de Público, era uno de los principales testigos secretos que trabajaron con la policía en las acusaciones contra Mrabet y el resto de los miembros de la célula. Lo que no se sabe es si Es Satty ya era por entonces, una década antes, informante del CNI.

Fue el CNI el que instaló a Es Satty, un islamista bien conocido de la policía y los servicios de inteligencia, en la principal mezquita del pequeño municipio de Ripoll, donde él construyó su célula terrorista. El CNI también intervino para evitar que Es Satty fuera deportado en 2014, momento en el cual ya lo tenían reclutado como informante.

(Publicado originalmente en inglés el 22 de julio de 2019)

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