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Perspectiva

La campaña global de reapertura escolar y la estrategia internacional de la clase obrera

La campaña para reabrir las escuelas se ha vuelto el foco de la lucha de clases en países de todo el mundo. Los intentos de las élites gobernantes para obligar a los docentes y estudiantes a volver a las aulas, para así obligar a los padres a volver al trabajo a generar ganancias, se han topado con una resistencia cada vez mayor de los educadores, padres, estudiantes y la clase obrera en general.

La reapertura de escuelas ya está teniendo consecuencias catastróficas en la propagación de la pandemia del COVID-19, que se está propagando fuera de control a nivel global. En las últimas dos semanas, cada día se han contagiado aproximadamente 260.000 personas y han muerto unas 5.500 personas a nivel mundial, a causa de las políticas criminalmente negligentes de los Gobiernos. Los países más golpeados —incluyendo EE.UU., Reino Unido, Brasil y Suecia— son gobernados por oficiales que buscan conscientemente una “inmunidad colectiva” [de rebaño] basada en infecciones y muertes a escala masiva.

Los Estados Unidos, en el centro del capitalismo mundial, proporciona la expresión más aguda del impulso internacional para reabrir las escuelas. Desde principios de julio, la Administración de Trump ha hecho proclamaciones casi diarias insistiendo en que todas las escuelas reabran. Ha declarado que “la ciencia no debería obstaculizar” la reapertura de las escuelas, calificó a los educadores de “trabajadores de infraestructura crítica”, y hasta amenazó con desviar los fondos de las escuelas públicas que no reabran a las escuelas privadas, parroquiales y concertadas que sí lo hagan.

Más recientemente, Trump reclutó al profesor Scott Atlas, becario de la derechista Institución Hoover de la Universidad de Stanford, para que proporcione una aprobación oficial a la campaña homicida. El país modelo que Atlas señala para EE.UU. es Suecia. El mes pasado, se reveló que el epidemiólogo jefe de Suecia, Anders Tegnell, promovió explícitamente mantener las escuelas abiertas para facilitar el desarrollo de la “inmunidad colectiva”. Como resultado, el número de muertes por COVID-19 en Suecia es más de nueve veces mayor que su vecino Finlandia. La adopción de esta política en los EE.UU. podría matar a millones de personas.

El lunes, Atlas visitó Tallahassee, Florida, donde instó al gobernador republicano Ron DeSantis a ser aún más agresivo en la reapertura de las escuelas. En Florida, 1,1 millones de estudiantes ya han reanudado las clases presenciales, contribuyendo sin duda a las 9.200 nuevas infecciones entre los niños en la segunda mitad de agosto. Ha habido un aumento del 191 por ciento en el número de niños infectados desde el 9 de julio, antes de la reapertura de las escuelas. Al menos 611 niños han sido hospitalizados en el estado, y ocho han muerto.

El Partido Demócrata y sus partidarios en los sindicatos de maestros están de acuerdo con la campaña de reapertura de las escuelas. Su única diferencia es que, en lugar de utilizar la fuerza bruta, promueven la afirmación fraudulenta de que la reapertura de las escuelas puede hacerse “de manera segura”, con medidas de seguridad cosméticas.

El lunes, el presidente del sindicato United Federation of Teachers (UFT), Michael Mulgrew, anunció un acuerdo con el alcalde de la ciudad de Nueva York, el demócrata Bill de Blasio, para obligar a cientos de miles de estudiantes a volver a las aulas en el mayor distrito escolar de los Estados Unidos, basándose en medidas de seguridad totalmente inadecuadas que no harán nada para evitar la propagación del virus en toda la ciudad y la región.

En un discurso de campaña el miércoles, el candidato presidencial demócrata Joe Biden declaró, “Conseguir que nuestras escuelas se abran de forma segura y efectiva, es una emergencia nacional”. Biden sólo ofreció críticas tácticas a Trump por su “fracaso en asegurar que los educadores y administradores tengan el equipo, los recursos y el entrenamiento que necesitan para abrir con seguridad en las circunstancias que encontramos ahora”.

El New York Times, el portavoz del Partido Demócrata, publicó el miércoles un artículo de opinión de Nicholas Kristof en el que instó “a hacer todo lo posible para permitir que los niños reanuden de forma segura las clases en persona”. Añadió: “Es absurdo que hayamos permitido que las licorerías, gimnasios, armerías, restaurantes y dispensarios de marihuana funcionen manteniendo las escuelas cerradas”.

Las mismas políticas de la clase dirigente se aplican en todo el mundo, con resultados desastrosos para la clase obrera.

En Brasil, el país con el segundo mayor número de casos y muertes de COVID-19 después de los EE.UU., el presidente fascistizante Jair Bolsonaro está dependiendo en los políticos estatales y locales para reabrir las escuelas en todo el país, incluyendo a sus supuestos oponentes en el Partido Socialdemócrata Brasileño (PSDB). En la primera semana de la reanudación de las clases en Manaos, la capital del estado de Amazonas, hubo brotes de COVID-19 en 36 escuelas.

En Reino Unido, el Gobierno de Boris Johnson no requiere que los profesores ni los estudiantes usen mascarillas en las aulas. Al igual que los demócratas en los EE.UU., el Partido Laborista bajo el blairista derechista sir Keir Starmer apoya plenamente la campaña para reabrir las escuelas, mientras que ofrece críticas desdentadas.

La élite política alemana comenzó a reabrir las escuelas a principios de agosto como parte de una reapertura más amplia de la economía, que inmediatamente causó brotes en todo el país. Existen planes para reabrir las escuelas en toda Europa, incluso en Italia y España, los países más afectados en los primeros meses de la pandemia. El martes se reabrieron las escuelas de toda Francia, enviando a 12 millones de estudiantes de nuevo a las aulas, mientras la pandemia vuelve a extenderse por todo el país.

En Rusia, las escuelas reabrieron en todo el país el martes, el mismo día en que el país superó el millón de casos de COVID-19. Los funcionarios no toman precauciones y ni siquiera les exigen a los profesores y estudiantes que lleven mascarillas. El presidente ruso Vladimir Putin declaró el martes que no hay planes para la transición a la enseñanza completamente en línea en caso de brotes en las escuelas.

En cada país, estas políticas están provocando una enorme oposición. Cientos de protestas han tenido lugar en todo el mundo para denunciar la reapertura de las escuelas. Más de 100 grupos de Facebook se han formado para oponerse a la reapertura de las escuelas, atrayendo a cientos de miles de miembros en todo el mundo. Los educadores, padres y estudiantes han comenzado a establecer comités de seguridad independientes en los Estados Unidos, Alemania, Reino Unido y Australia, y hay un apoyo cada vez mayor a huelgas nacionales e incluso internacionales.

En una encuesta realizada recientemente por el World Socialist Web Site entre más de 200 educadores y padres británicos, más de la mitad de los encuestados dijo que participarían en una huelga general para detener la reapertura de las escuelas. Este sábado, el Partido Socialista por la Igualdad (Reino Unido) está organizando una reunión en línea para organizar la amplia oposición a la reapertura de las escuelas, que ha suscitado un gran interés.

En Alemania, una reunión pública celebrada el fin de semana pasado por el Sozialistische Gleichheitspartei (Partido Socialista por la Igualdad) atrajo a cientos de profesores, estudiantes y padres de todo el país. Los estudiantes de Dortmund, Alemania, fundaron recientemente un comité en su escuela para organizar la oposición a la reapertura de las escuelas y luchar por condiciones de enseñanza seguras.

El instituto de investigación Datafolha descubrió recientemente que el 80 por ciento de los brasileños se opone a la reapertura de las escuelas, mientras que el 60 por ciento reconoce que esta política “agravará gravemente la pandemia”. Hay un gran apoyo a una huelga nacional, que coincidiría con una huelga continua de los trabajadores postales, pero la Confederación Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y otros sindicatos están haciendo todo lo posible para evitar que esto ocurra.

El Comité de Seguridad de Base de los Educadores en Estados Unidos, formado hace tres semanas, se ha convertido rápidamente en un polo de atracción para los que se oponen a la reapertura de las escuelas. Cientos de educadores, padres, estudiantes y otros trabajadores en todo EE.UU. y a nivel internacional han participado en dos reuniones en línea organizadas por el comité. La semana pasada, se formó el Comité de Base de Educadores del Condado de Duval para organizar la inmensa oposición de los educadores en la región de Jacksonville, Florida, mientras que se están formando comités similares en la ciudad de Nueva York, Detroit, Texas, Hawái y otras ciudades y estados de todo el país.

Ante la campaña mundial de las élites gobernantes, que se proponen reabrir las escuelas y acelerar la propagación de la pandemia, la clase obrera debe guiarse por una perspectiva mundial. Mientras que los sindicatos de maestros de todos los países promueven el nacionalismo y subordinan los intereses de la clase obrera a las necesidades del sistema de lucro, la pandemia es una crisis internacional que solo puede abordarse mediante una lucha coordinada a nivel mundial por parte de la clase obrera.

La tarea central a la que se enfrentan los educadores, los padres, los estudiantes y toda la clase obrera es construir redes de comités de seguridad de base en todos los países, para movilizar la fuerza colectiva de la clase obrera como fuerza social independiente. Hay que detener la reapertura imprudente de las escuelas, y se deben reasignar los vastos recursos malgastados en el rescate de la oligarquía corporativa y financiera para proporcionar tecnología de punta para el aprendizaje a distancia, pruebas universales y la provisión de ingresos garantizados y atención médica de alta calidad a todos los afectados por el virus mortal.

El Partido Socialista por la Igualdad en los EE.UU. y sus partidos hermanos en el Comité Internacional de la Cuarta Internacional están luchando por fusionar el creciente movimiento de la clase obrera con la perspectiva política y el programa del socialismo mundial: es decir, la reorganización racional y democráticamente planificada de la sociedad para satisfacer las necesidades humanas, no el lucro privado.

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(Publicado originalmente en inglés el 4 de septiembre de 2020)

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