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El World Socialist Web Site lucha por elevar el nivel cultural de la clase trabajadora

El WSWS comienza a publicar los discursos pronunciados por dirigentes del CICI y colaboradores del WSWS en el mitin en línea llevado a cabo el 25 de octubre, para celebrar el relanzamiento del WSWS, que comenzó con las publicaciones del 2 de octubre de 2020. Los comentarios publicados a continuación fueron hechos por David Walsh, editor de artes del World Socialist Web Site.

El relanzamiento del World Socialist Web Site es un logro enorme, que nos brinda los medios para ampliar la influencia de las ideas marxistas en la clase trabajadora internacional.

El objetivo fundamental del WSWS, como afirma nuestra reciente declaración de bienvenida al relanzamiento, es armar a la clase trabajadora con la comprensión teórica, el conocimiento histórico y la visión política necesarias para emprender una lucha altamente consciente contra el capitalismo.

Vemos nuestro trabajo sobre arte, ciencia y cultura en general de la misma forma. Procuramos en todo momento elevar el nivel cultural de la clase trabajadora en función de sus inmensas responsabilidades históricas: crear una sociedad socialista basada en la igualdad y la solidaridad.

Todo esto adquiere un carácter más intenso y urgente en el momento actual, dominado por el colapso político y socioeconómico mundial y una crisis revolucionaria en desarrollo.

Nuevo Planeta, 1921 por Konstantin Yon, Fotografía: © State Tretyakov Gallery, Moscow/DACS 2017

Durante casi 23 años, publicamos miles de reseñas de obras y eventos artísticos de diversas formas y medios en el WSWS. Ha sido un elemento indispensable del sitio web. Ninguna otra tendencia política de izquierda ha hecho siquiera un esfuerzo serio en este sentido. Aceptan el predominio de las interpretaciones académicas y posmodernas, con todo su escepticismo y pesimismo, su rechazo al esfuerzo por conocer el mundo, su hostilidad hacia el socialismo y la clase trabajadora.

Inevitablemente, el crítico marxista siempre reacciona ante un filme, libro, exhibición o pieza teatral cuando la obra llega a la pantalla o a su escritorio. Hasta cierto punto, una obra lo lleva en una u otra dirección, estética, social e históricamente. Una obra puede llevar al crítico, por ejemplo, a la Francia o Inglaterra de mediados del siglo XIX, la siguiente plantea interrogantes sobre el arte soviético de los años 1920 y una tercera lo obliga a considerar una vez más las consecuencias de la lista negra de Hollywood.

Pero sea cual fuere el desafío ligado a una obra en particular, siempre operamos con ciertas concepciones subyacentes que dan forma y coherencia a lo que hacemos. Esas concepciones surgen de la larga historia del movimiento marxista, incluido el trabajo de figuras como Gueorgui Plejánov y Aleksandr Voronsky, sobre todo la lucha de León Trotsky contra el estalinismo y la prolongada batalla del Comité Internacional de la Cuarta Internacional (CICI) contra el oportunismo nacional y por un renacimiento del marxismo clásico.

Partimos de la premisa de que la clase trabajadora debe intervenir conscientemente y cambiar el curso de la historia. Esto no es algo que se pueda hacer a sus espaldas. Debemos emplear cada gramo de nuestra energía para ayudar a los trabajadores a profundizar su conocimiento de la sociedad, la historia, el comportamiento humano y la psicología.

El éxito del proyecto socialista depende de un nivel de conocimiento y pensamiento mucho más alto, dentro de sectores mucho más amplios de la población, del que existe actualmente.

La comprensión artística del mundo es fundamental en este proceso. El arte, insistió Trotsky, ha hecho a los seres humanos más complejos y flexibles, generalizando su experiencia y ampliando sus horizontes, elevando su psique a un nivel superior y enriqueciendo su mente de múltiples formas.

Esta ha sido la concepción del movimiento socialista desde sus inicios.

¿Cómo se produce una revolución?

Tras la disolución de la Unión Soviética en 1991, nuestro movimiento dedicó mucho tiempo a pensar en esa pregunta. Determinamos que la Revolución rusa, en octubre de 1917, fue el producto de un esfuerzo de décadas para construir una cultura socialista internacional. El estalinismo asestó inmensos golpes físicos, morales e intelectuales a esa cultura. Nos dedicamos a reconstruirla.

En enero de 1998, no por casualidad unas semanas antes del lanzamiento del WSWS, en una escuela del partido en Australia, en una discusión sobre arte, hablamos sobre qué crearía un entorno «en el que de pronto es posible para un gran número de personas levantarse y llevar a cabo conscientemente el desmantelamiento de la vieja sociedad, dejando de lado los prejuicios, los hábitos y las conductas acumuladas durante décadas, incluso siglos».

Señalamos que «la agudización de las facultades críticas de la población (...) y la elevación de su nivel espiritual al punto en que un gran número de personas demuestre nobleza, haga grandes sacrificios, piense solo en sus semejantes, hombres y mujeres —todo esto surge a partir de una elevación intelectual y moral, que debe ser producto del avance de la cultura humana en su conjunto—». Estas ideas fueron cimientos, por así decirlo, del World Socialist Web Site.

Como escribió Rosa Luxemburg en una carta en 1916, «el socialismo no es un problema de pan y mantequilla, sino un movimiento cultural, una gran y orgullosa ideología mundial».

Hemos hecho avances significativos en los casi 23 años del WSWS. Nadie tiene un historial como el nuestro en lo que respecta a la crítica y la oposición a la situación política y cultural actual. Eso se extiende a nuestro rechazo a las políticas de identidad, nuestra campaña contra la caza de brujas sexual de #MeToo y nuestra crítica devastadora del Proyecto 1619.

La situación actual es enormemente desafiante y compleja. En el ámbito cultural, como en otros, la pandemia ha acelerado los procesos que ya estaban en marcha. Las cifras son asombrosas. Informamos algunas de ellas hace unos días. Un estudio reciente sugiere que en Estados Unidos la pandemia de COVID-19 destruyó «la mitad de todos los trabajos de artistas escénicos y músicos y casi un tercio de los empleos para todos aquellos que trabajan en la economía creativa». Otra encuesta indica que el 95 por ciento de los artistas estadounidenses informaron haber sufrido una pérdida de ingresos y el 62 por ciento informaron una «disminución drástica» en el trabajo que les genera ingresos.

Este es un fenómeno mundial. Un informe de Sudáfrica, por ejemplo, afirma que este año, «cuando el COVID-19 se extendió como un reguero de pólvora, los artistas y trabajadores culturales quedaron en la miseria, desamparados y rechazados por el mismo gobierno que decía que los apoyaba».

La actitud fundamental de la élite gobernante en todo el mundo hacia la cultura, a menos que esta sea convencional, inofensiva y rentable, es hostil. Teme cada palabra y pensamiento que no acepte la santidad de la propiedad y la riqueza. Los poderes fácticos celebran la destrucción de organizaciones artísticas independientes y más radicales. La desfinanciación de las artes se viene produciendo desde hace décadas; ahora, las políticas brutales de los distintos gobiernos, que han permitido que el coronavirus cause estragos entre la población, amenazan a amplios sectores de la comunidad artística.

Anticipamos una radicalización global entre los artistas, así como cualquier otro segmento pensante de la sociedad, no simplemente por el desastre económico que los afecta específicamente, sino por la catástrofe general que provoca el orden capitalista: las guerras interminables, la miseria de decenas de millones, el crecimiento de las fuerzas fascistas y de extrema derecha.

El desprestigio del sistema actual es continuo e irreversible, y esto influirá profundamente en el futuro desarrollo de todas las artes. El afán de lucro descarado que adquiere un carácter abiertamente criminal en la situación actual provocará un renovado horror y repugnancia.

El nuevo diseño del WSWS nos permite presentar más de lo que hemos escrito y lo que la Cuarta Internacional ha defendido desde su fundación, ayudando en particular a educar a una nueva generación sedienta de conocimiento. En 1998, hicimos un compromiso con nuestros lectores de que cubriríamos los desarrollos artísticos y culturales en la medida de nuestras capacidades y nuestros medios. Nos dedicamos nuevamente a ese esfuerzo ahora, con plena confianza en que el WSWS proporcionará los recursos intelectuales y políticos para las luchas revolucionarias mundiales que se avecinan.

(Publicado originalmente en inglés el 28 de octubre de 2020)

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