Español

La revolución y la Tierra

El documental peruano sobre la reforma agraria en los años ‘60 y ‘70 atrae un gran interés

El documental peruano La revolución y la Tierra, dirigido por Gonzalo Benavente, examina la reforma agraria implementada bajo la dictadura militar del general Juan Velasco Alvarado que tomó el poder en Perú en 1969. La reforma y el régimen nacionalista de Velasco conto con el apoyo de los estalinistas del Partido Comunista y la izquierda burguesa de la época marcando un importante punto de inflexión en la historia moderna del país.

Afiche publicitario del documental La revolución y la Tierra

El cine peruano ha crecido en los últimos años, con más películas realizadas por una floreciente industria cinematográfica privada, además de las producidas con subsidios del Ministerio de Cultura. Algunos cineastas independientes han dirigido sus ojos hacia la historia reciente y se han ocupado del legado del llamado conflicto interno de la década de 1980: una campaña nacional de represión dirigida a sofocar la insurgencia de la guerrilla maoísta Sendero Luminoso (SL) que dejo decenas de miles de muertos. Estas obras expresan un deseo comprensible de enfrentarse con la brutalidad de la represión y los motivos de los senderistas para lanzar su levantamiento.

Benavente, nacido en 1983, ha optado por abordar eventos históricos poco conocidos por la generación más joven. Sin embargo, han demostrado ser de gran interés. La Revolucion y la Tierra se ha convertido en el documental más visto que se haya exhibido en Perú. En una entrevista, el director explicó que quería traer a la pantalla un episodio histórico que se había hecho invisible durante muchos años, lo que evitó que fuera "discutido o debatido".

Su documental se compone de entrevistas con historiadores, antropólogos, líderes campesinos, exactivistas y miembros de partidos de izquierda, así como testigos presenciales de los acontecimientos de la época. Estas entrevistas se yuxtaponen de manera llamativa con material fascinante recopilado de viejas grabaciones de televisión y especialmente de películas producidas a fines de la década de 1960 y principios de la década de 1970 por partidarios de Velasco que denunciaron el sistema de terratenientes hacendados, mientras que al mismo tiempo promovieron cultura y estatus social de los campesinos indígenas.

La revolución y la Tierra

El uso de estas películas, algunas de ellas restauradas específicamente para el documental de Benavente, es notable porque el público en general en Perú no ha sido consciente de la existencia del cine militante de la época.

Después de resumir brevemente la conquista española del Perú en 1532 y las guerras de independencia en 1821, la película explica el legado del sistema latifundista, la posesión desproporcionada de tierras por una minoría oligárquica, con unas 40 familias que controlan prácticamente todo el Perú rural desde costa a las tierras altas, que poseen haciendas que equivalen a cientos de miles de hectáreas.

La Revolución y la Tierra procede a explorar las décadas previas a la toma del poder de Velasco durante las cuales el trato cuasifeudal de los campesinos indígenas en las haciendas era un hecho aceptado de la vida, y era defendido por el estado. La humillación de los campesinos por parte de los terratenientes era aparentemente ilimitada. Un informe de noticias de la televisión estadounidense de la década de 1950 muestra a los campesinos arrodillados ante sus empleadores y solo se pone de pie cuando sus patrones les dan palmadas en el hombro. A los campesinos se les prohibió mirar a los ojos de los hacendados, los dueños que eran libres de violar a cualquier mujer campesina sin temor a represalias. El narrador estadounidense dice: "Esto es Perú en el siglo XX, pero fácilmente podría ser España en el siglo XVIII".

General Velasco y su "Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas"

Para mantener a los campesinos en línea, los terratenientes y sus secuaces recurrieron al terror. Una escena de una de las películas presentadas en el documental muestra a un terrateniente montando tranquilamente su caballo a través de las dunas de arena solo para que la audiencia horrorizada descubra que detrás de él hay un campesino con una soga atada al cuello, tratando de no caerse. El autor indígena José María Arguedas recuerda una anécdota sobre un terrateniente que ordenó cortar el brazo de una mujer porque ella se negó a besarle la mano.

La revolución cubana de 1959 y la nacionalización de tierras de Fidel Castro, previamente monopolizadas por corporaciones estadounidenses y una oligarquía nativa, sonaron una alarma para la clase dominante peruana. El gobierno oligárquico de Manuel Prado en 1962 hizo el primer intento de implementar la reforma agraria, pero el proyecto se archivó después de que el ejército organizó un golpe de estado destinado a bloquear el ascenso al poder del democráticamente electo Víctor Raúl Haya de la Torre, el fundador del partido nacionalista burgués APRA. Durante los años siguientes, la junta militar intentó implementar su propia reforma agraria, específicamente en la región de Cusco, pero nunca logró nada sustancial.

El próximo gobierno civil, dirigido por el presidente derechista Fernando Belaunde Terry, también intentó aprobar una ley de reforma agraria, pero fue obstaculizada por la oposición dentro del Congreso peruano. El 3 de octubre de 1968, el ejército bajo el mando del general Velasco secuestró a Belaunde del cuartel general del gobierno y lo envió al exilio en Argentina. Velasco y sus compañeros oficiales tomaron el manejo de los ministerios y oficinas públicas. El general anunció pomposamente al pueblo la formación de un "Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas".

Afiche de 1969 fomentando la Reforma Agraria velasquista

A los pocos días de tomar el poder, Velasco envió tropas para hacerse cargo de una refinería de petróleo controlada por la American International Petroleum Company, una subsidiaria de Standard Oil, que había evitado pagar impuestos durante décadas. Nacionalizó otras industrias, formando una serie de empresas estatales: Sideperú, Petroperú, Mineroperú, etc.

El régimen también estableció SINAMOS (Sistema Nacional de Apoyo a la Movilización Social), una entidad estatal cuyo objetivo era promover la supuesta ideología nacionalista de "izquierda" del gobierno en todo el país. Los miembros de SINAMOS hicieron muchas de las películas mostradas en el documental que trata sobre levantamientos campesinos.

Mientras tanto, Velasco estableció la Central de los Trabajadores para la Revolución Peruana, una confederación sindical diseñada para subordinar a la clase trabajadora a la junta militar gobernante y competir con la Confederación General de Trabajadores Peruanos (CGTP) dirigida por los estalinistas.

El segmento que trata los motivos que impulsan la reforma agraria es revelador. Los entrevistados recuerdan el temor que existía de un levantamiento revolucionario de los campesinos oprimidos que hundiría al Perú en una guerra civil. Reconocen que la reforma agraria de Velasco tenía como objetivo contener ese movimiento y salvar al país de una revuelta masiva.

El oligarca peruano Fernando Graña expresa los temores de la clase dominante en el momento en que explica a un periodista estadounidense que, si bien él mismo es un hacendado progresista y moderno, dadas las graves injusticias infligidas por otros como él a lo largo de los años contra los campesinos, es mejor tener una reforma "desde arriba que desde abajo".

Velasco en una manifestación que marca la toma de control de una refinería de petróleo administrada por Estados Unidos

Velasco provocó la ira de Washington con las nacionalizaciones de su régimen, la compra de armas del bloque soviético y la normalización de las relaciones con Cuba. Sin embargo, la misión principal de su "gobierno revolucionario" militar no era diferente a la de la "Alianza para el Progreso" de los Estados Unidos: el descarrilamiento de cualquier revolución desde abajo en Perú. Intentó apelar al nacionalismo y la identidad étnica. los orígenes humildes de Velasco como alguien nacido en la pobreza y, a diferencia de la mayoría de los presidentes anteriores de Perú, de una familia que no formaba parte de la oligarquía de los descendientes de los colonizadores españoles, lo ayudó a adoptar una postura como representante de la gente común. Décadas después, el venezolano Hugo Chávez reclamaría a Velasco como una gran inspiración para su propio gobierno personalista.

Sin embargo, el factor más importante que facilitó el gobierno de Velasco y los militares fue el apoyo que recibió de la "izquierda" de la época, desde los estalinistas en el Partido Comunista peruano hasta varias fuerzas pseudomarxistas y pablistas. Después de denunciar inicialmente a Velasco y sus colegas militares como "fascistas", estas fuerzas de "izquierda" sin principios cerraron filas detrás del régimen una vez que anunció sus medidas nacionalistas-reformistas.

Entre los representantes más destacados de estas fuerzas sociales entrevistados en la película se encuentra el pablista y ex líder guerrillero campesino Hugo Blanco (descrito como un conocido "trotskista" peruano). Blanco provenía de una familia campesina de clase media. Durante un viaje a la Argentina como estudiante, fue la influenciado por el oportunismo pablista de la variedad de Nahuel Moreno. Después de regresar a Perú, se unió a varios sindicatos de campesinos y finalmente fundó un foco guerrillero en la década de 1960, participando en un gran levantamiento en el Valle de La Convención en la provincia de Cusco, en el sureste de Perú. Fue capturado y sentenciado a 25 años de prisión, pero Velasco lo indultó y lo envió al exilio.

En una entrevista reveladora en 1973, no mostrada en el documental, el supuesto "trotskista" Blanco reconoció que la dictadura de Velasco reprimió a los campesinos y trabajadores y exiló a los líderes izquierdistas, pero agregó que él y otros como él dieron "apoyo crítico" al régimen militar porque fue el régimen burgués más "desarrollista y modernizador" en la historia del país.

Después de expropiar a los hacendados, el régimen creó las cooperativas, asociaciones formadas por campesinos para administrar las fincas. Uno de los líderes campesinos entrevistados en la película recuerda entre lágrimas cómo Velasco lo recibió personalmente en Lima e intervino para su cooperativa durante una disputa con los antiguos propietarios.

La Revolucion y la Tierra ha restaurado y editado notablemente viejos videos. Sin embargo, las graves debilidades de os productores y el director del film surgen en sus esfuerzos por dar sentido político a los acontecimientos y la época en cuestión. Ellos aíslan la reforma agraria en Perú, sin establecer el vínculo entre los campesinos oprimidos que luchan por la tierra en Perú y la erupción de la lucha de clases a escala mundial.

El período comprendido entre 1968, cuando Velasco tomó el poder, y 1975, cuando fue derrocado, se caracterizó por una crisis sistémica del capitalismo global que provocó trastornos en toda América Latina, incluida la casi revolución en Chile que fue ahogada en sangre por la CIA de Pinochet con el golpe del 11 de septiembre de 1973, tras la traición del Partido Comunista estalinista a la clase trabajadora. Internacionalmente, hubo la huelga general de millones de mayo a junio de 1968 en Francia, el levantamiento en Checoslovaquia Tambien en 1968, la revolución de 1974 en Portugal y las protestas masivas contra la guerra y las rebeliones en las ciudades de los Estados Unidos.

Este período también vio el surgimiento de otros gobernantes militares de postura "de izquierda", incluido el general J.J. Torres en Bolivia y el general Guillermo Rodríguez Lara en Ecuador.

La película casi ignora las luchas de la clase trabajadora peruana, que desempeñó el papel principal en provocar la caída del régimen militar.

El régimen de Velasco buscó suprimir despiadadamente una serie de huelgas generales en 1973, lideradas por la recién formada Unión Central de Trabajadores de la Enseñanza del Perú, SUTEP. Esto terminó ganando el apoyo de sindicatos independientes y otros afiliados a la CGTP, así como también los movimientos estudiantiles, debilitando el control que Velasco ejercía sobre el movimiento obrero con el apoyo del liderazgo estalinista de la CGTP.

Huelga general de trabajadores peruanos de 1977 que puso fin al gobierno militar

Velasco suprimió los derechos democráticos, ocupó militarmente Arequipa y declaró el estado de emergencia cuando los trabajadores y estudiantes tomaron la segunda ciudad más grande de Perú en octubre de 1973, provocando una ola de huelga que envolvió toda el área minera de los Andes del sur del Perú. Durante este período, el régimen militar persiguió, encarceló, torturó y exilió a cientos de sus opositores de izquierda, particularmente a aquellos que buscaban organizar a los trabajadores independientemente del régimen.

A mediados de la década de 1970, la salud de Velasco se había deteriorado. La película sugiere que la destitución de Velasco del poder se produjo porque estaba enfermo y "gentilmente" le pidió al general Francisco Morales-Bermúdez que lo reemplazara.

Morales-Bermúdez tomó el poder en un golpe sin sangre apoyado por Washington el 29 de agosto de 1975. Algunos historiadores afirman que lanzó el golpe para evitar un plan desarrollado por el gobierno de Velasco para invadir y apoderarse de la provincia chilena de Arica que Perú cedió a Chile, después de que perdió la Guerra del Pacífico en el siglo XIX.

El general Velasco murió en diciembre de 1977. El documental muestra imágenes de su funeral masivo al que, según algunos testigos, asistieron casi un millón de personas.

Morales-Bermúdez comenzó a desmantelar muchas de las reformas limitadas instituidas por su predecesor. La camarilla militar alrededor de Morales-Bermúdez se alineó con la CIA y el Pentágono, colaborando con la Operación Cóndor asesina y contrarrevolucionaria de la década de 1970. A principios de 2017, un juez italiano condenó a Morales-Bermúdez y al exdictador de Bolivia ya encarcelado, el general Luis García Meza, a cadena perpetua por su parte en la muerte de 23 ciudadanos italianos.

Inclinándose ante las demandas del Fondo Monetario Internacional (FMI), Morales-Bermúdez implementó recortes salvajes al bienestar social en medio de un aumento en el costo de la vida. El 19 de julio de 1977, la contundente huelga nacional dirigida por la CGTP clausuró efectivamente todo el país. La casta militar, temiendo una ofensiva revolucionaria de la clase trabajadora, optó por una transición al gobierno civil. Se convocó una Asamblea Constituyente en 1979, y al año siguiente fue elegido Fernando Belaunde, el mismo presidente de derecha que había sido derrocado por Velasco más de una década antes.

El documental toca la insurgencia del maoísta Sendero Luminoso en la década de 1980. El historiador Hugo Neira afirma que si la reforma agraria de Velasco no hubiera tenido lugar "SL habría ganado la guerra porque [la retórica del SL] podría haber convencido fácilmente a los cientos de miles de campesinos explotados por su causa".

Este análisis es falso por dos razones. Primero, la perspectiva de Sendero Luminoso, basada en la concepción maoísta de organizar focos guerrilleros campesinos en las áreas rurales y rodear las ciudades, dejando a la clase trabajadora el papel de un espectador impotente, estaba condenada al fracaso, particularmente en condiciones en las que la población de Perú se había convertido cada vez en más urbana. Como esta perspectiva no logró ganar el apoyo de las masas, SL recurrió a métodos terroristas, realizando ejecuciones sumarias y, en algunos casos, masacrando pueblos enteros con la sospecha de su colaboración con las fuerzas armadas peruanas.

En segundo lugar, la reforma agraria de Velasco no logró poner fin a la pobreza y la opresión de la mayoría de la población rural del Perú, incluidos los que no tienen acceso a la tierra y los que trabajan en pequeñas parcelas. Lo que tuvo éxito fue poner fin a un sistema improductivo de haciendas y convertir la vieja oligarquía terrateniente en una burguesía capitalista, al tiempo que fomentaba el crecimiento de una pequeña burguesía rural.

Al final, la experiencia con el régimen militar de Velasco, al igual que con el papel desempeñado por varias tensiones del nacionalismo burgués en toda América Latina, confirmó, en sentido negativo, la Teoría de la Revolución Permanente de León Trotsky. En los países oprimidos y ex coloniales con un desarrollo capitalista tardío, las tareas democráticas de la revolución burguesa, incluida la cuestión de la tierra, solo pueden ser completadas por la clase trabajadora, liderando a las masas campesinas detrás de ella, tomando el poder y emprendiendo una transformación socialista. Eso solo puede lograrse sobre la base de la extensión de la revolución internacionalmente.

La película de Benavente termina con tomas de una protesta que tuvo lugar a principios de este año, con campesinos pobres de Cusco exigiendo ayuda del estado por el daño que el cambio climático ha infligido en sus cultivos, lo que demuestra lo poco que ha cambiado desde el momento de la reforma de Velasco.

La Revolución y la Tierra merece ser vista en todo el mundo debido a su descripción de un período poco conocido de la historia presentado a través de un trabajo notable de rescate de filmaciones invaluables que dan vida a la explotación de los campesinos indígenas peruanos durante siglos.

Sin embargo, la película de Benavente no proporciona un análisis coherente de los acontecimientos del período velasquista, mucho menos de toda la experiencia con tendencias políticas, entre ellas la antimarxista pablista, que promovió la concepción de que las políticas introducidas desde arriba por uno u otro carismático "comandante" —desde Castro hasta Velasco y Chávez— podría sustituir la lucha independiente y consciente de la clase obrera para poner fin al capitalismo y tomar el poder en sus propias manos.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 23 de diciembre de 2019)

Loading