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¡No toquen a los estudiantes internacionales! ¡Opónganse a la deportación de estudiantes universitarios extranjeros por parte de ICE!

Como el candidato del Partido Socialista por la Igualdad para presidente de los Estados Unidos, denuncio los intentos de la administración de Trump de aterrorizar a los estudiantes internacionales en los Estados Unidos en medio de la creciente pandemia de coronavirus. El PSI insiste en el derecho de los estudiantes, jóvenes y trabajadores a estudiar donde elijan, a pesar de su nacionalidad.

El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) amenazó el lunes con quitar los derechos de residencia de casi 900,000 titulares de visas de estudio para estudiantes. Las nuevas medidas prohíben la entrada a o deportan a los titulares de visas de estudiante F-1 y M-1 si no pueden asistir a clases en persona este otoño. Muchas escuelas no planean realizar clases en línea debido a la pandemia.

Si una universidad tiene clases en persona que luego se posponen después de un brote de COVID-19, los estudiantes se verán obligados a abandonar el país o transferirse a otra universidad con clases en persona. Estas medidas se aplicarán tanto a los estudiantes de posgrado como a los de pregrado, incluyendo aquellos que trabajan mientras estudian.

Si se implementan estas medidas, cientos de miles de estudiantes perderán sus vidas bajo condiciones de una emergencia de salud internacional.

El anuncio de ICE está especialmente dirigido a estudiantes chinos. Mientras que la última medida afecta a todos los estudiantes internacionales con visas F-1, 370,000, o 41 por ciento, son ciudadanos chinos.

La prohibición de las visas F-1 se producen después de la decisión de la administración de Trump de prohibir que al menos 3.000 estudiantes de posgrado chinos estudien en los EE. UU. En 2018, el principal asesor fascista de Trump, Stephen Miller, propuso prohibir a todos los ciudadanos chinos estudiar en los Estados Unidos.

Además, el último movimiento se produce cuando la administración de Trump está intensificando sus esfuerzos para culpar a China por la propagación del coronavirus, con el fin de desviar la responsabilidad de la creciente pandemia en los EE. UU. de las propias políticas penales de la administración.

Trump también espera presionar a las universidades, que dependen de la matrícula pagada por los estudiantes internacionales, para que vuelvan a abrir en el otoño. La apertura de escuelas y universidades es un pilar central en la campaña más amplia para obligar a los trabajadores estadounidenses a regresar a sus trabajos a pesar de la propagación incontrolada del virus. Muchos estados ahora exigen que las escuelas vuelvan a abrir, incluyendo Florida, que registró su mayor número de casos nuevos el 6 de julio.

El anuncio de ICE se produce cuando Trump intensifica su demanda de que las escuelas deben reabrir en el otoño. "Vamos a presionar mucho a los gobernadores y a todos los demás para que abran las escuelas y hacer las abrir", dijo Trump el martes en un foro en la Casa Blanca. "Entonces, vamos a presionar mucho: abre vuestras escuelas en otoño".

La Casa Blanca ha dejado en claro que no habrá retirada de la campaña homicida de regreso al trabajo, que ya ha producido un fuerte aumento en los casos de COVID-19 en todo el país. La campaña está impulsada por los imperativos de la oligarquía financiera, que exige que los trabajadores produzcan ganancias para pagar los billones de dólares entregados a Wall Street.

Tanto la política antiinmigrante de la administración de Trump como la campaña de regreso al trabajo han sido facilitadas y apoyadas por el Partido Demócrata.

La elección de Trump en 2016 fue seguida por protestas masivas contra sus políticas fascistas y reaccionarias. Sin embargo, el Partido Demócrata trabajó para canalizar esta oposición detrás de su propia campaña contra Rusia, reflejando los intereses de facciones poderosas de las agencias militares y de inteligencia.

Bajo condiciones de una creciente oposición popular, los demócratas han abandonado incluso sus críticas nominales a las políticas xenófobas de Trump, incluyendo la detención en masa y la deportación de inmigrantes. También han firmado los esfuerzos para culpar a China por el coronavirus, mientras intensifican sus propios esfuerzos para obligar a la Casa Blanca a adoptar una línea más dura contra Rusia.

El historial antiinmigrante de Trump, además, es una continuación de las políticas de la era de Obama que vio un gran aumento en la financiación de ICE y un número récord de deportaciones.

La defensa de los estudiantes internacionales debe estar conectada con la movilización política de la clase trabajadora, independientemente de los demócratas y republicanos, contra la oligarquía financiera y el sistema de ganancias capitalista.

Tanto la campaña de regreso al trabajo como las políticas xenófobas de la administración de Trump están impulsados por los intereses de clase. La clase dominante busca desviar las tensiones sociales hacia afuera a medida que implementa políticas que producirán un gran aumento de la muerte y la miseria.

Sin embargo, la clase trabajadora tendrá su respuesta. Las manifestaciones multirraciales y multiétnicas contra la violencia policial han sido alimentadas por una ira social mucho más profunda. A medida que se propaga la pandemia, hay un movimiento creciente entre los trabajadores del automóvil y otras secciones de la clase trabajadora contra las condiciones inseguras y la campaña de regreso al trabajo.

Es a esta fuerza social que deben recurrir aquellos que buscan defender a los estudiantes internacionales. Se debe construir un liderazgo socialista en la clase trabajadora. Hacemos un llamado a todos los estudiantes y jóvenes a tomar la decisión de apoyar nuestra campaña electoral y unirse al movimiento juvenil del PSI, los Jóvenes y Estudiantes Internacionales por la Igualdad Socialista (sigla inglesa, IYSSE).

(Artículo publicado originalmente en inglés el 8 de julio de 2020)

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