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Políticas de inmigración de Estados Unidos obligan a regresar a México a miles de niños, incluyendo bebés

Según un análisis de datos del gobierno del presente año, realizado por Reuters, el gobierno de los Estados Unidos ha trasladado a la fuerza a unos 16,000 niños migrantes para que asistan a los procedimientos de inmigración en México en 2019. Al menos 500 de estos migrantes son bebés.

Los migrantes viven en condiciones miserables, generalmente congregándose en “ciudades” de tiendas de campaña, a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos. Las audiencias en la corte de inmigración pueden durar semanas o meses, si no años. Muchos migrantes son presa fácil de pandillas violentas y carteles de la droga, así como de contrabandistas.

Las familias con niños pequeños son especialmente vulnerables a contraer enfermedades y no reciben asistencia médica oficial aparte de las organizaciones de voluntarios.

La gran cantidad de migrantes que languidecen en el limbo, a lo largo de la frontera son el resultado directo de los llamados ‘Protocolos de Protección al Migrante’ (MPP) de la Administración Trump. La mayoría de los inmigrantes que huyen de la violencia de las pandillas, la pobreza extrema y la represión política, provienen de países de América Central que han sido víctimas directas de más de un siglo de dominación imperialista estadounidense.

Los agentes gubernamentales del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) deben determinar si una persona puede permanecer en los Estados Unidos o ir a México de manera individual. Si bien los menores no acompañados generalmente son llevados a la extensa red de campos de concentración estadounidenses, los niños detenidos con sus padres generalmente son enviados de regreso a México con sus familias.

De los 50,000 migrantes en el programa MPP al 3 de octubre, casi un tercio eran niños menores de 18 años, según datos de la Oficina Ejecutiva de Revisión de Inmigración (EOIR). Esta cifra incluyó a 4,300 niños menores de 5 años y 481 menores de 1 año.

Muchos defensores tanto de la salud, como de los inmigrantes han señalado que el comienzo de la temporada de gripe amenaza la vida y el bienestar de los bebés y de los niños pequeños obligados a vivir en la calle y sin acceso a agua limpia, nutrición adecuada, medicamentos y baños. Los niños menores de 5 años, y especialmente menores de 2 años, son especialmente susceptibles a complicaciones graves de la gripe.

El gobierno de los Estados Unidos ha dicho que las personas con problemas de salud conocidos no son candidatos para el programa MPP, pero las calificaciones para las exenciones médicas nunca se han aclarado a los inmigrantes. Del número total de migrantes asignados al MPP, Reuters descubrió que solo el 1 por ciento fue retirado del programa por razones médicas.

La Administración Trump implementó el MPP para disuadir a los inmigrantes de ingresar a los Estados Unidos, a sabiendas que muchos se negarían a esperar largas audiencias en campamentos acribillados e insalubres a lo largo de la frontera. En años anteriores, la política del gobierno—denominada “captura y liberación” por la extrema derecha—significaba que los inmigrantes atrapados en la red de inmigración podían esperar sus audiencias fuera de detención viviendo con familiares en los Estados Unidos.

En mayo de este año, 85,000 “unidades familiares”, es decir, padres e hijos, fueron arrestados en la frontera entre Estados Unidos y México, un récord para un solo mes. En agosto, este número había disminuido en un 70 por ciento.

Al menos 5,600 niños en el programa MPP tenían casos esperando en la corte de inmigración de San Diego, con otros 6,800 asignados a San Antonio y El Paso y 3,400 a Brownsville. Ciudad Juárez y Matamoros, México, al sur de El Paso y Brownsville, Texas, respectivamente, son lugares abominables por sus altos índices de asesinatos y violentas batallas entre los carteles de las drogas.

Casi 1 millón de inmigrantes han sido arrestados a lo largo de la frontera sur en 2019

Durante una reunión informativa en la Casa Blanca, Mark Morgan, el comisionado interino de la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP) dijo que casi 1 millón de inmigrantes fueron detenidos a lo largo de la frontera sur de los Estados Unidos en el año fiscal 2019, el total más alto desde 2007.

Unos 52,000 inmigrantes fueron arrestados en septiembre, el cuarto mes consecutivo de declive. El número de arrestos alcanzó su punto máximo en mayo con 133,000 migrantes detenidos.

En comparación, poco más de 500,000 migrantes fueron detenidos en el año fiscal 2018. Morgan culpó las cifras más altas en 2019 al éxodo de migrantes centroamericanos.

Morgan arrogantemente le dijo a la prensa: “Estamos cerrando esas troneras. Si usted viene aquí como un inmigrante económico, no se le permitirá entrar a los Estados Unidos, y esto está conduciendo a mucha gente a que retorne”.

La Administración Trump ha subcontratado agresivamente la guerra contra los inmigrantes a otros países como México, Honduras, Guatemala y El Salvador, firmando una serie de acuerdos bilaterales que evitarían que los migrantes lleguen incluso a la frontera con Estados Unidos. Morgan dijo que la cooperación con México está “exactamente donde la necesitamos”.

El aumento en la inmigración es un reflejo de la profundización de la crisis social en América Central, donde los gobiernos respaldados por Estados Unidos supervisan la represión masiva de las protestas sociales, como en Honduras y Guatemala—y donde la desigualdad social es más alta que en cualquier otro lugar del mundo.

El cruce fronterizo Matamoros-Brownsville ha sido reabierto después de 15 horas de ocupación por parte de los migrantes

CPB anunció que el tráfico a través del Puente Internacional Gateway entre Matamoros y Brownsville se reabrió el jueves por la tarde después que cientos de migrantes ocuparon el puente para protestar por las largas estadías en México y las condiciones de vida en los campamentos.

Todo el tráfico de vehículos y peatones se había desviado a otros puntos de entrada, ya que 300 migrantes marcharon durante la noche a través del puente, estuvieron sentados en los carriles vehiculares, bloqueando automóviles en ambas direcciones durante más de 15 horas. Antes del amanecer de la mañana siguiente, el tráfico ya se había reanudado en ambos sentidos.

El puente es adyacente a un campamento de inmigrantes, en el cual alrededor de 1,000 hombres, mujeres y niños, en su mayoría de América Central, se sientan y esperan sus audiencias en los tribunales de inmigración de los Estados Unidos. Las familias le dijeron a la prensa cómo los atacaron los delincuentes, los niños se enfermaron y muchos decidieron irse, ya que su esperanza de entrada se ha desvanecido.

(Publicado originalmente en inglés el 12 de octubre de 2019)

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