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La victoria del Sinn Féin en las elecciones generales refleja un desplazamiento a la izquierda en Irlanda

La presidenta del Sinn Féin Mary Lou McDonald dijo el domingo por la tarde que el partido intentará formar un gobierno en coalición con otros partidos, tras su éxito sin precedentes en las elecciones del sábado en la República de Irlanda.

Con el 96 por ciento escrutado de los votos de primera preferencia el domingo por la tarde, el Sinn Féin iba en cabeza con el 24,1 por ciento, seguido de Fianna Fáil con el 22,1 por ciento, Fine Gael con el 22,1 por ciento y los Verdes con el 7,4 por ciento.

Después de ganar casi un cuarto de los votos de primera preferencia, McDonald describió el resultado como una "revolución", declarando, en referencia a los partidos de gobierno burgués tradicionales —Fianna Fáil y Fine Gael— "este ya no es un sistema bipartidista".

Como el partido presentó solo 42 candidatos en las 39 circunscripciones electorales, cada uno de los cuales da 3 ó 4 TDs (Teachta Dála: parlamentarios), Fine Gael o Fianna Fáil probablemente todavía mantendrán la mayoría de los escaños del Dáil Éireann, de 160 escaños. Pero el Sinn Féin, el brazo político del disuelto Ejército Republicano Irlandés (IRA), fue capaz de ganar hasta 36 escaños, subiendo desde los 23 del actual Dáil.

El Sinn Féin es el beneficiario inmerecido de unas elecciones dominadas por una oposición creciente a la desigualdad social que se profundiza y de una búsqueda de una solución por parte de los trabajadores y los jóvenes. Los resultados dan fe de un agudo desplazamiento político a la izquierda en marcha en amplias capas de la clase trabajadora tras una década de austeridad brutal.

En las encuestas a pie de urna se preguntaba qué tema influyó más en la decisión de los votantes. Casi un tercio (el 32 por ciento) de los encuestados identificaron la sanidad como su preocupación más apremiante, mientras que un 26 por ciento indicó la vivienda y los sin techo, y un 8 por ciento el cambio en la edad de jubilación. Un 6 por ciento identificó el cambio climático y el empleo como de la mayor importancia. Solo un 1 por ciento señaló el Brexit y la inmigración. Alrededor del 80 por ciento consideró la economía como importante en su elección.

El tono electoral del Sinn Féin fue una combinación de promesas sociales que no tienen manera de cumplir, llamamientos a la unificación de Irlanda y a ondear la bandera republicana. Su manifiesto, "Dar un respiro a los trabajadores y las familias —Un manifiesto por el cambio", prometía más vivienda, más empleos en sanidad junto con críticas a los partidos gobernantes.

Pero aunque tuvo que apelar a las preocupaciones sociales crecientes de millones de personas, el Sinn Féin, como partido nacionalista burgués, planteó una agenda que tiene por objetivo estar al servicio de las corporaciones transnacionales y las compañías de seguros que dominan la economía irlandesa. También ofreció su apoyo a las pequeñas y medianas empresas afectadas por el impacto probablemente muy dañino de la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE).

Aunque las cuestiones constitucionales no predominaban entre las preocupaciones de los votantes, el manifiesto del Sinn Féin proponía un referéndum sobre la unificación de Irlanda —para lo cual hay una provisión en el Acuerdo de Viernes Santo de 1998 que puso fin a la guerra civil en la Irlanda del Norte controlada por los británicos.

El Brexit ha desestabilizado completamente tanto a la República de Irlanda, que sigue siendo parte de la UE, como a Irlanda del Norte, que es parte del Reino Unido. El acuerdo de la retirada negociado por el gobierno conservador de Boris Johnson y la UE efectivamente crea alguna forma de frontera comercial en el Mar de Irlanda y en la frontera de Irlanda del Norte. Esto tendrá un impacto ruinoso en la economía de ambos lados de la frontera, lo cual el Sinn Féin intentará capitalizar.

Sobre esta base, el Sinn Féin recogió apoyo entre todos los grupos etarios por debajo de 65. Este es particularmente pronunciado entre los votantes jóvenes donde el Sinn Féin tiene, según las encuestas a pie de urna, un apoyo del 32 por ciento, comparado con el Fine Gael con el 16 por ciento, y Fianna Fáil y los Verdes ambos con alrededor del 14 por ciento. Entre las edades de 35 a 49 y de 50 a 65, el Sinn Féin está empatado tanto con Fine Gael y Fianna Fáil con alrededor del 22 por ciento. Solo entre los mayores de 65 cae el apoyo al Sinn Féin muy por detrás de los partidos del establishment.

De manera significativa, el 75 por ciento de aquellos entre 18 y 24 años de edad apoyaron un referéndum por la unificación.

Brillaba por su ausencia en el manifiesto del Sinn Féin cualquier referencia a sus antecedentes en Irlanda del Norte. Durante 10 años hasta principios de 2017, el Sinn Féin gobernó en Irlanda del Norte junto al Partido Unionista Democrático. El gobierno que compartía el poder en Stormont —solo revivido el mes pasado después de tres años— impuso todos los recortes al gasto exigidos por el gobierno británico de Westminster, que atacó despiadadamente al gasto social mientras manipulaba las divisiones sectarias en la clase trabajadora. La palabra Stormont ni aparece en su manifiesto.

El resultado de las elecciones es políticamente explosivo a ambos lados de la frontera. El manifiesto del Sinn Féin comenta, "La defensa del Acuerdo de Viernes Santo y el tema de un referéndum sobre la unidad irlandesa está ahora en el foco. ... Es totalmente incoherente que el gobierno irlandés, la dirección de Fianna Fáil y otros elogien y correctamente busquen apoyo para el Acuerdo de Viernes Santo, mientras rescinden elementos de este, incluyendo el referéndum. Sin embargo, está claro que a pesar de la resistencia del gobierno irlandés y del británico y los principales partidos unionistas, en los próximos años se celebrará un referéndum sobre la unidad irlandesa. Las tendencias demográficas sugieren que está cerca la mayoría del voto nacionalista en el Norte. El unionismo político ha perdido su mayoría electoral en cuatro elecciones consecutivas y las encuestas a pie de urna llevadas a cabo en los 26 condados [de la República] tras las elecciones locales y europeas de 2019 mostró una enorme mayoría en apoyo de la unidad irlandesa".

El documento pasa por encima de las implicaciones y el impacto en el Norte de su propuesta de consulta sobre la unificación. Irlanda del Norte sigue estando profundamente polarizada en líneas sectarias. Aunque en las recientes elecciones generales birtánicas los partidos unionistas finalmente perdieron la mayoría que habían mantenido desde la partición de Irlanda por parte del imperialismo británico en 1920, una proporción sustancial de la población, incluyendo a la mayoría de los trabajadores protestantes, se oponen a la unificación de Irlanda.

Estas circunstancias problemáticas, ensombrecidas por una crisis económica mundial que se profundiza, van a dominar las negociaciones sobre los términos de los acuerdos potenciales de coalición a lo largo de las semanas siguientes. Tanto Fine Gael como Fianna Fáil han descartado una coalición con el Sinn Féin, pero no pueden simplemente volver al gobierno con el otro —en base a su actual entendimiento de "confianza y abastecimiento"— ya que generaría más descontento social.

Alguna forma de coalición que implique al Sinn Féin por lo tanto es una posibilidad real, lo cual significaría que el partido estaría en el gobierno a ambos lados de la frontera irlandesa.

El dirigente de Fianna Fáil, Michael Martin, ha sugerido que su partido podría estar abierto a un acuerdo con el Sinn Féin como un socio viable de gobierno. McDonald, del Sinn Féin, ha dejado claro que su condición para un acuerdo de coalición sería la consulta sobre la frontera dentro de la duración del gobierno.

McDonald también será capaz de llevar con ella a algunos de los partidos pequeños. Ella dijo mientras tenía lugar el escrutinio que ya había estado en contacto con los Verdes, los socialdemócratas y el pseudoizquierdista Gente Antes que Ganancias. Los partidos pequeños han indicado, todos, su disposición a participar, en palabras del TD de Gente Antes que Ganancias, Richard Boyd Barrett, en una "amplia alianza de izquierda para formar gobierno" con el Sinn Féin.

El reto ante los trabajadores de Irlanda es severo. El Sinn Féin es totalmente incapaz de cumplir con ninguna de las demandas sociales urgentes que han impulsado su inesperado éxito electoral. Para evitar quedar atrapado tras las maquinaciones nacionalistas y procapitalistas del partido, los trabajadores de Irlanda, los del Norte y los del Sur, deben adoptar una estrategia política socialista independiente basada en la unidad con los trabajadores del Reino Unido, Europa y el mundo para promover sus intereses.

Contactar al Grupo Socialista por la Igualdad , simpatizantes irlandeses del Comité Internacional de la Cuarta Internacional hoy .

(Publicado originalmente en inglés el 10 de febrero de 2020)

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