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Ministro estalinista de Podemos se compromete a mantener las bases militares estadounidenses en España

Alberto Garzón, el ministro de consumo del Gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Podemos, y coordinador federal de Izquierda Unida, la coalición dirigida por el Partido Comunista de España (PCE), ha aclamado la elección de Joe Biden como presidente estadounidense. Sobre esta base, se ha comprometido a mantener las bases militares estadounidenses en España.

El domingo pasado, en una entrevista televisada en el programa El Objetivo de La Sexta, Garzón saludó la elección de Biden como una "buena noticia". La derrota de Donald Trump, dijo, era una derrota para "las extremas derechas de todo el mundo", y añadió: "La gente comprometida con la libertad ha votado masivamente al candidato demócrata que representa a un espacio muy diverso, que levanta esperanzas en todo el mundo porque supone algo distinto a Trump".

Alberto Garzón (Crédito: Wikimedia Commons)

Tras promocionar a Biden —quien como vicepresidente de la anterior administración demócrata rescató a Wall Street en detrimento de la clase trabajadora, libró guerras en Irak y Afganistán, inició nuevas guerras en Libia y Siria, y orquestó golpes y asesinatos con dron en varias partes del mundo— Garzón luego pasó a defender la renovación del acuerdo militar que España tiene con los EEUU.

Apoyó el acuerdo que regula la presencia de las bases militares estadounidenses en Rota (Cádiz) y Morón de la Frontera (Sevilla) en la sureña región de Andalucía. Usó el argumento cínico de que "desde el punto de vista laboral ahí hay una gran cantidad de empleos y esto es lo primero que se tiene que preservar".

Garzón se estaba refiriendo a los aproximadamente 500 empleos civiles, y unos pocos miles más empleos indirectos, implicados en las bases. No mencionó que esas dos bases desempeñaron un papel clave en las guerras dirigidas por EEUU en las últimas tres décadas en Kosovo, Afganistán, Irak, Libia y Siria que llevaron a la muerte a millones de personas en Medio Oriente, el norte de África y los Balcanes.

Los comentarios de Garzón fueron una señal calculada para Washington. Días después de la entrevista, el Gobierno español anunció que otorgaría una prórroga de un año a un acuerdo de defensa bilateral con los Estados Unidos que caduca el 21 de mayo de 2021. Esto le daría tiempo a la venidera administración de Biden para organizar nuevas pautas geopolíticas y renegociar el acuerdo de defensa con España.

Las bases militares son un activo importante para Madrid en las negociaciones comerciales y militares con Washington. El Gobierno de PSOE-Podemos espera usar la presencia estadounidense en España para solicitar aranceles estadounidenses más bajos para productos españoles. El año pasado, la administración de Trump impuso aranceles del 25 por ciento a los productos agrícolas españoles tales como el aceite de oliva, el vino y el queso, cuyas exportaciones a EEUU totalizan unos €800 millones.

Lo que es más importante, es una moneda de cambio para una mayor presencia española en Sudamérica. Fuentes diplomáticas le dijeron a El País: "hay margen de maniobra en algunos temas [con la renovación del acuerdo], como la imposición a empresarios españoles de sanciones derivadas de la aplicación de la ley Helms-Burton sobre el embargo comercial a Cuba [y la] política hacia América Latina (en particular, Cuba y Venezuela)".

Las bases son de una importancia estratégica clave para Washington. En 2011, Washington obtuvo una prórroga de ocho años del gobierno anterior del PSOE para el Acuerdo de Defensa que permitía el despliegue de cuatro destructores tipo Arleigh Burke, 1.200 soldados y 100 civiles. En 2017 dos buques de guerra estadounidenses fueron de Morón al Mediterráneo oriental para disparar 59 misiles Tomahawk a Siria.

A finales de 2019, el Gobierno PSOE-Podemos aceptó que buques de guerra estadounidenses más modernos reemplazaran a esos destructores estadounidenses. Tienen que llegar el año que viene. Son parte del Sistema de Defensa de Misiles, que es un componente esencial de los planes del Pentágono para librar guerras nucleares de agresión contra Rusia y China: este sistema tendría como objetivo derribar cualesquiera misiles que Rusia o China lanzaran como represalia a los Estados Unidos o Europa después de un primer ataque nuclear por parte de EEUU.

El Washington Post mencionó a Rota como candidato a acoger la sede del USAFRICOM, el Comando Estadounidense en África.

Mientras Garzón estaba defendiendo los intereses imperialistas de España con los EEUU por televisión desde Madrid, su homólogo en el gobierno, el vicepresidente del gobierno español y dirigente de podemos Pablo Iglesias estaba asistiendo a la toma de posesión de Luis Arce del Movimiento al Socialismo (MAS) en Bolivia en representación de las grandes empresas y bancos españoles.

La clase gobernante española cuenta con los vínculos "populistas de izquierda" de Iglesias en la región. Viajando con el rey de España Felipe VI con una gran delegación para la asunción del gobierno del MAS en Bolivia, Iglesias celebró reuniones cruzadas con los candidatos a la presidencia de Perú y Ecuador, Verónika Mendoza y Andrés Arauz, y el presidente de Argentina, Alberto Fernández.

Aunque la mayoría de los grupos de la pseudoizquierda que orbitan alrededor de la alianza de Podemos e Izquierda Unida guardaron silencio acerca de los comentarios de Garzón y el viaje de política exterior imperialista de Iglesias, la morenista Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT) expresó su preocupación sobre cómo Podemos se está exponindo rápidamente.

Su artículo publicado en Izquierda Diario declaraba: "Las respuestas de Garzón reflejan hasta dónde puede llegar el nivel de subordinación de IU [Izquierda Unida] y el PCE al PSOE y a posiciones de 'orden' y 'responsabilidad de Estado' con tal de ocupar un ministerio en el Gobierno. […] IU y el PCE han tenido históricamente una retórica discursiva contra las bases militares y la OTAN. Pero ser consecuentes en esta cuestión antiimperialista central (contra el imperialismo norteamericano y el español) supondría ir mucho más allá de la 'política de gestos' que han tenido en los últimos años. Pero lo de Garzón es un salto cualitativo. La integración es tal que los ministros de IU y Podemos se han transformado en verdaderos defensores de la agenda del capitalismo imperialista español".

Concluyó con un llamamiento a los miembros de la maquinaria del estalinista PCE: "Las y los militantes del PCE e Izquierda Unida deberían preguntarse cómo es posible seguir hablando de 'comunismo' mientras sus dirigentes, como Alberto Garzón o Yolanda Díaz son ministros o ministras de un gobierno neoliberal e imperialista con el PSOE".

El papel proimperialista de Podemos y el PCE se deriva de su historia y su programa antitrotskista, y los intereses de la clase media que defienden. Esos son partidos estatales que atacan los niveles de vida de los trabajadores, apoyan guerras y golpes, atacan derechos democráticos y bloquean la oposición de la clase trabajadora a la agenda fascista de la burguesía. El llamamiento de la CRT al PCE pone de relieve que la propia CRT es un ala mal disfrazada de Izquierda Unida y de Podemos.

A decir verdad, las políticas estalinistas del PCE y Podemos han sido inseparables desde hace décadas de su apoyo al imperialismo español y, en las últimas cuatro décadas, al PSOE.

Bajo los pactos de Madrid de 1953, acordados con el dictador fascista general Francisco Franco, se construyeron cuatro bases militares estadounidenses en España. A cambio, la dictadura franquista recibió ayuda económica y militar, y una rehabilitación internacional de facto tras años de aislamiento tras la Segunda Guerra Mundial, cuando Franco apoyó tácitamente a la Alemania nazi después de haber recibido ayuda de Hitler en la Guerra Civil Española. El régimen franquista fue integrado en el sistema de defensa occidental contra la Unión Soviética, aunque sin ser aceptado formalmente en la alianza de la OTAN.

Tres años después, en 1956, el PCE demandaba una "Reconciliación Nacional" con el sector "moderno" del capitalismo español, basada en una perspectiva de establecer un régimen parlamentario capitalista. El PCE demandaba la ficticia "coexistencia pacífica" y la "neutralidad" entre el imperialismo español y la Unión Soviética, al tiempo que no pedía el fin de las bases militares estadounidenses.

En 1975, según documentos recientemente desclasificados de la CIA, el líder del PCE Santiago Carrillo habló con un corresponsal del Time magazine, que aparentemente hacía de agente de inteligencia estadounidense. Carrillo, infame por su implicación en los asesinatos por parte de agentes de la inteligencia soviética de revolucionarios en España durante la Guerra Civil, le dijo que "Los estadounidenses se pueden quedar mientras los rusos mantengan tropas en Checoslovaquia".

En 1976, mientras el PCE suprimía la mayor oleada huelguística desde los años '30 contra el régimen franquista, Carrillo dijo que estaba contra "todas las bases extranjeras, tanto las estadounidenses en países capitalistas como las rusas en países socialistas". Por ahora, añadía, el PCE "aceptaría las bases estadounidenses en España".

Washington recibió a Carrillo en una visita de once días el año siguiente. Habló en Yale, Harvard y John Hopkins y en el Concejo de Relaciones Exteriores en Nueva York. El New York Times escribió: "Conversando informalmente en una cena el sábado con políticos, hombres de negocios y periodistas con contactos con los Estados Unidos, el señor Carrillo dijo medio en broma que iba a los Estados Unidos 'a vender mercaderías' —a saber, su novedoso tipo de comunismo".

Desde entonces el PCE, y desde 2014 Podemos, se han posicionado cada vez más cerca de las guerras de la OTAN en el Medio Oriente en Afganistán y Libia, las ventas de armas españolas a Arabia Saudita en su guerra contra Yemen, y la pertenencia de España a la OTAN. El exjefe del Estado Mayor de la Defensa, Julio Rodríguez, que dirigió la participación española en la guerra de la OTAN de 2011 en Libia que dejó 30.000 muertos, es miembro y dirigente de Podemos.

(Publicado originalmente en inglés el 13 de noviembre de 2020)

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