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El gobierno español del PSOE-Podemos reprime las protestas contra la política de inmunidad colectiva

El jueves por la noche, el gobierno de coalición del Partido Socialista de España (PSOE)-Podemos envió policías para agredir brutalmente a los manifestantes en Madrid que protestaban por la política de inmunidad colectiva. Conforme las movilizaciones se extienden por Grecia y el gobierno español amenaza con desplegar 7.500 soldados en Madrid en medio de un repunte del COVID-19 en toda Europa, esta represión supone una amenaza para toda la clase trabajadora.

En la noche del jueves, unos 300 manifestantes se reunieron en un centro de salud en el barrio obrero de Vallecas. Protestaban por una orden de “restricción de la movilidad y reducción de actividad” dictada por el gobierno regional de Madrid liderado por la derechista Isabel Ayuso, y por el gobierno central PSOE-Podemos. La orden afecta a 37 distritos de Madrid que albergan a 850.000 personas, la mayoría de ellos son los barrios populares más afectados por el virus.

La manifestación fue una de las docenas organizadas durante la última semana, algunas congregando a miles de personas, en medio de una creciente ira social contra las políticas de inmunidad colectiva de la clase dominante española, que han provocado la muerte de casi 50.000 personas y más de 700.000 infectados.

La orden de “restricción” de Madrid no tiene nada que ver con una política sanitaria destinada a frenar la propagación del virus , garantizar el distanciamiento social y permitir que los trabajadores no esenciales se refugien en sus casas. Al contrario, la orden exige que los residentes continúen acudiendo al trabajo o la escuela, aunque el 90 por ciento debe desplazarse a diario fuera de los distritos seleccionados. Esto ha provocado, lógicamente , una ira generalizada ante una medida que no detendrá la propagación del COVID-19 pero que impone restricciones sólo a las áreas habitadas por la clase trabajadora, mientras que de hecho es necesaria una orden nacional de refugio en el hogar.

Los funcionarios de Podemos en Madrid han simpatizado, hipócritamente, con el furioso descontento social. Isabel Serra, portavoz de Podemos Madrid, se unió a la pequeña protesta del jueves.

Sin embargo, cuando 50 jóvenes manifestantes marcharon hacia el parlamento regional, de repente se encontraron con 30 camionetas de la policía nacional antidisturbios. Esa misma policía, que hace apenas unos meses permitió que manifestantes de extrema derecha se movilizaran en los barrios acomodados contra el confinamiento, dispersó violentamente la protesta, dejando un balance de seis heridos y tres detenidos.

Un manifestante de 18 años le dijo a El Salto: “No estábamos haciendo nada, solo gritábamos, ¿no estaban gritando los manifestantes en [el barrio adinerado de] Salamanca? Pero vinieron y empezaron a golpearnos con sus porras. Le han abierto la cabeza a mi amigo, me han partido la oreja".

Todos los detenidos tienen menos de 20 años. Un joven de 17 años fue golpeado y detenido fuera de la comisaría cuando preguntó por sus amigos detenidos.

Esta brutal represión muestra el cinismo de Podemos, cuyos funcionarios simpatizaron con las protestas para, a continuación, lanzar un brutal asalto policial contra ellas. De hecho, Podemos había señalado que estaba preparando esa acción punitiva el día anterior.

Durante la última semana, habían comenzado a estallar protestas a pequeña escala, con consignas tales como "¡Ayuso dimite!" y "Esto no es confinamiento, es segregación". Estas protestas fueron respaldadas, y en ocasiones convocadas, por organizaciones fuertemente influenciadas por Podemos, como la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM).

El miércoles, sin embargo, Podemos, su escindida Más Madrid y los sindicatos mayoritarios de España, CCOO y UGT, decidieron suspender una manifestación prevista para el domingo y que debía recibir un amplio apoyo popular .

En un comunicado conjunto declararon que “la situación epidemiológica dificulta la realización de manifestaciones masivas”. En cambio, propusieron “acciones simbólicas y descentralizadas en diferentes áreas de Madrid”. Una facción de Podemos descontenta con la decisión, Izquierda Revolucionaria, informó que Podemos “envió un mensaje a diferentes organizaciones y movimientos sociales proponiendo protestas de no más de 50 personas en seis puntos de la ciudad, a las que no darían publicidad, según este mensaje".

Al día siguiente, la ministra de Defensa, Margarita Robles, anunció que el gobierno del PSOE-Podemos se prepara para enviar a Madrid 7.500 efectivos de la Unidad Militar de Emergencias, la Brigada de Paracaidistas, la base militar El Goloso, el Ejército del Aire y la Unidad Militar de Salud. El gobierno regional de Madrid solo había solicitado el apoyo de 130 soldados para ayudar en la localización de contactos. Sin embargo, dijo Robles, “Las Fuerzas Armadas están listas las 24 horas del día para hacer lo que sea necesario…. lo que nos pida la Comunidad de Madrid, si podemos hacerlo, lo haremos”.

Horas después del anuncio de Robles, el PSOE y Podemos lanzaron a la policía contra los manifestantes.

Esta es una advertencia para los trabajadores y la juventud en España y a nivel internacional, sobre las organizaciones populistas de clase media que, durante décadas, la élite gobernante ha estado preparando y vendiendo como la “izquierda”. Arraigadas en capas acomodadas del ámbito académico y la burocracia sindical y teóricamente basadas en el posmodernismo, estas organizaciones muestran indiferencia y desprecio por los derechos democráticos e incluso por las vidas de los trabajadores.

Como era de esperar, los anticapitalistas, una tendencia pequeñoburguesa que ayudó a fundar Podemos pero abandonó el gobierno del PSOE-Podemos en mayo de este año, está sembrando ilusiones en Podemos. Incluso cuando el partido “populista de izquierda” moviliza al ejército para obligar a los trabajadores a seguir trabajando durante la pandemia, hace llamamientos para crear expectativas acerca de que Podemos pueda girar repentinamente hacia la izquierda.

Anticapitalistas, que asesora al gobierno, insta a Podemos que no provoque una ruptura política por parte de sectores obreros situados a su izquierda. Dicen que Podemos “debería tomar buena nota: si no rompen con el PSOE tras el asalto policial de hoy, habrán cruzado una línea roja que a buena parte de su base social le costará entender. Instamos directamente a Podemos ... a condenar públicamente el asalto (incluidos los ministros de Podemos dentro del Consejo de Ministros), reanudar la llamada del domingo y proporcionar recursos para que las personas de abajo puedan expresarse".

Su declaración no hace ninguna mención a la política de inmunidad colectiva criminal de la UE, el peligro de una dictadura militar o las medidas de austeridad que está preparando el gobierno. Según El País, que vio el último borrador de normas para que España reciba 60.000 millones de euros en fondos de rescate prometidos, la UE está exigiendo reformas laborales y de pensiones, aumentos de impuestos y recortes de las prestaciones por desempleo. El PSOE y Podemos ya están trabajando activamente en ello.

En cambio, Anticapitalistas propone que las “organizaciones de la sociedad civil” convoquen una huelga general, limitada a Madrid, para obligar a Ayuso a dimitir. Esto significa instalar un gobierno regional en el que miembros de Podemos tendrían más posibilidades de obtener algún cargo institucional.

Los hechos están confirmando las advertencias hechas por el WSWS sobre Podemos. Hace cinco años, cuando Podemos apoyaba las políticas de austeridad de la UE de su aliado griego, Syriza, el WSWS escribió: “Mirando a la población desde el Palacio de la Moncloa a través de múltiples líneas de la policía antidisturbios, un primer ministro Iglesias estaría tan aterrorizado de los trabajadores como Tsipras o el actual primer ministro de España, Mariano Rajoy”.

El WSWS también advirtió en junio, cuando los anticapitalistas abandonaron el gobierno del PSOE-Podemos, que este grupo estaba “siendo enviado fuera de Podemos para servir como agente pagado del estado capitalista español, interviniendo en las redes sociales y en protestas y huelgas hostiles a Podemos para espiarlos y estrangularlos". Estas advertencias han sido corroboradas.

Lo que está surgiendo es un enfrentamiento explosivo entre la clase trabajadora y todas las facciones de la burguesía.

La clase obrera española e internacional se enfrenta a la urgente tarea de romper políticamente, y por completo, con partidos “populistas de izquierda” como Podemos. Esto significa construir comités de seguridad laboral , independientes de los sindicatos , y una alternativa revolucionaria, marxista e internacionalista, es decir, trotskista, a los partidos pseudoizquierdistas. Esto requiere construir secciones del Comité Internacional de la Cuarta Internacional en España y en todo el mundo. Solo semejantes organizaciones pueden liderar una lucha con base científica contra el virus, mediante una huelga general para derrocar a estos gobiernos y transferir el poder a la clase trabajadora.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 26 de septiembre 2020)

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