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Perspectiva

La catástrofe social y económica se intensifica según 6,6 millones de estadounidenses presentan reclamos por desempleo

Según el Departamento de Trabajo de EE. UU., 6,6 millones de trabajadores presentaron reclamos de beneficios por desempleo la semana pasada, conforme la crisis sanitara generada por la pandemia de coronavirus se convierte en la mayor crisis económica desde los años treinta.

Durante las últimas tres semanas, 16,8 millones de estadounidenses han presentado reclamos por desempleo en la ola más grande y rápida de recortes de empleos en el registro del país. Durante la crisis financiera global de 2008-09, tomó 44 semanas o unos 10 meses para que llegaran los reclamos por desempleo a los niveles que han alcanzado en menos de un mes.

Por impactantes que sean los números, subestiman el tamaño de la catástrofe. Millones de trabajadores indocumentados que han perdido sus empleos en restaurantes, construcción, otros servicios e industrias, no reúnen los requisitos para recibir beneficios por desempleo, por lo que no se incluyen en las cifras.

Personas en fila para solicitar beneficios por desempleo en One-Stop Career Center en Las Vegas. (AP Photo/John Locher)

Más allá, el engrosamiento de las filas de solicitantes en las últimas tres semanas saturó las oficinas estatales, las líneas telefónicas y sitios web, dejando a cientos de miles más sin poder presentar sus solicitudes. Hubo 170.000 reclamos nuevos en Florida la semana pasada, llevando el total en las tres semanas a casi medio millón. El sistema automatizado del estado colapsó a fines de marzo después de 860.000 llamadas en cuatro días. En Hialeah, cerca de Miami, cientos de trabajadores despedidos se vieron obligados a poner su salud en riesgo y hacer fila fuera de la biblioteca local para obtener solicitudes impresas.

California presenció la pasmosa cifra de 925.450 solicitudes iniciales la semana pasada, además de los 1,06 millones de solicitudes de la semana del 28 de marzo y las 186.000 presentadas en la semana del 21 de marzo. Como en el resto del país, se han cerrado empresas tanto grandes como pequeñas por la cuarentena estatal.

Esta semana, Eventbrite, una empresa de eventos del área de la bahía de San Francisco, anunció que recortaría su fuerza laboral a casi la mitad. La empresa de críticas en línea Yelp indicó que estaba despidiendo a mil empleados y suspendiendo a 1.100, a medida que impone “severas reducciones de costos” para “sobrevivir en medio de la pandemia de coronavirus”, según reportó el San Jose Mercury News .

Entre otros grandes estados, Georgia registró 388.175 nuevos reclamos, Michigan 384.844, Nueva York 345.246, Texas 313.832 y Ohio 272.129.

Solicitudes de beneficios por desempleo en EE. UU.

En la Ciudad de Nueva York, Corrine Chin, una trabajadora de mercadeo de 23 años de Brooklyn, le comentó al Wall Street Journal que llama a veces al departamento de trabajo de Nueva York cientos de veces cada día pero aún no ha logrado recibir ni un centavo pese a estar suspendida desde mediados de marzo.

Millones de trabajadores vivían de sueldo en sueldo antes de la crisis. El pago de una vez de $1.200 prometido bajo la Ley de Asistencia y Seguridad Económica por el Coronavirus (CARES, sigla en inglés) hará poco si llega del todo.

Casi uno de cada tres estadounidenses (31 por ciento) espera que el estímulo monetario no los ayudará a mantenerse a flote por un mes o del todo, según una nueva encuesta de Bankrate.com de casi 1.500 adultos. Casi una tercera parte de los inquilinos de apartamentos no podrán pagar la renta en abril, mientras que los $1.200 es menos que la renta promedio por mes.

Mientras millones encaran privaciones económicas, el paquete de estímulo proveerá billones a los bancos y las empresas. El mismo día en que se publicaron las nuevas cifras de desempleo, los índices bursátiles Dow Jones y S&P 500 repuntaron con las noticias de que la Reserva Federal utilizará $2,3 billones más para comprar deudas de alto riesgo de Wall Street y las grandes corporaciones.

Muertes por Covid-19 (rojo) e índice bursátil Promedio Industrial Dow Jones (morado)

En las últimas dos semanas, cuando aumentaban las muertes por coronavirus de 550 a casi 17.000, el Dow aumentó 28 por ciento, el aumento más rápido en la historia. Para la oligarquía financiera, no hay colas para esperar recibir enormes obsequios del Gobierno estadounidense. Mientras las pequeñas empresas están topándose con obstáculos imposibles para calificar por préstamos, los activos del banco central y sus operaciones de impresión de dinero han pasado al control de Wall Street.

Mientras tanto, el Gobierno de Trump está buscando explotar cínicamente las masivas dificultades económicas causadas por los cierres de negocios y cuarentenas para argumentar a favor de un regreso prematuro al trabajo en condiciones en que la pandemia se sigue propagando rápido en los lugares de trabajo.

Hay una marea creciente de oposición social en los Estados Unidos y en todo el mundo para exigir una protección adecuada contra la pandemia y sus devastadoras consecuencias económicas y sociales. El principio esencial que debe guiar la respuesta a la crisis económica y sanitaria es que las necesidades de la clase trabajadora deben tener prioridad absoluta sobre la riqueza y los beneficios de los ricos.

El Partido Socialista por la Igualdad exige medidas de emergencia para hacer frente a la crisis económica para los trabajadores:

  • El pago completo para todos los trabajadores y la cancelación de todos los pagos de alquiler, servicios públicos y otros durante la duración de la pandemia.
  • La cancelación del rescate de las corporaciones de Wall Street. La reasignación inmediata de los recursos financieros e industriales para combatir la pandemia y proveerles a los trabajadores médicos, de servicios e industriales todo el equipo necesario.
  • Atención médica gratuita y universal para todos, incluyendo a todos los desempleados. Pago completo y derechos de ciudadanía para todos los trabajadores inmigrantes que hayan sido despedidos.
  • ¡Pongan fin a la pandemia de COVID-19! Las vidas de miles de trabajadores pueden ser salvadas a través de medidas de emergencia para ampliar la atención médica, las pruebas y los tratamientos.
  • Todas las industrias que están siendo rescatadas por el Gobierno deben ser convertidas en servicios públicos bajo el control democrático de la clase trabajadora y redirigidas hacia la producción de bienes críticos.
  • Un aumento masivo de los impuestos a los ricos y la confiscación de los billones de dólares acaparados por los oligarcas corporativos y financieros.

La pandemia ha dejado al descubierto las divisiones de clase fundamentales en la sociedad. La clase trabajadora es la fuerza esencial y progresista de la sociedad, salvando vidas, produciendo y transportando alimentos, medicinas y otros bienes necesarios, y manteniendo la infraestructura de una sociedad moderna y masiva. La clase dirigente, en su desquiciada fijación por seguirse enriqueciendo, ha demostrado ser el mayor obstáculo a una respuesta científica y humana a la pandemia.

En cada acción que ha tomado en los últimos tres meses, la clase gobernante ha demostrado su desprecio por la salud y la vida de la clase trabajadora. Además, las condiciones en los Estados Unidos se repiten de diferentes formas en cada país capitalista. Mientras que las élites dominantes utilizan su control sobre el Estado para entregarse billones, los trabajadores se enfrentan a la muerte, el desempleo y la miseria.

Los acontecimientos están demostrando la necesidad de una completa reestructuración de la sociedad sobre la base del socialismo. Las necesidades sociales urgentes sólo pueden abordarse mediante la movilización masiva de la clase obrera con base en un programa socialista y la transferencia del poder político de la clase capitalista a la clase obrera. Instamos a los trabajadores y a los jóvenes a unirse al Partido Socialista por la Igualdad para luchar por este programa.

(Publicado originalmente en inglés el 10 de abril de 2020)

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