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Inmigrantes cerraron el cruce fronterizo Matamoros-Brownsville en protesta por acuerdo entre Estados Unidos y México que prohíbe el derecho de asilo

Un grupo de más de 300 inmigrantes—en su mayoría de Honduras—cerró el puente peatonal entre Matamoros, Tamaulipas y Brownsville, Texas, la madrugada del jueves en una protesta contra los retrasos interminables de sus solicitudes de asilo en los Estados Unidos.

La protesta es una poderosa indicación de una creciente oposición entre los aproximadamente 40,000 inmigrantes que se encuentran recluidos en condiciones infrahumanas en el norte de México, como resultado del acuerdo entre la administración Trump y el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), efectivamente excluyéndolos de su derecho de asilo.

Los niños inmigrantes y las madres lactantes se destacaron entre los manifestantes, enfrentándose a los guardias fronterizos estadounidenses, quienes portaban sus equipos antidisturbios, tomando fotos de grupos de niños en un esfuerzo para intimidarlos. Inmediatamente después que el puente fue despejado, la policía de inmigración de Estados Unidos llevó a cabo un “ejercicio de entrenamiento” el cual incluyó el lanzamiento de gases lacrimógenos. Aún no está claro si algún inmigrante resultó herido en este ejercicio.

Miles de inmigrantes están varados en Matamoros, viviendo en campamentos para personas sin hogar plagados de enfermedades y acosados por el crimen. El New York Times informó: “No solo el campamento de la plaza cerca del puente en Matamoros se ha vuelto más concurrido cada día, dicen los voluntarios que han trabajado con el grupo, sino que en una ciudad que es conocida por la violencia de las drogas y las pandillas, algunos migrantes han sido víctimas de secuestro por extorsión y agresión sexual”.

Ayer por la tarde, el alcalde de Matamoros, Mario López, fue al puente para pedir a los manifestantes que regresaran a México. López, apodado por los trabajadores en Matamoros “La Oveja”—por su posición a favor de la empresa durante las ‘huelgas salvajes’ [sin la autorización del liderazgo sindical] este año, las cuales se extendieron por toda la ciudad—probablemente actuaba en colaboración con funcionarios de la administración Trump, como el resto del partido de López, MORENA, encabezado por AMLO.

Según el Washington Post, “los migrantes le dijeron al alcalde que vivían en condiciones de suciedad en Matamoros con escaso cobijo o acceso a baños, y les prometió enviar equipos de limpieza y el establecimiento de instalaciones para lavado”. Tales promesas, que vienen de un funcionario con una larga trayectoria contra la clase trabajadora, no deben tomarse al pie de la letra. Durante los comentarios a la prensa, López también denunció a los manifestantes inmigrantes por causar problemas a los residentes locales.

La manifestación de inmigrantes hondureños es una expresión del descontento creciente entre las decenas de miles de trabajadores que escapan de las sociedades que han sido devastadas por más de un siglo de explotación imperialista por los Estados Unidos. En 2009, Honduras fue víctima de un golpe de estado de derecha, agenciado por la administración Obama y la entonces secretaria de Estado Hillary Clinton, el cual condujo a la proliferación de escuadrones de la muerte respaldados por los Estados Unidos, lo cual provocó a su vez una corrupción generalizada, violencia y terror policial.

En octubre de 2018, miles de inmigrantes hondureños marcharon por México cantando: “Los migrantes no somos delincuentes, somos trabajadores internacionales”.

Entonces, como ahora, la clase obrera está demostrando con sus acciones que la división del mundo en Estados nación bajo el capitalismo es incompatible con las aspiraciones y necesidades materiales de cientos de millones de trabajadores en todo el mundo. Al marchar a través de las fronteras, los manifestantes inmigrantes están demostrando que las leyes que hacen que la inmigración sea “ilegal” son tanto un obstáculo para el progreso de la humanidad, como lo fueron las leyes que legalizan la compra y venta de seres humanos como esclavos.

En un ensayo de 1913 titulado “Capitalismo e inmigración de trabajadores”, Vladimir Lenin explicó:

“No cabe duda de que la pobreza extrema obliga a las personas a abandonar su tierra natal y que los capitalistas explotan a los trabajadores inmigrantes de la manera más desvergonzada. Pero solo los reaccionarios pueden cerrar los ojos a la importancia progresiva de esta migración moderna entre las naciones ... El capitalismo está atrayendo a masas de trabajadores de todo el mundo [a la lucha de clases], rompiendo los hábitos mohosos y podridos de la vida local, rompiendo las barreras y prejuicios nacionales, uniendo a los trabajadores de todos los países en grandes fábricas y minas en los Estados Unidos, Alemania, etc.”.

Los trabajadores en los Estados Unidos deben defender a sus hermanos y hermanas del sur. El Partido Socialista por la Igualdad exige:

• Pasaje seguro y entrada legal para todos los inmigrantes a los Estados Unidos.

• Abolición del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) y el desmantelamiento de la región fronteriza militarizada.

• Liberación inmediata de todos los inmigrantes detenidos en los Estados Unidos.

• La provisión de empleos, hogares, atención médica y oportunidades educativas para los solicitantes de asilo y para todos los inmigrantes.

• Un programa multimillonario para reconstruir América Central, que se pagará expropiando la riqueza de los multimillonarios estadounidenses.

• El derecho de todos los trabajadores a viajar de manera segura por todo el mundo sin temor a ser acosados.

(Publicado originalmente en inglés el 11 de octubre de 2019)

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