Español
Perspectiva

Mientras Wall Street financia GM, el sindicato UAW intenta someter a huelguistas con hambre

La huelga de 48.000 trabajadores de General Motors en estados Unidos, ahora en su tercera semana, se encuentra en un momento crítico. A pesar de que se prolongara más que la empresa y los inversores esperaban, costándole a GM $1 mil millones de ganancias en el tercer trimestre, según estimados de JP Morgan, la empresa automotriz cuenta con el respaldo de Wall Street y no ha flaqueado sobre sus demandas.

En días recientes, los administradores de fondos de inversión y financistas que controlan GM han dejado en claro que quieren derrotar la huelga sin importar los costos a corto plazo para la automotriz.

En un reporte, “Wall Street paciente mientras huelga del UAW contra GM se prolonga, progreso en negociaciones”, CNBC indicó que “los inversores no están nada preocupados porque ven la huelga como un dolor de corto plazo que se compensará con menores costos laborales a largo plazo, incluso si le cuesta cientos de millones, sino miles de millones de dólares en pérdidas de producción a la automotriz”.

Para la aristocracia financiera, la derrota de la huelga es una cuestión estratégica, no de corto plazo. En cara a señales cada vez más alarmantes de un derrumbe económico global y vastos cambios económicos, Wall Street está buscando una reestructuración más amplia de la industria global automotriz y un giro hacia vehículos eléctricos y autónomos. A pesar de no ser lucrativas aún, estas tecnologías prometen serlo en el futuro para la empresa automotriz global que domine el mercado.

Esto exigirá la destrucción de cualquier derecho social que queda para los trabajadores automotores. La industria automotriz debe imponer las condiciones que prevalecen en gigantes tecnológicos como Tesla, Amazon y Google. Lejos de tener alguna expectativa de empleos de largo plazo, aumentos anuales, coberturas médicas y pensiones, los trabajadores automotores se enfrentan a la misma hiperexplotación de los trabajadores en la economía casualizada.

Esta “Amazonisación” de la industria automotriz global significa que los trabajadores en el futuro no tendrán nada más que contratos males pagados o “temporales permanentes” que puedan ser contratados y desechados a voluntad según los vientos económicos.

Wall Street está preparándose para una batalla con implicaciones vastas para el futuro de los trabajadores en Ford y Fiat Chrysler, en todas las fábricas de ensamble y autopartes en EUA y el planeta y para los trabajadores en todo sector.

Según el exnegociador laboral para Fiat Chrysler, Colin Lightbody, GM se ahorraría $500 millones en costos laborales anuales si logra sus objetivos de aumentar las contribuciones de los trabajadores para el seguro médico de 3 a 15 por ciento y aumenta dramáticamente el número de trabajadores temporales con menores salarios.

“Si GM prevalece a estos aumentos, ese tipo de acuerdo le ahorraría a GM $5 por hora en costos laborales, lo que se traduciría en $500 millones al año, posiblemente lo suficiente como para compensar las pérdidas en ganancias de las primeras dos semanas de huelga”, escribió el Detroit Free Press. “Eso es mucho dinero y por eso GM está dispuesto a esperar”, le dijo Lightbody al diario.

En frente a este histórico ataque, el sindicato United Auto Workers no tiene una estrategia de victoria sino de derrota. En vez de movilizar a los trabajadores en todas las tres empresas —GM, Fiat Chrysler y Ford—, el UAW ha obligado a los más de 100.000 trabajadores de Ford y Fiat Chrysler a seguir trabajando a pesar de que se enfrentan a las mismas demandas de concesiones o peores si la huelga de GM es derrotada.

En vez de darles a los huelguistas los recursos que necesitan para una larga batalla contra una empresa con bolsillos enormes, el UAW solo les está dando a los trabajadores $250 por semana de su fondo de huelga de $800 millones, incluso mientras el presidente del UAW, Gary Jones, sigue recolectando su salario completo de $5,004 por semana.

Como lo dijo un veterano de 30 años en la planta de GM en Fort Wayne, Indiana, “Nos han preparado para fracasar. Ford y Chrysler deberían estar fuera con nosotros. Están intentando hacernos pasar hambre para que puedan imponer lo que sea que quiere GM”.

El UAW también ha privado a los trabajadores de toda información sobre las “negociaciones” en marcha con las automotrices. Después de una avalancha de protestas de trabajadores enojados, el vicepresidente del UAW para GM, Terry Dittes, emitió una declaración el martes afirmando que el UAW había rechazado una propuesta de GM “que no satisfacía nuestras demandas o necesidades contractuales”. La oferta “fue menor” en algunas cuestiones, “como seguro médico, salarios, empleados temporales, empleos cualificados y seguridad laboral para nombrar algunos”.

Dittes dijo que el UAW había presentado una contrapropuesta pero no ofreció ni un solo detalle sobre sus supuestas demandas a la empresa.

Toda esta charada es un fraude de principio a fin. El UAW no tiene una contraoferta porque está de acuerdo con recortar los beneficios médicos y expandir el número de trabajadores temporales en las plantas de vehículos eléctricos, quienes todavía se verán obligados a pagar cuotas al UAW.

El UAW ha pasado años sentando las bases para imponer precisamente estas demandas. Si no se las ha propuesto a los miembros es porque estos corruptos agentes de las empresas en el UAW saben que los trabajadores las rechazarían y se rebelarían contra todo el aparato podrido del UAW.

La única forma de que los trabajadores de GM pueden prevenir la derrota de la huelga es tomando la lucha en sus manos y cambiando el curso de esta decisiva batalla. Esto significa construir nuevas organizaciones de lucha, comités de huelga y fábrica de las propias bases, los cuales operarán independientemente del UAW y utilizarán todos los recursos, tanto humanos como materiales, para esta lucha.

Los comités de base deberán llamar a los trabajadores de Ford y Fiat Chrysler a que rompan su aislamiento respecto a la huelga de GM y emprendan una huelga nacional para paralizar toda la industria automotriz y de autopartes. Al mismo tiempo, deben exigir que se triplique el sueldo de huelga a $750 millones por semana.

En oposición al nacionalismo económico y chauvinismo antimexicano y antichino promovido por el UAW, Trump y los candidatos presidenciales demócratas, estos comités lucharán por unir a los trabajadores automotores en EUA con sus hermanos y hermanas de clase en Canadá, México, Corea y otros países en donde los trabajadores también están en lucha contra GM y las otras automotrices globales.

Las condiciones comunes que enfrentan los trabajadores automotores de todo el mundo se vieron reflejadas el martes cuando los trabajadores de Fiat Chrysler hicieron un paro en una planta en Cassino, Italia, después de que uno de sus compañeros fuera aplastado a muerte.

Esta huelga no solo está dirigida contra GM, sino contra toda la clase gobernante, la cual ha librado una guerra de varias décadas contra los trabajadores para acumular niveles indescriptibles de riqueza personal. Es parte de un resurgimiento más amplio de la lucha de clases en EUA y todo el mundo, incluyendo huelgas masivas de docentes en EUA y otros países, incluyendo 200.000 educadores en Sri Lanka y las huelgas espontáneas de los trabajadores en las maquilas mexicanas, así como las protestas de masas en Francia y Puerto Rico.

Los trabajadores deben desafiar a toda la podrida élite política. Los trabajadores no tienen ningún interés en juego dentro de la riña en Washington entre Trump y el Partido Demócrata. Nada mejorará, sin importar cómo resuelva la clase gobernante sus divisiones internas. El Partido Demócrata ha restringido explícitamente su investigación sobre un juicio político contra Trump a sus diferencias sobre política exterior y militar. Está haciendo todo lo posible para prevenir que los trabajadores y jóvenes expresen su oposición a la desigualdad social y al descenso hacia la dictadura, que ambos partidos corporativos apoyan.

Pero eso es precisamente lo que se necesita. Los trabajadores automotores deben hacer un llamamiento a los docentes, trabajadores sanitarios, de Amazon y logística, y a todas las secciones de la clase obrera y los jóvenes a que conviertan esta batalla industrial en una poderosa lucha política contra la explotación capitalista.

Para responder a la estrategia global de las corporaciones gigantescas y Wall Street, los trabajadores necesitan su propia estrategia internacional y socialista para reorganizar toda la industria global automotriz y la economía mundial en su conjunto con base en la producción para las necesidades sociales, no el lucro privado.

(Publicado originalmente en inglés el 2 de octubre de 2019)

Loading