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Bhaskar Sunkara de la revista Jacobin sobre las primarias de Iowa: no pierdan fe en los demócratas

La crisis inexplicable de las primarias presidenciales demócratas en Iowa esta semana ha llevado a millones de trabajadores y jóvenes a preguntarse si la élite política demócrata está manipulando “caucus” de Iowa contra Bernie Sanders.

Tres días después de la votación, aún no se han publicado los resultados completos. El caos causado por la supuesta "avería" en una aplicación utilizada para reportar los votos ha tenido el efecto de permitir que el candidato demócrata Pete Buttigieg proclame la victoria, aunque hay indicios de que Sanders saldrá a la cabeza. Los resultados parciales colocan a Buttigieg de primero en el conteo de delegados y a Sanders adelante en el voto popular.

La publicación parcial de cifras solo ha agravado la debacle y las sospechas. El New York Times escribió el jueves: "Los resultados publicados por el Partido Demócrata de Iowa el miércoles estaban plagados de inconsistencias y otros defectos". Agregó que "más de 100 precintos informaron resultados que eran inconsistentes internamente, faltaban datos o no eran posibles bajo las complejas reglas de los caucus de Iowa".

Bhaskar Sunkara [fuente: Wikipedia Commons]

Varios funcionarios locales de distrito y otros han reportado discrepancias, principalmente en detrimento de Sanders. Numerosos comentaristas han señalado el hecho de que Tara McGowan, la propietaria de la aplicación utilizada para informar los resultados de la reunión está casada con Michael Halle, un estratega prominente de la campaña de Buttigieg.

Buttigieg usó rápidamente el caos en Iowa para proclamar su victoria, de una manera que recuerda la proclamación de victoria de George W. Bush en las elecciones de 2000, mientras los votos aún se contaban en Florida. Buttigieg declaró el lunes por la noche: "Vamos a New Hampshire victoriosos".

Muchos se sienten justamente preocupados por las operaciones políticas tras bastidores y lo que dicen sobre los esfuerzos de manipulación de votos del Partido Demócrata en las elecciones de 2020.

Sin embargo, una persona que no está preocupada es Bhaskar Sunkara, editor de la revista Jacobin y miembro destacado de los Socialistas Democráticos de Estados Unidos (DSA, siglas en inglés)

Afirmó en el diario Guardian que "debemos tener confianza" en la "integridad" de la votación en Iowa, argumentando que el Comité Nacional Demócrata (DNC) no "le robará las elecciones a Bernie Sanders".

A medida que los informes de irregularidades en los recuentos de votos de los recintos locales continuaron acumulándose en las redes sociales el miércoles, Sunkara escribió en Twitter: "Estemos de acuerdo con una decisión dividida, avancemos y aseguremos una victoria masiva para Sanders en New Hampshire. Las cosas se ven demasiado bien como para enredarse en la mierda de Iowa".

Como era de esperar, esta afirmación irresponsable y frívola se encontró con una respuesta abrumadoramente negativa de los comentaristas.

La especulación generalizada de un complot deliberado contra Sanders por parte de la cúpula del Partido Demócrata se basa en el recuerdo de las primarias de 2016, cuando las exposiciones de los esfuerzos deliberados de los líderes del partido para beneficiar a Clinton a expensas de Sanders llevaron a la renuncia de dos sucesivos líderes del Comité Nacional Demócrata.

Pero Sunkara niega que las primarias estuvieran "manipuladas". Escribe: "El Comité Nacional Demócrata presionó a su candidato preferido en 2016, ayudando al equipo de Hillary Clinton a vencer a Bernie Sanders a través de medidas como limitar el número de debates (25 en 2008 pero cayó a seis en 2016). Pero estas acciones se han exagerado en forma de una narrativa de que el DNC ‘manipuló’ una elección que Sanders habría ganado de lo contrario".

El mensaje que transmite Sunkara es claro. No te preocupes por la manipulación de las elecciones. Todo está bien. Sobre todo, ten fe en el sistema, es decir, en el Partido Demócrata.

Revisemos lo que sucedió en 2016. En julio de ese año, la presidenta del Comité Nacional Demócrata, Debbie Wasserman Schultz, se vio obligada a renunciar después de que WikiLeaks publicó correos electrónicos que mostraban lo que el Washington Post llamó "esfuerzos coordinados para ayudarle a Clinton a expensas de sus rivales en las primarias demócratas".

En un correo electrónico interno del 5 de mayo, Wasserman Schultz escribió sobre Sanders: "No va a ser presidente".

En otro correo electrónico, el director financiero de DNC, Bradley Marshall, trató de usar las creencias religiosas de Sanders contra él, en un intercambio cuyo subtexto se acerca al antisemitismo:

“Puede que no haya ninguna diferencia, pero para KY [Kentucky] y WVA [West Virginia] podemos hacer que alguien le pregunte lo que cree. ¿Él cree en un Dios? Había esquivado decir que tiene una herencia judía. Creo que leí que es ateo. Esto podría hacer una diferencia de varios puntos con mis lacayos. Mis seguidores bautistas del sur marcarían una gran diferencia entre un judío y un ateo".

El expresidente de DNC, Ed Rendell, calificó las acciones de los líderes del DNC de "increíblemente inapropiadas" y agregó: "Realmente viola cuál debería ser el papel apropiado de DNC".

El 12 de marzo de 2016, la contribuyente de CNN, Donna Brazile, quien luego se desempeñaría como presidenta interina del DNC, envió una pregunta de debate a la campaña de Clinton, pero no a Sanders. Más tarde renunció en desgracia de CNN y el DNC una vez que WikiLeaks reveló sus acciones. El comentarista de CNN Jake Tapper calificó su acción de "horrible", mientras que el presidente de CNN, Jeff Zucker, calificó su comportamiento de "poco ético" y "desagradable".

En 2017, Brazile reveló la existencia de un acuerdo secreto entre el DNC y la campaña presidencial de Hillary Clinton que implicó a Clinton pagar las deudas del DNC y proporcionarle un subsidio mensual a cambio de obtener el control sobre el nombramiento de funcionarios del DNC y el derecho de aprobación. sobre decisiones operativas clave.

Pero para Sunkara, nada de esto constituye una elección "manipulada". Dado que no se puede demostrar que la mala conducta de los funcionarios del DNC caus ó la pérdida de Sanders, nadie debería tener dudas sobre la integridad fundamental del proceso de nominación demócrata.

De esta interpretación se desprenden conclusiones políticas definitivas. Sunkara escribe: "Los seguidores de Bernie Sanders escuchan mi súplica: no ganamos nada jugando con la idea de que el proceso está tan en contra de nosotros que no podemos ganar".

Y agrega: "¿Por qué molestarse en apoyar a un candidato insurgente, si el resultado ya está asegurado?". Concluye que "debemos sentirnos seguros de que la victoria es posible. Y eso significa dejar que la gente sepa que su voto será contado, y que incluso las instituciones defectuosas de la democracia estadounidense a veces pueden generar progreso”.

A pesar de que el DSA se subordinó completamente a la campaña de Sanders, es profundamente hostil y temeroso hacia los sentimientos que impulsan a millones de trabajadores y jóvenes a apoyarlo. En general, los partidarios de Sanders entre trabajadores y jóvenes lo ven como un vehículo para oponerse a las instituciones de la sociedad estadounidense y no están inclinados a confiar ciegamente en estas instituciones.

Pero el trabajo de Sunkara y sus copensadores es reprimir estos sentimientos manteniendo a los trabajadores y jóvenes confinados dentro del Partido Demócrata y promoviendo la ilusión de que este partido en bancarrota, procorporativo y proguerra puede ser reformado de alguna manera.

El hecho es que no puede. La estrategia de Sanders de liderar una "revolución política" sin terminar con el sistema capitalista o romper con el Partido Demócrata es un sueño imposible. Esto quedó claro con la concesión de Sanders a Clinton en la convención de 2016.

Sunkara no apoya a Sanders a pesar de la inutilidad de sus esfuerzos por reformar el Partido Demócrata, sino por ellos. Su objetivo principal es mantener a los trabajadores y a los jóvenes encadenados a este partido, que ha sido el cementerio de todos los movimientos sociales igualitarios en los Estados Unidos durante el último siglo.

Pero a diferencia de Sunkara, millones de trabajadores y jóvenes no apoyan a Sanders porque es un demócrata, sino a pesar de ello.

Desengañar a las masas de trabajadores y jóvenes respecto a cualquier ilusión de que el Partido Demócrata puede ser reformado tomará lecciones difíciles y amargas, incluyendo la manipulación de las primarias de 2016 y los eventos inexplicables en Iowa.

Finalmente, millones de trabajadores y jóvenes luchan por un mundo libre de desigualdad, guerra y ataques a los derechos democráticos. No encontrarán estos objetivos ni en Sanders ni en el Partido Demócrata, pero eso solo significa que continuarán buscando.

Confiamos en que cada vez más trabajadores y jóvenes llegarán a la conclusión de que reformar el capitalismo y el Partido Demócrata es imposible, y apoyarán l a campaña del Partido Socialista por la Igualdad en las elecciones presidenciales de 2020.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 7 de febrero de 2020)

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