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Sanders se dispara en las encuestas entre ataques de los medios y del establishment del Partido Demócrata

Con las reuniones electorales de Iowa el lunes iniciando formalmente el proceso de designación del candidato a la presidencia por el Partido Demócrata, los sondeos indican un aumento continuado del apoyo al senador por Vermont Bernie Sanders.

Una encuesta del Washington Post encontró a Sanders y al exvicepresidente Biden en un empate estadístico en el Estado, mientras que encuestas en el New York Times indican que Sanders ahora lleva la delantera, seguido por Biden, Elizabeth Warren, Pete Buttigieg, y Amy Klobuchar.

Una encuesta nacional publicada ayer por NBC News y el Wall Street Journal informaba de que el apoyo a Sanders entre los votantes demócratas en las primarias es del 27 por ciento, seis puntos porcentuales más que en diciembre, mientras que Biden había caído al 26 por ciento, bajando dos puntos porcentuales. Warren sigue con el 15 por ciento, Michael Bloomberg con el 9 por ciento, y Buttigieg con el 7 por ciento.

El aumento del apoyo a Sanders ocurre en medio de una campaña de los altos cargos del Partido Demócrata y de los principales medios de comunicación contra su candidatura. De hecho, varios comentarios en los medios han señalado con preocupación que los ataques a Sanders desde estas fuentes parecen tener el efecto contrario al planificado.

Tras las denuncias a Sanders primero de Hillary Clinton y un injurioso ataque de Warren a principios de mes, el New York Times adoptó un tacto diferente el lunes. En un artículo titulado "Bernie Sanders y su ejército en internet", el Times presentó a los simpatizantes de Sanders en internet como unos "hermanos de Bernie" violentos y machistas. El artículo casi no presentaba hechos, y en cambio se basaba en antiguos sustitutos de Clinton y Obama, además de asesores de campaña rivales, para citas salaces en las que se hacía responsable a Sanders de fomentar una "cultura tóxica" en su campaña.

La trama comentaba que Sanders tiene 10 millones de seguidores en Twitter, más que Warren, Biden, Buttigieg y Klobuchar juntos. Añadía, de manera ominosa e infundada, "Un gran número podrían ser bots automatizados o cuentas ficticias. Fiscales federales han detallado esfuerzos coordinados por nacionales rusos para interferir en las elecciones de 2016, con énfasis en dos candidatos —Donald J. Trump y el señor Sanders— a quienes los rusos esperan impulsar mientras denigran a sus opositores".

Así el Times invoca las afirmaciones inventadas sobre la interfrencia rusa masiva en las elecciones de 2016 para impulsar las afirmaciones fabricadas de que los seguidores de Sanders de manera similar están "manipulando" las elecciones.

Artículos similares han aparecido en otras partes. El Washington Post escribió que la distribución de imágenes y posts críticos respecto a Warren por Sanders usaban "una nueva técnica popular para publicar en masa que permite a los estadounidenses de a pie operar a gran velocidad que recuerda a los bots rusos y los trolls de 2016".

Las noticias de los medios indican que Biden y Klobuchar han hablado de colaborar en las reuniones electorales de Iowa para contrarrestar el apoyo a Sanders en precintos donde uno o el otro candidato no sea viable. Personal de Biden también ha sugerido la posibilidad de nominar a Klobuchar para vicepresidente si ella estuviera dispuesta a aceptar el trato.

El establishment del partido también tiene un plan alternativo en la forma del multimillonario exalcalde de Nueva York Michael Bloomberg. En una entrevista reveladora en Morning Joe de la MSNBC, Steve Willet, director ejecutivo de Willett Advisors LLC, una empresa de gestión de inversiones y apoderada de Bloomberg, explicó la "opción centrista alternativa" que presentaba una candidatura de Bloomberg.

"Biden o va a ganar en Iowa y New Hampshire... O no le va a ir bien allí, en cuyo caso necesita ser una alternativa centrista viable para parar a Bernie Sanders".

También se han tomado medidas para establecer el control sobre el comité Plataforma de la Convención Nacional Demócrata de 2020, que ha sido llenada con figuras hostiles a Sanders. Algunos de los nombres más conocidos son Randi Weingarten, presidenta de la Federación Estadounidense de Docentes; John Podesta, exjefe de campaña de Hillary Clinton; y la exsenadora de Dakota del Norte, Heidi Heintkamp.

El vicedirector del Comité de la Plataforma es Jake Sullivan, un habitual en los círculos de política exterior del Partido Demócrata desde hace más de una década. Sullivan ejerció de Consejero de Seguridad Nacional de Biden y también asesoró a las campañas de Hillary Clinton y de Barack Obama.

La hostilidad a Sanders desde sectores dominantes del establishment del Partido Demócrata no está motivada tanto por el propio Sanders, que es un factor conocido, sino por los sentimientos que impulsan el apoyo a su campaña. Sanders ha dirigido su llamamiento a la oposición a la desigualdad social y a la guerra, presentándose como la voz de la oposición a Wall Street, el complejo militar-industrial, las corporaciones gigantes y el establishment político, el republicano y el demócrata.

El Partido Demócrata no quiere desarrollar unas elecciones sobre la base de estos temas y está totalmente dispuesto a sabotear la campaña de Sanders por todos los medios necesarios.

La hostilidad hacia Sanders es tanto más significativa dado el contenido actual de su programa y su papel. Sanders no es socialista, y sus propuestas de reforma encajarían cómodamente dentro de lo prevaleciente en la política burguesa de hace cuarenta años. En política exterior, Sanders ha declarado coherentemente su apoyo a las acciones militares de la administración Obama y votó por la guerra en Serbia bajo Clinton y en Afganistán bajo Bush.

Es más, Sanders ha guardado un silencio vergonzoso acerca de la persecución del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, uno de los principales blancos de la campaña antirusa de los demócratas.

La campaña contra Sanders revela la bancarrota de sus propias intenciones de "transformar" al Partido Demócrata, un partido de Wall Street y de las agencias de inteligencia, respaldado por sectores privilegiados de la clase media alta que forman la base de las políticas de identidad racial y de género.

Desde el principio, el objetivo de la "revolución política" de Sanders ha sido canalizar la oposición social y política hacia el Partido Demócrata. Esta es la tarea que llevó a cabo en 2016 cuando, después de perder ante Clinton en las primarias demócratas —con la asistencia de las tácticas turbias del Comité Nacional Demócrata— fue a saco a convencer a sus simpatizantes de que respaldaran a Clinton, la candidata de los bancos y del ejército ampliamente despreciada.

A principios de la actual carrera presidencial, en febrero de 2019, Sanders explicó sus intenciones en un Town Hall de la CNN: "La verdad es que cada vez más gente se va desilusionando tanto con la postura republicana como con la demócrata. Y especialmente los jóvenes. Se están registrando como Independientes, o como personas no afiliadas. Y como alguien que antes era Independiente, creo que podemos traerlos al Partido Demócrata".

El partido al que Sanders quiere "traerlos de vuelta" es el mismo partido que se opone categóricamente a cualquier demanda respecto a los temas que actualmente están animando a amplios sectores de trabajadores y jóvenes. Ha llevado adelante toda su oposición a la administración Trump en base a divisiones dentro de la clase gobernante por política exterior, reflejando las preocupaciones dentro de sectores dominantes del aparato militar y de inteligencia de que Trump no ha aplicado medidas suficientemente agresivas contra Rusia.

Todo esto solo demuestra que el desarrollo de un movimiento político contra la desigualdad social, la guerra, y la dictadura —y la administración Trump— tiene que liberarse del dominio del Partido Demócrata, y por lo tanto de la campaña de Sanders. No es hacia estas maniobras que los trabajadores y los jóvenes deben dirigirse, sino al desarrollo de la lucha de clases, en los EEUU y en el resto del mundo.

El crecimiento de la oposición social en la clase trabajadora debe ser guiado por una perspectiva y liderazgo socialistas, revolucionarios e internacionalistas. El Partido Socialista por la Igualdad está presentando candidatos en las elecciones presidenciales estadounidenses, Joseph Kishore y Norissa Santa Cruz, para luchar por construir este liderazgo.

Para más información y para implicarse en la campaña del PSI, visite socialism2020.org.

(Publicado originalmente en inglés el primero de febrero de 2020)

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