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GM se rehúsa a reinstalar trabajadores mexicanos despedidos por apoyar huelga en EUA

El Boletín de los Trabajadores Automotores del WSWS urge a todos los trabajadores a que participen a la llamada para el jueves 31 de octubre a las 5 pm MST, o Ciudad de México, para discutir las lecciones de la huelga en GM. Regístrate aquí: wsws.org/autocall

La producción en las plantas de General Motors en México se reanudó el lunes después de que varias fábricas cerraron en una la huelga de 40 días de 48.000 trabajadores de GM en Estados Unidos, la cual fue liquidada por el sindicato United Auto Workers el viernes.

El Complejo Silao de GM había estado completamente cerrado desde el 1 de octubre. Las áreas de transmisiones y motores del Complejo Ramos Arizpe se cerraron el 7 de octubre, seguidas por el área de ensamble del Chevrolet Blazer el 18 de octubre. Las otras dos plantas de GM México en San Luis Potosí y Toluca, permanecieron abiertas.

El impacto económico en México destaca el carácter internacional del proceso de producción y la clase obrera. En septiembre, según reporta El Financiero, “destaca la caída de 2,8 por ciento de las exportaciones manufactureras del sector automotor, relacionado con los efectos de la huelga de General Motors en Estados Unidos,” lo que contribuyó en la peor caída en exportaciones en México en casi cuatro años.

Según los trabajadores en México y Canadá vuelven a laborar, GM continúa su venganza contra los nueve valientes trabajadores del Complejo Silao despedidos por rechazar las demandas de la empresa de aumentar la producción y socavar el impacto de la huelga en EE. UU.

Los nueve trabajadores fueron despedidos entre el 28 de agosto y el 1 de octubre. Dos fueron seleccionados por GM cuando buscaba depurar a los líderes de las bases antes de una posible huelga en EUA. Luego, el 15 de septiembre, el grupo independiente de los trabajadores, llamado Generando Movimiento, aprobó oponerse activamente a las demandas de GM de tiempos extra obligatorios y aceleraciones para aumentar la producción de sus vehículos más lucrativos, las camionetas Silverado y Sierra. Después de que los trabajadores de Silao comunicaron su decisión en una llamada en línea internacional el 19 de septiembre organizada por el WSWS y apelaron a los huelguistas estadounidenses a librar una lucha conjunta, GM despidió sumariamente a siete de los que ayudaron la huelga estadounidense. Varios otros en el grupo fueron despedidos más temprano este año por lesiones.

El viernes, GM anunció, “Durante la última semana de octubre todos los complejos de manufactura de General Motors en México estarán operando de manera normal y la totalidad de los empleados retomará los turnos de trabajo”. Esta mentira fue reproducida por los medios corporativos, incluyendo Efe, que había reportado previamente el hostigamiento y despidos de trabajadores en Silao “como consecuencia de su respaldo a los huelguistas estadounidenses”.

En su último reporte, Efe subraya: “Y aunque durante el paro en México algunos empleados recibieron solo un porcentaje de su sueldo y otros tomaron días a cuenta de vacaciones, General Motors aseguró a través de su área de Comunicación y Relaciones Públicas que no hubo despidos”.

La empresa, no obstante, no ha reinstalado a ninguno de los trabajadores victimizados en Silao. Más allá, los trabajadores en la planta le han reportado al Boletín de los Trabajadores Automotores del WSWS que, pese a que “ya se iniciaron laborales al 100 [por ciento]”, la fábrica está lejos de operar “normalmente”, dado el mayor hostigamiento de la gerencia.

Israel Cervantes, uno de los trabajadores despedidos comentó: “Con tal de aumentar la producción después de a huelga, la empresa no está permitiendo ir al baño y quitaron las vacaciones… Un compañero que regresa de una incapacidad me dijo que teme que lo despidan por esto, más hostigamiento y tiempo. Una compañera que está lesionada la tuvieron dentro pasado las 6 pm [fin de su turno] hasta las 8 pm”.

Señaló que aquellos trabajadores en el grupo militante que fueron despedidos fueron puestos en listas negras o “boletinados”. Señaló: “Nadie me quiere contratar. He buscado y me dicen que no. He estado vendiendo las pocas cosas y sacando préstamos”.

Israel señaló que muchos de los trabajadores victimizados se vieron desanimados por el final de la huelga, tras orientarse a los huelguistas en EUA para luchar por recuperar sus trabajos. Algunos trabajadores, dijo “piensan que los trabajadores estadounidenses ganaron bonos mientras nosotros ganamos más trabajo y ser tratados como esclavos”.

Por medio del Boletín de los Trabajadores Automotores del WSWS, los trabajadores mexicanos descubrieron el amplio apoyo entre los trabajadores de GM en huelga a favor de su reinstalación. En las líneas de huelga, los trabajadores denunciaron los despidos y exigieron su reinstalación. Como lo dijo un trabajador de GM en Detroit-Hamtramck: “A todos mis hermanos y hermanas en México, todos estamos luchando por lo mismo. Nosotros los trabajadores estadounidenses estamos luchando por que recuperen sus trabajos y estamos en solidaridad con ustedes”.

Sin embargo, el UAW se opuso rotundamente a presentar la demanda de la reinstalación de los trabajadores de Silao. Por el contrario, borró cualquier referencia a los trabajadores de Silao de sus páginas de Facebook en Ft. Wayne y otros locales e hizo todo lo posible por presentar la huelga en términos nacionalistas, exigiendo el cierre de plantas mexicanas y el traspaso de producción a EUA.

En oposición al chauvinismo de los sindicatos estadounidenses y mexicanos, Cervantes apeló a los trabajadores estadounidenses en Fiat Chrysler y Ford, cuyos contratos son los próximos en renovarse, para exigir la reinstalación de todos los trabajadores automotores victimizados y acabar con las listas negras en México.

“Sería importante tener una página en que los trabajadores de aquí puedan tener contacto con trabajadores que están en Estados Unidos y en el mundo entero, porque no es una lucha en un solo país o continente. Es una lucha que debemos hacer mundial”, declaró.

Además de los trabajadores de Silao, GM también está victimizando a los trabajadores estadounidenses por publicar declaraciones críticas en Facebook y otras redes sociales. Durante el fin de semana y el lunes, al menos tres trabajadores de la planta armadora de Flint, incluyendo el veterano de 19 años Juan Gonzales, fueron despedidos por sus publicaciones. El UAW no está haciendo nada serio para oponerse a esto. De hecho, apoya estas medidas para suprimir la oposición al contrato proempresarial que acaba de imponer a instancias de GM.

El acuerdo ratificado cierra las plantas de ensamble en Lordstown, Ohio, dos fábricas de transmisiones y un centro de distribución de piezas en EUA. Abre la puerta a una expansión masiva de trabajo temporal y de bajos salarios en plantas como Flint, donde casi una tercera parte de los trabajadores que también ensamblan Silverados y Sierras son temporales. Los trabajadores estadounidenses también han expresado dudas sobre la legitimidad de la votación del UAW, con uno argumentando, “en mis últimos 24 años, cuando los miembros votan en contra, ¡siempre se aprueba!”.

Cuando se trata de representar los intereses de los trabajadores, el UAW no es distinto a la Confederación de Trabajadores de México (CTM). La CTM ni siquiera reconoce los despidos en Silao, mientras apoya abiertamente los recortes en salarios y vacaciones durante el paro.

Los trabajadores en Silao han seguido luchando por organizarse fuera de la CTM y desarrollar sus lazos con los trabajadores internacionalmente. Después de la traición del UAW, Mauricio Negrete Pérez, quien fue despedido tras 21 años en el Complejo Silao por oponerse a los tiempos extra durante la huelga, le comentó al WSWS, “En todo el mundo hay sindicatos que solo ven por el bien propio aunque los que nos partimos la madre somos los trabajadores, los que hacemos millonarios a los empresarios somos los trabajadores. En este momento declaramos una guerra internacional contra todos los sindicatos vendidos”.

La huelga de GM y la valiente postura de los trabajadores de Silao son parte de una creciente contraofensiva de la clase obrera internacional y el impulso objetivo de los trabajadores hacia unir sus luchas a escala mundial. Desde los paros espontáneos en Matamoros, México y las protestas de los chalecos amarillos en Francia, a las protestas masivas en Puerto Rico, Hong Kong, Chile y Líbano, la clase obrera está rebelándose contra los niveles aplastantes de desigualdad social producidos por el sistema capitalista mundial.

En oposición a los sindicatos corporativistas, los trabajadores necesitan nuevas organizaciones, comités de base en cada fábrica y centro laboral, los cuales sean independientes de todos los nacionalistas y procapitalistas sindicatos, partidos políticos —incluyendo el Gobierno de Morena— y sus apologistas pseudoizquierdistas. Estos comités, movilizando a los sectores más amplios posibles de la clase obrera y los jóvenes, deben rechazar las demandas de ganancias de las corporaciones globales y los Gobiernos capitalistas y avanzar las demandas de lo que necesitan los trabajadores y sus familias.

Por ello, el resurgimiento de las luchas de la clase obrera necesita estar guiado por una perspectiva y estrategia internacionales y socialistas. Esto significa poner fin a la explotación capitalista en cada país, estableciendo el control colectivo y democrático de todas las industrias y los bancos gigantescos por parte de la clase obrera internacional y la reorganización de la economía global para atender las necesidades humanas y no la ganancia privada.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 29 de octubre de 2019)

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