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La pseudoizquierda española encubre la complicidad de los sindicatos en el impulso de regreso a las escuelas

Con una oposición creciente a la campaña de regreso a las escuelas del Gobierno español, el grupo pseudoizquierdista morenista Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT), el partido hermano del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) de Argentina, está buscando encubrir la complicidad de los sindicatos en la reapertura homicida de las escuelas. La CRT, y su publicación diaria Izquierda Diario, se niega a oponerse al regreso a las aulas, y en cambio se propone desviar la oposición a este hacia canales impotentes.

Hay una enorme resistencia en la clase trabajadora a la reapertura de las escuelas del Gobierno del Partido Socialista Obrero Español y Podemos, según se disparan los casos de coronavirus. A apenas dos semanas de que los niños volvieran a las aulas, ya se ha informado de más de 700 incidentes de COVID-19 en las escuelas españolas, y varios centros educativos han tenido que cerrar sus puertas parcial o totalmente. Se informa cada día de decenas de miles de nuevas infecciones, y la cifra diaria de fallecidos promedia las 100, y va en aumento.

Según el último informe de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica del Instituto Carlos III, el número de niños menores de 15 años infectados aumentó a casi 8.000 (el 14 por ciento de los casos positivos registrados) en la semana del 7 al 14 de septiembre, coincidiendo con la campaña del regreso a las escuelas.

Varios paros de educadores han estallado en España en oposición a un regreso a las clases bajo estas condiciones manifiestamente inseguras. Pero estas huelgas han sido aisladas por los sindicatos, que han limitado los paros a protestas de un día o de corta duración y las han limitado a solo algunas de las 17 comunidades autónomas de España.

En este contexto, la CRT ha publicado una serie de declaraciones sobre la vuelta a la escuela, incluyendo, de manera destacada, una titulada "Comienzo de curso con huelgas: preparemos un plan de lucha entre trabajadores, familias y estudiantes". A pesar de su retórica aparentemente radical, la declaración da todo menos un programa de lucha para la clase trabajadora, combinando demagogia de "izquierda" con el apoyo tácito a la reapertura de las escuelas e intentos por atar a los trabajadores a la reaccionaria burocracia sindical.

Aunque la declaración hace algunas críticas tácticas sobre la falta de medidas de seguridad en los centros educativos, describiendo las condiciones en las escuelas como "precarias e inaceptables", ello equivale a no más que una fachada para el apoyo de la CRT a la reapertura. El peligro para los docentes y estudiantes no puede ser aliviado argumentando sobre los detalles de los protocolos de reapertura, sino oponiéndose a la propia campaña de regreso a las aulas del gobierno. La CRT es hostil a esta perspectiva.

"La presencialidad en condiciones higiénico-sanitarias y laborales apropiadas", dice la declaración de la CRT, "respetando las ratios de alumnado y las distancias de seguridad, no puede garantizarse en las actuales condiciones de precariedad y falta de inversión".

Aunque reconoce que la seguridad de los docentes y estudiantes "no puede garantizarse", con grandes cantidades de infecciones que ya están siendo reportadas en los centros educativos, la CRT no exige el cierre de las escuelas como un asunto urgente.

En cambio, la declaración hace referencias vagamente formuladas a que los paros de los docentes son un "punto de arranque" de un "nuevo ciclo de movilizaciones" que brindaría, en algún momento futuro no especificado, "medidas urgentes en la enseñanza ante la pandemia" y "cuestionar cuarenta años de políticas neoliberales". Esto no hará nada por evitar las infecciones y las muertes que están ocurriendo actualmente, mientras el virus causa estragos en escuelas y barrios españoles.

De hecho, los sindicatos están haciendo todo lo posible por impedir el estallido de más "movilizaciones" y por contener y disipar la resistencia obrera. Aunque la CRT hace referencias a algunas convocatorias de huelgas por parte de los sindicatos tales como la Confederación General del Trabajo (CGT), la Unión General del Trabajo (UGT) y Comisiones Obreras (CCOO), hace pocas críticas al carácter simbólico de estos paros. De hecho, la huelga convocada en Madrid por CGT, CCOO, UGT y el madrileño Sindicato de los Trabajadores de la Enseñanza de Madrid (STEM) para el 22 y 23 de septiembre ya es dar marcha atrás respecto a una convocatoria anterior de un paro de cuatro días a principios de mes.

Temiendo que la resistencia obrera pueda salirse del marco de los sindicatos, con la traición de estas organizaciones a plena vista, la CRT propone la formación de "asambleas de profesores, personal no docente, estudiantes, padres y madres precarias y desempleadas, para pensar y llevar adelante toda una serie de reivindicaciones educativas, pero también y especialmente sociales, avanzando mucho más allá de las medidas educativas y sanitarias más inmediatas".

"Si apostamos por desarrollar la movilización y la más amplia autoorganización", dice la declaración de la CRT, "lograremos para romper y superar esta lógica sindical de tan corto recorrido que tienen estas burocracias".

"Pensemos cómo revolucionar los métodos de organización y romper con las divisiones que imponen las burocracias sindicales", siguen los morenistas, "y romper con las divisiones que las burocracias sindicales han impuesto".

Pero aunque los morenistas se refieren de varias maneras a los principales sindicatos diciendo que son "burocráticos" o que imponen "divisiones", no hacen ningún llamamiento a la ruptura con esas mismas organizaciones. De hecho, hacen llamamientos ridículos al apoyo no solo desde los sindicatos, sino desde partidos de todo el abanico político: "es fundamental que todas las organizaciones políticas, sociales y sindicales las apoyemos [las movilizaciones]".

Esta es una referencia solapada a sus repetidos intentos de formar un frente con partidos con vínculos con el Estado capitalista y el actual Gobierno del PSOE y de Podemos, como el pseudoizquierdista Anticapitalistas y las organizaciones nacionalistas catalanas y vascas.

La "autoorganización" o las "asambleas" que no se basen en una ruptura completa e inequívoca con los sindicatos, Podemos y sus satélites, como la propia CRT, no serían más que adjuntos de los sindicatos, orgánicamente hostiles a la clase trabajadora".

Concluyendo su declaración, la CRT intenta promocionar los sindicatos supuestamente más radicales como la CGT. Izquierda Diario le aconseja a la CGT "posicionarse como una alternativa a la adaptación de los grandes aparatos sindicales". Para hacerlo, la declaración aconseja, la CGT debe "llevar adelante una política audaz que empalme con el descontento social y lleve a un cuestionamiento no sólo de las medidas insuficientes que se están tomando en el contexto de pandemia, sino que rompa con las políticas neoliberales y capitalistas en toda su extensión".

La única preocupación de los morenistas es asegurarse de que la oposición arraigada en la clase trabajadora no se salga del marco de las burocracias sindicales, esperando atar a los trabajadores al sindicato CGT, que es parte integral de la campaña por apaciguar la creciente oposición obrera.

La CGT lleva mucho tiempo trabajando por estrangular la oposición de trabajadores desilusionados con sindicatos más grandes. Cuando son el sindicato mayoritario, como entre los trabajadores de los autobuses y del metro en Barcelona, son sin embargo igual de rápidos en traicionar huelgas como la UGT alineada con el PSOE y CCOO, alineadas con Podemos.

La CGT ha hecho todo lo posible por impedir un estallido más amplio de la oposición a los planes homicidas de la vuelta al trabajo y a las escuelas. Se unió a UGT, CCOO y otros sindicatos para convocar paros simbólicos de uno o dos días.

La salida para los trabajadores de la educación en España no está en llamamientos a la burocracia de la CGT ni ninguna otra facción del establishment político. El WSWS y el Comité Internacional de la Cuarta Internacional han instado a docentes, padres y otros trabajadores a formar comités de base, independientes de los sindicatos, y a preparar una huelga general internacional contra la política homicida de la reapertura presencial de las escuelas que tiene lugar para estimular las ganancias de los capitalistas.

(Publicado originalmente en inglés el 25 de septiembre de 2020)

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