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Se declara el estado de emergencia en Madrid mientras el rebrote de COVID-19 arrasa Europa

Mientras el resurgimiento del COVID-19 arrasa Europa, el gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Podemos en España se vio obligado a declarar el estado de emergencia en Madrid el viernes. Se registraron más de 600 casos por 100.000 habitantes durante los siete días previos, más del doble de la media nacional de 250 por 100.000 habitantes.

El día anterior, un tribunal madrileño anuló las restricciones propuestas por el gobierno del PSOE y Podemos a viajes y contactos sociales para más de cuatro millones de los 6,6 millones de habitantes de Madrid. Sin embargo, las restricciones, que el gobierno ahora puede hacer obligatorias tras declarar el estado de emergencia, no tienen ningún impacto en el trabajo no esencial ni en la enseñanza presencial en las escuelas. El impulso temerario del gobierno del PSOE y Podemos por reabrir la economía y las escuelas a toda costa está resultando en que España sea actualmente el país más golpeado en Europa occidental.

Un trabajador de la sanidad junto a un paciente de COVID-19 en el Hospital Universitario de Torrejón, en Torrejón de Ardoz, España, el martes 6 de octubre de 2020 (Fuente: Foto AP/Manu Fernández)

Para el viernes por la tarde, España había registrado más de 890.000 infecciones, y los principales periódicos han admitido que la cifra total de muertos por la enfermedad en España ronda los 50.000. El aumento de infecciones en Madrid está azotando a un sistema sanitario que está desde hace semanas al borde del colapso. Como ya informó el WSWS, las unidades de cuidados intensivos ya estaban funcionando al 90 por ciento de su capacidad a finales de septiembre. Esperando que se siguieran deteriorando las condiciones de los hospitales, el gobierno regional de Madrid impuso una ley la semana pasada que prohíbe al personal médico que hable con la prensa.

El viernes, las nuevas infecciones diarias en Europa superaron las 100.000 por segundo día consecutivo. En Europa hubo 102.357 nuevos casos de COVID-19 el jueves y 110.051 el viernes, según Worldmeters. Desde el martes, las muertes diarias en Europa han rondado las 1.000.

Europa está resurgiendo como uno de los principales centros de la pandemia. En Europa se registraron 460.000 casos de COVID-19 la semana pasada, en comparación con los 380.000 para América del Norte y del Sur, según el británico Daily Telegraph .

Junto a España, Francia está siendo testigo de su aumento más rápido de nuevas infecciones. Se está informando de más de 18.000 casos cada día, y las salas de hospital están llenas de pacientes de COVID-19. Se decretó el nivel máximo de alerta en Lille, Lyon, Grenoble y Saint Étienne, tras haber sido decretado en París, Marsella y Aix. Esto implica el cierre de bares e instalaciones deportivas techadas, mientras que a los restaurantes se les permite permanecer abiertos bajo restricciones más severas.

Sin embargo, el gobierno del banquero inversor Emmanuel Macron ha descartado explícitamente implementar un segundo confinamiento, a pesar de la cifra de muertos. El ministro de sanidad Olivirer Véran es el funcionario más reciente en denunciar las exigencias de un confinamiento para contener las infecciones, y alentó positivamente a los residentes en Francia a que salgan de vacaciones dentro del país. Observando que el virus ahora se ha extendido por toda Francia, comentó cínicamente, “Viajar de una zona a otra por lo tanto no llevaría el virus a un sitio donde este no esté ya presente hoy”.

La respuesta homicida de Macron a la pandemia, que tiene por objetivo proteger las ganancias de las grandes empresas y que ha llevado la cifra de muertos a más de 30.000, está provocando una ira popular creciente. Un sondeo reciente reveló que el 61 por ciento de los encuestados no estaban satisfechos con el manejo de la pandemia por parte del gobierno; el 72 por ciento dijo que apoyaría un segundo confinamiento para contener al virus.

En Alemania, país del cual se dice desde hace tiempo que es uno de los que mejor está haciendo frente a la pandemia debido a su número relativamente bajo de infecciones, también se produjo un aumento dramático de los casos la semana pasada. El Instituto Robert Koch, la principal agencia sanitaria de Alemania, informó de 4.058 nuevas infecciones a lo largo de las 24 horas anteriores el jueves por la mañana. Esto era más de 1.200 más respecto a las 2.828 que informó el miércoles, que al mismo tiempo fue el aumento diario más alto desde abril. El viernes hubo otro aumento, cuando se informó de 4.516 nuevas infecciones.

El virus está proliferando especialmente en las grandes ciudades, donde los trabajadores viven en distritos cerrados y no puede evitar un contacto social extenso a causa de la reapertura irresponsable de la economía por parte de la élite gobernante. Berlín, Frankfurt y Bremen han superado las 50 infecciones por 100.000 habitantes en los últimos siete días —un nivel más allá del cual las autoridades de salud pública recomiendan adoptar medidas estrictas de contención para evitar un crecimiento exponencial de las infecciones—.

Pero el establishment político alemán, desde los derechistas democratacristianos de la canciller Angela Merkel hasta el partido La Izquierda, está intensificando su envión criminal para mantener abiertas la economía y las escuelas.

Después de una videoconferencia el viernes con los alcaldes de las 11 ciudades más grandes de Alemania, Merkel intentó achacarle a la población en general la diseminación del virus. Exigió que las ciudades restringieran las reuniones entre particulares y que prohibieran el consumo de alcohol en espacios públicos si se registran más de 50 infecciones por 100.000 habitantes en siete días. Sin embargo, no se comunicó absolutamente ninguna restricción para la operación de los grandes negocios o las escuelas, que se están volviendo rápidamente puntos calientes para nuevos brotes.

Merkel dijo que su mayor prioridad no era “restringir la vida económica y social como a principios de año”. Los gobiernos a todos los niveles están de acuerdo en dejar que el virus arrase los lugares de trabajo y escuelas para que las principales corporaciones y bancos puedan seguir extrayendo ganancias y la bolsa pueda seguir subiendo.

En el Reino Unido, un estudio publicado por el Imperial College de Londres el viernes estimó que hasta 45.000 personas están siendo infectadas por el virus cada día. Incluso cuando las cifras oficiales ni siquiera se acercan a presentar las verdaderas dimensiones de las infecciones, debido principalmente al colapso de los tests, se registraron cerca de 14.000 nuevos casos y más de 80 muertes el viernes. Ilustrando la propagación incontrolada del virus, un sondeo de la Oficina Nacional de Estadísticas encontró que unas 224.000 personas tenían el virus durante la semana del 25 de septiembre al primero de octubre, en comparación con las 116.000 de la semana anterior.

Italia, inicialmente el país más afectado de Europa en febrero y marzo, vio un aumento explosivo de infecciones esta semana. Informó de más de 5.000 nuevas infecciones el viernes, más de las 3.600 del jueves.

Haciendo hincapié en su firme decisión de evitar un segundo confinamiento, el primer ministro Giuseppe Conte dijo que había que llevar mascarilla en todos los espacios públicos al aire libre donde no se pueda mantener la distancia social. La cuarentena en Italia durante la primera oleada de la pandemia, cuando se registraron más de 30.000 muertes por COVID-19 en el país, se impuso solo después de que los trabajadores lanzaran huelgas espontáneas en fábricas de todo el país que luego se extendieron por Europa.

En Europa del este, el COVID-19 se está extendiendo a un ritmo alarmante. Después de que la República Checa declarara el estado de emergencia esta semana, las nuevas infecciones subieron a más de 5.000 el viernes. En la vecina Eslovaquia, el gobierno llamó al ejército el viernes para apoyar a los agobiados sistemas de atención sanitaria de las ciudades eslovacas. Polonia (4.700), Ucrania (5.804), y Bulgaria (516) alcanzaron récords de infecciones diarias.

El resurgimiento devastador de esta pandemia en Europa, que amenaza con cobrarse cientos de miles de vidas en los meses venideros, confirma las advertencias repetidas del World Socialist Web Site sobre el impulso criminal de las élites gobernantes por reabrir prematuramente la economía. Esta política de provocar deliberadamente muertes masivas va de la mano con la protección de la riqueza de los súper ricos. Solo se la puede parar con una lucha internacional dirigida por la clase trabajadora.

Como lo señalaron las secciones europeas del Comité Internacional de la Cuarta Internacional y su grupo simpatizante turco en su reciente declaración, “Por una huelga general que detenga el resurgimiento de COVID-19 en Europa”: “La tarea que ahora suscita la creciente movilización y radicalización política de la clase obrera en Europa es la lucha por apoderarse de los recursos robados por la clase dirigente a lo largo de años de obscenos rescates corporativos, derribar los gobiernos de la UE, derrocar el sistema capitalista y sustituir la reaccionaria UE por los Estados Unidos Socialistas de Europa”.

(Publicado originalmente en inglés el 10 de octubre de 2020)

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