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Generales españoles piden asesinatos masivos en chats fascistas de WhatsApp filtrados

El miércoles, el sitio de noticias Infolibre publicó una serie de mensajes en un grupo de chat privado de WhatsApp de altos mandos retirados del ejército del aire español en el que se discutía la situación política. La noticia se volvió trending topic (tema de moda) en Twitter. Muestra a generales y coroneles retirados proclamando su lealtad al fascismo y su odio a la izquierda, alardeando de sus lazos con mandos en activo, y exigiendo un golpe de Estado para matar a decenas de millones de personas.

Muchos de los chats provienen del teléfono del mayor general Francisco Beca, el principal firmante de una carta de 39 altos mandos del ejército del aire español al Parlamento Europeo y al rey Felipe VI, quien exigía actuar contra el gobierno electo de Podemos y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Estos mensajes confirman la advertencia que hizo el WSWS: esta carta era parte de la discusión de un golpe fascista en las más altas esferas de los cuerpos de oficiales.

El general fascista español Fransisco Franco (1892-1975) (Fuente: Anefo/Wikipedia)

Beca se refiere a los Mitos de la Guerra Civil, el libro de Pío Moa que defiende el golpe fascista del general Francisco Franco de 1936 que desató la Guerra Civil española y estableció la dictadura de Franco entre 1939 y 1978: "Como buen fascista, lo he leído, y si lo que dice es cierto (y yo creo que lo es) no queda más remedio que empezar a fusilar a 26 millones de hijos de p*ta". Beca exige repetidamente asesinatos en masa para "extirpar el cáncer", y escribió en otro chat: "¡Creo que me quedo corto fusilando a 26 millones!".

El golpe de Franco de 1936, escribe Beca en otro mensaje, llevó a "unos pocos años de progreso, aunque algunas pocas personas la pasaron mal. España está llena de gente incontrolable y lo único que hay que hacer es que la gente sea culta, lo que es imposible con la izquierda. Es triste, pero es la realidad española".

Bajo la dictadura que estableció Franco después de su victoria en la guerra civil, millones de personas pasaron por campos de concentración, se impuso una censura masiva, se limitó la atención sanitaria y la educación a los ricos, y se reprimieron violentamente manifestaciones y huelgas. Se asesinaba y se torturaba rutinariamente en las comisarías de policía de la España franquista. Refiriéndose al régimen de Franco en un mensaje, Beca dijo: "Todo lo que queda por hacer (desgraciadamente) es que la historia se repita".

Las inclinaciones fascistas y genocidas de Beca fueron compartidas por otros mandos retirados de ese chat. Hablando de simpatizantes y votantes del PSOE, Podemos y sus socios, un capitán retirado del chat, José Molina, escribió: "Quiero que se mueran ellos y todos sus descendientes. Eso es lo que quiero. ¿Es mucho pedir?", a lo que Beca respondió: "Pero Curro [el mote que le pone a Molina], ¡para que se mueran hay que fusilarlos y hacen falta 26 millones de balas!".

Estos mensajes recuerdan a la infame entrevista de Franco con el periodista estadounidense Jay Allen en 1936, durante la Guerra Civil, cuando insistió que no pararía ante nada en su guerra por aplastar la República y los repetidos levantamientos revolucionarios de la clase trabajadora española. Allen dijo, "Tendrá usted que matar a la mitad de los españoles". Franco respondió: "Como he dicho, pagaré cualquier precio".

El pestazo a fascismo se ha extendido de manera generalizada entre los cuerpos de oficiales. En un mensaje, el coronel retirado González Espinar se jactaba de que ha discutido su conspiración golpista ampliamente con mandos del ejército del aire: "Ya lo he dicho en un discurso con los JEMAs [jefes del estado mayor del ejército del aire] Lombo, Gallarza, etc. ... y en más de cien cenas en el EA [ejército del aire] ... '¡DENME UNA ORDEN!' [...] Y eso es lo que le diríamos al rey".

Infolibre también publicó un largo diálogo lleno de obscenidades entre González Espinar y el coronel retirado Ángel Díaz Rivera, exigiendo un golpe de Estado para reprimir a los partidos nacionalistas catalanes. Cuando Díaz Rivera dijo "alguien tendrá que empezar a hacer algo (legal o ilegal) contra estos hijos de p*uta", González Espinar respondió: "Una pena que yo no esté en activo para desviar un avión desde [la base militar de] Bárdenas a la casa de estos hijos de p*uta".

Estos chats son una advertencia para la clase trabajadora española y mundial. Exponen el fraude de la propaganda oficial española sobre la Transición de 1978 del fascismo al régimen parlamentario. La total amnistía de 1977 para los crímenes del fascismo, pactada entre el régimen franquista, el PSOE, y el estalinista Partido Comunista de España (PCE), no solo tenía que garantizar una democracia duradera bajo el capitalismo español. La total integración de España en la OTAN y la Unión Europea, se dijo, "profesionalizaría" el ejército español.

En realidad, los estrechos vínculos del cuerpo de oficiales españoles con las fuerzas armadas estadounidenses y otras europeas estimularon sus conocidas tendencias fascistas. Los mandos de este grupo de WhatsApp nacieron y empezaron su carrera bajo el franquismo, pero sirvieron bajo el régimen parlamentario y trabajaron estrechamente con las fuerzas armadas de EEUU y de otros países europeos. La noticia de Infolibre así arroja luz sobre la atmósfera degradada que prevalece en los mandos militares en América del Norte y Europa.

Mientras esos chats de WhatsApp estaban siendo escritos, las potencias de la OTAN estaban persiguiendo tanto un fortalecimiento militar contra las potencias nucleares Rusia y China, como una política de "inmunidad colectiva" ante el COVID-19i, que ha dejado más de 600.000 muertos en los países de la OTAN. Amplios sectores de la clase gobernante han perdido completamente la cabeza. Sus políticas temerarias y homicidas reflejan claramente su punto de vista de que hay que exterminar a millones de trabajadores.

La única vía hacia adelante contra la pandemia y la amenaza de guerra y de fascismo es movilizar a la clase trabajadora independientemente de los partidos "populistas de izquierdas" liberales, socialdemócratas y de clase media del establishment y sus socios de los sindicatos.

El miércoles, el presidente del gobierno Pedro Sánchez, del PSOE, y el vicepresidente del gobierno Pablo Iglesias, de Podemos, al principio guardaron un silencio ensordecedor sobre los mensajes de WhatsApp filtrados. Antes, la ministra de defensa Margarita Robles, del PSOE, había afirmado que era "legítimo" de que los mandos escribieran para declarar su lealtad al rey. El miércoles, le dejaron al diputado del PSOE Odón Elorza preguntarles impotentemente a los diputados del partido ultraderechista Vox en el Congreso si él, su familia u otros legisladores del PSOE estaban "entre esos 26 millones de personas que serían fusiladas".

Los diputados de Vox respondieron defendiendo a los mandos fascistas. Macarena Olona respondió que no sabía si Elorza estaba en alguna lista, porque los mensajes de WhatsApp no eran de Vox. Sin embargo, luego dijo que los mandos fascistas están luchando por la "unidad" de España, y dijo descaradamente: "Por supuesto son nuestra gente".

De hecho, el dirigente de Vox Santiago Abascal envió un mensaje de voz al grupo de WhatsApp fascista. En un tono amistoso, Abascal dice: "Buenas tardes, soy Santi Abascal y me dicen que es obligatorio saludar a este grupo. Un abrazo a todos y ¡viva España!". No está claro quién le dijo a Abascal que este grupo de WhatsApp era importante, o por qué querría él "saludar" su conspiración golpista.

Ayer, Iglesias finalmente rompió su silencio para hacer una declaración criminalmente complaciente restando importancia a la amenaza. Le dijo a RTVE que las declaraciones de los mandos son "escandalosas" porque ponen al rey en una "posición incómoda". Sin embargo, insistió, "Lo que estos caballeros retirados están diciendo no plantea ninguna amenaza. ... Si algunos caballeros franquistas creen que darle al jefe del Estado un tinte franquista les hace un favor, no entienden que hacen que más españoles se sientan republicanos".

Podemos y sus varios satélites políticos tienen mucho más miedo a la oposición a la "inmunidad colectiva", la austeridad y la guerra que se está desarrollando a su izquierda, en la clase trabajadora, que a un golpe fascista. Están encubriendo a propósito y a sabiendas el peligro de un giro a la dictadura militar.

Hay que advertir a los trabajadores y los jóvenes: la clase gobernante, ante protestas y rabia crecientes por los niveles insostenibles de desigualdad social, está preparando una dictadura. El CICI insiste en la necesidad de preparar una huelga general en Europa y en todo el mundo, por fuera de las burocracias sindicales, para imponer una política científica contra la pandemia. Llevar adelante esta lucha también requiere la construcción de una nueva dirección revolucionaria en la clase trabajadora, opuesta a los partidos de la clase media, en la lucha contra el peligro del fascismo.

(Publicado originalmente en inglés el 3 de diciembre de 2020)

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